Los humanos ya conquistaron la alta monta?a hace m¨¢s de 40.000 a?os
Un yacimiento en Etiop¨ªa muestra que los 'Homo sapiens' eran capaces de vivir a 4.000 metros de altura durante largos periodos aliment¨¢ndose de grandes roedores
Hace algo menos de 70.000 a?os, desde ?frica parti¨® una migraci¨®n que transform¨® el mundo. Los participantes en aquel viaje eran Homo sapiens, una especie que ya hab¨ªa salido de este continente en varias ocasiones, pero que en ninguna oleada anterior hab¨ªa conseguido transformar el mundo como lo hizo en la ¨²ltima. Aquellas nuevas generaciones ten¨ªan algo especial. En pocos miles de a?os, se expandieron por todo el mundo y se convirtieron en la ¨²nica especie humana viva sobre la tierra.
Se cree que uno de los ¨²ltimos espacios conquistados por aquellos humanos fueron las monta?as m¨¢s elevadas, a partir de 2.500 metros de altitud. All¨ª, la falta de ox¨ªgeno dificulta la vida de los humanos, que adem¨¢s deben enfrentarse a las bajas temperaturas, la aridez del terreno o la intensa radiaci¨®n ultravioleta de las alturas. Sin embargo, algunos descubrimientos recientes sugieren que los humanos ya hab¨ªan seguido hac¨ªa tiempo la llamada de las monta?as.
Se ha encontrado la mand¨ªbula de un denisovano de 160.000 a?os de antig¨¹edad a m¨¢s de 3.000 metros de altura
En mayo de este a?o, la revista Nature public¨® el hallazgo de la mand¨ªbula de un denisovano en la cueva china de Karst Baishiya, a 3.280 metros de altitud, en la meseta tibetana. Con 160.000 a?os de antig¨¹edad, los restos de este pariente cercano, encontrados por un monje budista, ser¨ªan un indicio de que aquella especie humana se hab¨ªa adaptado a las alturas mucho antes que los sapiens, cuyos restos m¨¢s antiguos en alta monta?a rondan los 40.000 a?os. Este hallazgo explicar¨ªa adem¨¢s que esta especie cuente con una variante gen¨¦tica que facilita la adaptaci¨®n a la altitud.
Sin embargo, seg¨²n critica Mark Aldenderfer esta semana en la revista Science, la mand¨ªbula china no est¨¢ acompa?ada por restos arqueol¨®gicos que demuestren una adaptaci¨®n de aquellos humanos a la vida en altura. La llegada de aquel individuo a la altura de Karst Baishiya pudo ser circunstancial, seg¨²n el investigador de la Universidad de California en Merced (EE UU). ¡°Los datos no apoyan la afirmaci¨®n de que el yacimiento representa una adaptaci¨®n exitosa a altas elevaciones antes de la llegada a la regi¨®n de los Homo sapiens modernos¡±, a?ade.
Esta semana, Science publica tambi¨¦n los resultados de un equipo internacional de cient¨ªficos en el que s¨ª se aportan evidencias arqueol¨®gicas que apoyan la idea de un asentamiento prolongado a una altitud elevada, en este caso en las monta?as Bale, en el sur de Etiop¨ªa. Hace 45.000 a?os, cuando los valles que rodeaban la regi¨®n a¨²n eran demasiado secos para la supervivencia, en el refugio de Fincha Habera, a 4.000 metros de altura, era posible salir adelante, sobre todo gracias a un gran roedor que tambi¨¦n cazaban las hienas.
El Tachyoryctes macrocephalus, una rata topo de m¨¢s de medio kilo de peso, era una fuente de alimento abundante y principal como muestra que el 93,5% de los restos animales encontrados en aquellos yacimientos humanos pertenecen a este animal. Los huesos quemados sugieren adem¨¢s que sol¨ªan asarlos al fuego. En la misma zona y a la misma altitud, los investigadores encontraron varios afloramientos de obsidiana, que aquellos humanos utilizar¨ªan para elaborar las herramientas de piedra que, junto a trozos de cer¨¢mica o una cuenta de cristal, se encontraron en los yacimientos.
Seg¨²n cuentan los autores, Fincha Habera fue usado como residencia por distintos grupos de Homo sapiens durante milenios. La gran cantidad de herramientas encontradas, los restos caracter¨ªsticos de las fogatas y del uso de la cueva como hogar, la ingente cantidad de heces humanas o las pruebas de que all¨ª se prepar¨® comida con frecuencia muestran que aquel lugar, a unos cientos de metro por debajo de los glaciares, fue, pese a la dureza del clima, un buen refugio.
El yacimiento et¨ªope ofrece una idea de c¨®mo pod¨ªa ser la vida de aquellos primeros colonizadores de las monta?as, pero los hallazgos recientes muestran que esta parte de la historia de la humanidad a¨²n debe completarse y que puede haber muchas sorpresas. Pese a que las elevadas altitudes tengan muchas caracter¨ªsticas hostiles, en algunos momentos de la historia de la evoluci¨®n humana y del planeta las monta?as pudieron ser un buen hogar para nuestros ancestros.
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