Un lobo con piel de lobo sobre Guatemala
Si la migraci¨®n centroamericana no se detiene, ?c¨®mo va a reaccionar Trump?
Nunca me hab¨ªa sentido tan jud¨ªo. Ni tan palestino. Ni tan africano. Ni tan centroamericano. Ni tan guatemalteco.
Hace algunos a?os, en un arrebato de S¨ªndrome de Estocolmo colonial, agradec¨ª a la fortuna porque Guatemala fuera una colonia estadounidense y no una colonia rusa o china. ?Se imaginan tener la misma suerte que los norcoreanos y los birmanos? ?O que los ucranianos y los bielorrusos? ?Se imaginan la desfortuna de no contar con interlocutores como los de Estados Unidos de Am¨¦rica? De un centro imperial en donde no hubiera democracia. Ni feminismo ni movimiento queer. Ni Miami ni Nueva York. Ni periodistas que destaparan esc¨¢ndalos de monumentos religiosos o de espionaje masivo. Ni ciudadanos cr¨ªticos y solidarios que saben que su establishment arruina al mundo.
Cuando aprend¨ª ¨Cporque estas cosas no solo se descubren o se saben¨C que Estados Unidos estaba separando a padres de hijos centroamericanos, y que a los ni?os, las ni?as y adolescentes los estaban dejando ser abusados sexualmente y hasta morir ¨Cvan 7 ni?os guatemaltecos muertos en esos campos de concentraci¨®n de 2019, m¨¢s la ni?a salvadore?a y su padre muertos en el r¨ªo¨C, en ese momento, cuando el planeta no reaccion¨® con protestas globales, grit¨¦ una frase en Twitter: ?qu¨¦ est¨¢n esperando? ?Un exterminio?
El sistema estadounidense y su ¨¦lite, como el guatemalteco, o el nazi, o el de los jemeres rojos, deshumaniza a sus subalternos.
As¨ª, en 1948, cuando Washington y Mosc¨², las fuerzas civilizatorias, hab¨ªan librado al mundo de la amenaza fascista europea, los Estados Unidos del dem¨®crata Harry Truman empez¨® a hacer un experimento colonial del que nos enteramos apenas en 2010, gracias a la profesora de historia m¨¦dica Susan Reverby. Por medio de la ciencia necesitaban curar la s¨ªfilis y la gonorrea. Y para alcanzar el progreso m¨¦dico en ese campo, necesitaban seres humanos para experimentar. O bueno, cuerpos de la misma raza. Y entonces inyectaron, con la connivencia de funcionarios locales, a los cuerpos de 1,500 guatemaltecos y guatemaltecas. Encerrados en manicomios y c¨¢rceles, o encerradas en burdeles.
Cuando se hicieron p¨²blicos los archivos, el gobierno del buen Obama se comunic¨® por tel¨¦fono con el presidente socialdem¨®crata Colom para ofrecerle disculpas. Acept¨® feliz el perd¨®n ofrecido y ah¨ª qued¨® la cosa. Nada de indemnizaciones, actos protocolarios, adiciones a los curr¨ªculos de historia en las escuelas de ambos pa¨ªses, compensaciones o una disculpa de rodillas por haber infectado de s¨ªfilis y gonorrea a nuestros abuelos, t¨ªos, padres y madres.
Cuarenta a?os despu¨¦s, en 1982, Reagan, quien probablemente consideraba monos no solo a los africanos, sino a los centroamericanos y a todos los que vienen de pa¨ªses-agujeros-de-mierda, recibi¨® de brazos abiertos al "dictador luciferino que en el nombre de Dios llev¨® a cabo el ¨²ltimo etnocidio de Am¨¦rica Latina", como denunci¨® en Suecia nuestro Garc¨ªa M¨¢rquez sobre Efra¨ªn R¨ªos Montt. Porque qu¨¦ importa si unos guatemaltecos se matan entre s¨ª e intentan exterminar a los nietos de los infectados.
El descendiente republicano de Reagan, un neonazi acomplejado ¨Ccomo todos los neonazis¨C que responde al nombre de @RealDonaldTrump, ha decidido llevar el discurso del odio a niveles que le hacen sentir a uno jud¨ªo, palestino, ruand¨¦s, bosnio, sirio, maya, centroamericano.
Doy gracias a la vida por haber nacido en este Istmo de 70 volcanes, de hombres y mujeres de ma¨ªz, de valientes, resilentes, de esclavos sublev¨¢ndonos, de impunidad y de esperanza, de poetas que inventamos el realismo m¨¢gico, como escribi¨® la cantautora Rebeca Lane.
Cuando estudi¨¦ y trabaj¨¦ por un par de a?os en Madrid y Berl¨ªn, muchas veces me preguntaban que si intentar¨ªa quedarme all¨¢. Y mi respuesta fue siempre un no de boca y ojos abiertos. Como muchos privilegiados que hemos tenido todas las oportunidades del planeta, solo concebimos vivir en Centroam¨¦rica para sacarla del agujero en el que nos la entregaron.
Por dicha, a un caribe?o de apellido C¨¦saire se le ilumin¨® la cabeza para resumirnos que el mundo entero funciona como un apartheid. En los barrios exclusivos del planeta solo caben los que nacieron en los barrios exclusivos del planeta, con la etnicidad y religi¨®n y cultura de esos barrios. Pero para que funcione el sistema-apartheid, el sistema-finca si lo convertimos a lenguaje guatemalteco, no solo hay dos personajes, sino tres. Est¨¢ el due?o de la finca, el esclavo, y el invitado, como resumi¨® la antrop¨®loga Karen Ponciano.
Los invitados, naturalmente, tenemos visa. Podemos visitar, aprender su idioma, sus costumbres, sus modales, hacer negocios y hasta bromas. Y hay algunos espacios en su finca-imperio en el que realmente somos bienvenidos, y tratados como personas. Hace dos semanas yo estuve en uno de esos lugares, en dos jornadas de trabajo con inversionistas de Nueva York que apuestan por N¨®mada.
Hay una virtud en Trump, que nos hab¨ªan advertido los colegas de WikiLeaks all¨¢ por 2016, cuando hab¨ªa reci¨¦n ganado la presidencia estadounidense. El buen Obama, dec¨ªan ellos y ellas de WikiLeaks, los perseguidos por Washington, era un lobo con piel de oveja. Tambi¨¦n pueden pregunt¨¢rselo a los palestinos sin paz ni dignidad a pesar del Nobel que recibi¨® Barack Hussein, o a los centroamericanos deportados a mansalva entre 2008 y 2016.
El Real Donald Trump, en cambio, es un lobo con piel de lobo.
A los nacionales de 7 pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana les prohibi¨® la entrada del todo al inicio de su gobierno. A los afroamericanos de Baltimore les dice que son un nido de ratas. A las diputadas de oposici¨®n de color les dice que se regresen a los lugares de donde vinieron (Nueva York, Chicago, Connecticut y Minnesota). Y a los centroamericanos empez¨® por quebrarnos en nuestra humanidad al separar a hijos de padres y madres para disuadirlos de escapar de este Istmo para ir a buscar refugio a Estados Unidos.
Como estamos acostumbrados a poca humanidad por estas latitudes, no nos quebr¨®. En solo seis meses de 2019, al menos 235,000 guatemaltecos, 1.5% del pa¨ªs, escap¨® de aqu¨ª y fue capturado en la frontera estadounidense. Sabiendo que pod¨ªan separarlos de sus hijos. Y otros 200,000 hondure?os, y otras decenas de miles de salvadore?os y nicarag¨¹enses.
As¨ª que Real Donald Trump decidi¨® amenazarnos con estrangularnos econ¨®micamente a Guatemala si no cedemos a sus presiones de convertirnos en una c¨¢rcel para cientos de miles de migrantes que llegan a su frontera Sur. Tercer Pa¨ªs Seguro es el nombre eufem¨ªstico.
15% de los guatemaltecos viven en Estados Unidos. Se fueron huyendo de la parte m¨¢s dura de la guerra civil entre 1978 y 1985, de la pobreza y la desigualdad, y recientemente, de la violencia y la impunidad. Y env¨ªan remesas que suman el 12% del PIB. Trump amenaz¨® con ponerles impuestos a esas remesas, que para los pobres representan la diferencia entre comer o malnutrirse, entre comprar medicinas o morirse, entre aprender o quedarse en la ignorancia.
Adem¨¢s, amenaz¨® con poner aranceles a productos guatemaltecos; probablemente hasta 25% como amenaz¨® a M¨¦xico. Las exportaciones a Estados Unidos son el 33% de las exportaciones guatemaltecas y el 5% del PIB. Producen muchos empleos ¨Cdignos e indignos¨C y solo una semana despu¨¦s de haber hecho la amenaza, cinco empresarios me han contado que perdieron relaciones comerciales construidas hace mucho tiempo y les frenaron negocios nuevos.
Esas exportaciones representan la diferencia para los trabajadores entre comer o malnutrirse, comprar medicinas o morirse, aprender o quedarse en la ignorancia. Para decenas de miles de guatemaltecos. Quiz¨¢s suena naturalizado porque est¨¢ escrito en una tipograf¨ªa bonita y ley¨¦ndose en un tel¨¦fono inteligente o una computadora, pero Trump est¨¢ intentando que guatemaltecos y guatemaltecas nos muramos de hambre.
Ante el silencio abrumador del resto de Am¨¦rica Latina, Europa, Canad¨¢ y la Uni¨®n Europea, o de las potencias contrapeso de China y Rusia, vuelvo a preguntarles: ?Qu¨¦ esperan para actuar?
Finalmente, nos amenaz¨® con prohibir la entrada a todos los guatemaltecos a Estados Unidos, tanto los esclavos que ingresaron por las rendijas como a los invitados de visa y avi¨®n. Esto generar¨¢ m¨¢s estigmatizaci¨®n y m¨¢s pobreza. Hay una posibilidad de que Estados Unidos le tuerza la mano al Congreso y a la Corte de Constitucionalidad guatemaltecos para aprobar este tratado de Tercer Pa¨ªs Seguro. Y hay una probabilidad de que esto no reduzca la migraci¨®n, sino que la aumente.
?C¨®mo va a reaccionar Trump? Si Real Donald Trump es un torpedo de odio en su primer mandato, no podremos imaginarnos c¨®mo ser¨ªa un Real Donald Trump si gana la reelecci¨®n en 2020. Como escrib¨ªa, imaginemos que nos convertimos en c¨¢rcel global y que eso no frena la migraci¨®n. Que entonces Trump decide ponernos aranceles e impuestos a las remesas y cancelaci¨®n de visas para invitados. Y que eso tampoco reduce la migraci¨®n.
Si la migraci¨®n centroamericana no se detiene, ?c¨®mo va a reaccionar Trump? ?Con masacres a centroamericanos que logren esquivar a los militares mexicanos? ?Con un par de bombas aleccionadoras como amenaza de exterminio? S¨ª, suena exagerado en 2019. Todas las barbaries suenan as¨ª antes de que ocurran. Y desde Guatemala no lo vamos a poder frenar.
Mart¨ªn Rodr¨ªguez Pellecer es director de N¨®mada.
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