Hacinamiento, plagas y alimentos insuficientes: los centros de detenci¨®n para ni?os migrantes en M¨¦xico
Familias de migrantes denuncian la situaci¨®n en el albergue de la capital mexicana donde muri¨® una ni?a en mayo
El edificio tiene dos torres de vigilancia con polic¨ªas armados del Estado de M¨¦xico. Para ingresar, los ni?os migrantes pasan una puerta enrejada y un arco detector de metales. A partir de all¨ª, estar¨¢n encerrados e incomunicados. Se les asignar¨¢ una de las habitaciones con literas de cemento y colchoneta, de las que muchos salen con infecciones de chinches, ronchas, diarrea y anginas. Algunos dormir¨¢n en los pasillos, hacinados entre cientos m¨¢s que vienen desde Centroam¨¦rica, Asia y ?frica cargando un pasado de violencia, privaciones y trauma. Podr¨¢n ver a sus pap¨¢s tres veces por semana por quince minutos. Tres comidas al d¨ªa, un patio y un televisor ser¨¢n su mundo por los siguientes d¨ªas o meses.
Esas son las condiciones de la estaci¨®n migratoria en Iztapalapa (sur oriente de Ciudad de M¨¦xico) donde son alojados los menores, seg¨²n las descripciones de los migrantes que han estado all¨ª e informes de ONG. La estaci¨®n comparte con otros albergues del pa¨ªs un historial de denuncias por hacinamiento y trato inhumano. Sin embargo, contin¨²a alojando a los menores que son detenidos en M¨¦xico, m¨¢s de 33.100 en 2019, bajo el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, quien ha reforzado el control migratorio tras el acuerdo firmado en junio con Estados Unidos.
Dos familias venezolanas que estuvieron 23 d¨ªas detenidas en Iztapalapa relatan a EL PA?S que el encierro, los horarios restringidos y el maltrato los hicieron sentir que hab¨ªan ca¨ªdo ¡°en una c¨¢rcel¡±. Su delito: presentarse con sus pasaportes ante las autoridades mexicanas para pedir asilo. Como en Estados Unidos, las familias fueron separadas en el centro ya que los albergues tienen diferentes ¨¢reas para mujeres con ni?os, adolescentes y hombres. ¡°Lloramos como nunca¡±, recuerda Carlos, uno de los migrantes que piden resguardar su identidad por seguridad. Durante un mes, vio a sus hijos unos minutos los lunes, mi¨¦rcoles y viernes. Aunque lo m¨¢s impactante fueron las deficientes condiciones sanitarias. Hab¨ªa cuatro m¨¦dicos en rotaci¨®n para m¨¢s de 400 personas. ¡°La negligencia es alt¨ªsima y te tratan mal¡±, dice Alejandra, una de las madres. Su beb¨¦, un torbellino de ojos peque?os y pelo rizado, perdi¨® tres kilos y padeci¨® cinco d¨ªas de fiebre sin recibir la asistencia y comida adecuada, asegura.
Lo que relatan las familias ha sido documentado. El Mecanismo Nacional de Prevenci¨®n de la Tortura (MNPT) constat¨® en una visita en junio que la estaci¨®n en Iztapalapa no cumple con las recomendaciones de higiene, alimentaci¨®n, atenci¨®n m¨¦dica y seguridad emitidas en 2018 para prevenir la tortura y el maltrato.
All¨ª mismo estuvo alojada la ni?a guatemalteca de 10 a?os que falleci¨® el 15 de mayo. La tragedia mostr¨® un nuevo paralelismo entre la pol¨ªtica mexicana y la del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, donde cinco menores migrantes han muerto en centros de detenci¨®n. La Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n de M¨¦xico inform¨® que la causa del deceso de la ni?a guatemalteca fue ¡°el golpe¡± que sufri¨® al caerse de su litera en la estaci¨®n, a donde hab¨ªa sido trasladada junto a su madre desde la frontera norte. Las madres venezolanas, que aseguran dorm¨ªan en una habitaci¨®n contigua, creen podr¨ªa haber sido salvada.
¡°Como a las cuatro de la tarde se cay¨® la ni?a. Fue al m¨¦dico con mucho dolor: lloraba y lloraba y se agarraba las costillas. Le dijo que ten¨ªa gastritis y le dio una pastilla. Fue otras tres veces (...) como a las nueve de la noche, entramos a su habitaci¨®n y vemos que est¨¢ agonizando, volteaba los ojos, no ten¨ªa color en su piel, su rostro. Todas empezamos a pedir que la lleven a un hospital, y la sacaron en una colchoneta¡±, cuenta Alejandra. D¨ªas despu¨¦s, habr¨ªan puesto barrotes en las literas. ¡°Es injusto que quede como que se muri¨® y ya¡±. El Instituto Nacional de Migraci¨®n (INM) indic¨® que no realizar¨¢ comentarios por ser tratarse de una investigaci¨®n abierta.
Las condiciones inhumanas de detenci¨®n no ocurren solo en Iztapalapa sino tambi¨¦n en otra decena de estaciones en el pa¨ªs, seg¨²n han documentado ONG y defensores de migrantes. La Misi¨®n de Observaci¨®n de los Derechos Humanos para los Refugiados del Sureste de M¨¦xico, formada por 24 grupos, indica que la falta de higiene en los albergues del Estado sure?o de Chiapas provoca padecimientos f¨ªsicos y mentales a los migrantes. La crisis se habr¨ªa agravado con el r¨¦cord de detenciones alcanzado despu¨¦s de que M¨¦xico se comprometi¨® a frenar el flujo migratorio y con el incremento de la migraci¨®n de ni?os centroamericanos en 132 % en el primer semestre de 2019 en comparaci¨®n con 2018, seg¨²n el INM. Margarita Griesbach, defensora de la Red por los Derechos de la Infancia en M¨¦xico (REDIM), explica que los ni?os est¨¢n desatendidos por el colapso de las instituciones, pero tambi¨¦n por la ausencia de planificaci¨®n y de recursos.
M¨¢s de 13.200 menores de 11 a?os y 9.040 adolescentes ¡ªsolos y acompa?ados¡ª fueron detenidos hasta mayo de 2019 en M¨¦xico de acuerdo al Gobierno federal. Esta privaci¨®n de la libertad ha sido cuestionada por el Comit¨¦ Contra la Tortura de la Naciones Unidas dado que leyes nacionales y tratados internacionales ordenan buscar alternativas. Las estaciones no est¨¢n preparadas para sus necesidades espec¨ªficas, agrega, y hay denuncias de extorsiones y abusos por parte de agentes oficiales.
La mayor¨ªa de los ni?os han huido con su familia de la violencia y la pobreza en Honduras, Guatemala y El Salvador. Al llegar a M¨¦xico, para algunos siguen los abusos por parte de los coyotes y de las autoridades tanto en la detenci¨®n como en el traslado y permanencia en las estaciones. Esta secuencia hace que los migrantes padezcan cuadros de depresi¨®n, estr¨¦s y trastornos de ansiedad, se?ala Ruth Gonz¨¢lez, psic¨®loga del refugio Casa Mambr¨¦ de Scalabrinianas Misi¨®n. Los ni?os manifiestan el trauma con llantos, irritabilidad, pesadillas, necesidad de contenci¨®n y reacciones violentas. Muchos sufren regresiones como la ausencia del habla o pierden el control de sus esf¨ªnteres. ¡°En el respeto a los derechos de los ni?os, M¨¦xico se queda corto¡±, dice Gonz¨¢lez.
TRAS EL ENCIERRO, LA DEPORTACI?N O EL DESAMPARO
La escasez de asesoramiento adecuado puede ocasionar que los menores sean devueltos a sus pa¨ªses aunque est¨¦ en riesgo su vida, alerta Margarita Griesbach, defensora de la Red por los Derechos de la Infancia en M¨¦xico (REDIM). M¨¦xico deport¨® m¨¢s de 15.500 ni?os hasta mayo de 2019, el 70% de los detenidos, seg¨²n datos del Gobierno federal. La mayor¨ªa ten¨ªa menos de 11 a?os.
En sus lugares de origen, son presa f¨¢cil de la miseria y la delincuencia. "Despu¨¦s de todo lo que pasaron, vuelven llenos de frustraci¨®n y desesperaci¨®n", dice Karla Rivas, del Servicio Jesuita a Refugiados en Honduras, donde 8.400 menores fueron devueltos. Los que logran pedir asilo son llevados a refugios de organizaciones como Casa Mambr¨¦ o Cafemin en la capital mexicana, que resultan un alivio: ofrecen asesoramiento, terapias, talleres, y sus puertas siempre est¨¢n abiertas. Aunque son alojamientos temporales y el tr¨¢mite de refugio toma m¨¢s de un a?o, muchos se arriesgan a retomar la ruta hacia el norte.
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