Agua y fuego
La Espa?a vac¨ªa arde y tiene sed. Y, desgraciadamente, cada vez menos votantes
Cada verano, la Espa?a vac¨ªa se llena de salvadores en pantalones cortos. Visitantes ocasionales que descienden desde las ciudades a reencontrarse con sus ra¨ªces familiares en los pueblos m¨¢s rec¨®nditos. Ah¨ª, maldicen a los pol¨ªticos que desatienden las necesidades del campo y loan las sanas costumbres rurales antes de volver, raudos, a las suyas urbanitas.
Pero pocos piensan en los problemas de fondo del campo, empezando por las dos plagas b¨ªblicas que lo azotan peri¨®dicamente: los incendios y la sequ¨ªa. Y, en Espa?a, gestionamos de forma parecida el agua y el fuego. Nuestras instituciones reaccionan r¨¢pidamente a las crisis. Contra la sequ¨ªa, tenemos sofisticados planes de emergencia que garantizan el abastecimiento de agua a la poblaci¨®n y programas de ayudas a los agricultores directamente afectados. Contra los incendios, somos uno de los pa¨ªses con mejores medios de extinci¨®n del mundo.
Pero nos cuesta dise?ar estrategias a largo plazo. Y necesitamos planes que tengan en cuenta la evoluci¨®n de los factores subyacentes que aumentan la probabilidad de los incendios y las restricciones h¨ªdricas. Frente al fuego, urge alterar la actual distribuci¨®n de gasto p¨²blico, sesgado hacia la extinci¨®n y con escasa inversi¨®n en prevenci¨®n. Tambi¨¦n precisamos inteligencia. Para minimizar los estragos del fuego, deber¨ªamos permitir m¨¢s peque?os incendios que quemen el combustible vegetal del que se alimentan los superincendios.
Frente a la sequ¨ªa, tenemos que lidiar con el paralelo ascenso de la temperatura media y de la superficie de regad¨ªo. Dos fen¨®menos que han contribuido a un imparable crecimiento de la demanda de agua en los ¨²ltimos a?os. Para racionalizarla, hay que tejer un amplio pacto nacional con legitimidad suficiente para imponer medidas impopulares a todos: a los regantes rurales, y tambi¨¦n a unos consumidores urbanos que reutilizan una proporci¨®n ¨ªnfima de las aguas residuales. El acuerdo deber¨ªa tambi¨¦n relanzar la adormecida inversi¨®n en obras hidr¨¢ulicas.
En todo el mundo, los pol¨ªticos son miopes. Prefieren los parches cortoplacistas que dejan r¨¦dito electoral inmediato a las reformas de fondo. Pero, con el debate empantanado en la formaci¨®n de Gobierno, los nuestros parecen ciegos a los desaf¨ªos m¨¢s terrenales: la Espa?a vac¨ªa arde y tiene sed. Y, desgraciadamente, cada vez menos votantes. @VictorLapuente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.