Contra el silencio y el olvido
El r¨¦gimen nicarag¨¹ense busca prolongarse en una ¡°normalidad¡± forzada, que haga a la comunidad internacional acostumbrarse a convivir con una dictadura m¨¢s en Am¨¦rica Latina
Despu¨¦s de la rebeli¨®n c¨ªvica en Nicaragua, y de la despiadada ola represiva que dej¨® centenares de muertos, heridos, encarcelados y exiliados, el r¨¦gimen se encierra en s¨ª mismo para negar toda posibilidad democr¨¢tica. Busca prolongarse en una ¡°normalidad¡± forzada, que haga a la comunidad internacional acostumbrarse a convivir con una dictadura m¨¢s en Am¨¦rica Latina, de las muchas a lo largo de la historia.
El f¨¦rreo control ¨²nico, polic¨ªa, fiscales, tribunales, diputados, magistrados electorales, apunta a ganar tiempo y silencio para llegar a las elecciones del a?o 2021, y bajo las mismas reglas fraudulentas del sistema electoral viciado, conseguir de nuevo la reelecci¨®n de Ortega, que empezar¨ªa su quinto per¨ªodo acerc¨¢ndose a los ochenta a?os.
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Un pa¨ªs convertido en el reino del olvido, sujeto a la mediocridad cotidiana, del que nadie se acuerde, como el Paraguay del doctor Francia, descrito en colores tan sombr¨ªos Augusto Roa Bastos en Yo el Supremo.
Si los niveles de deterioro econ¨®mico siguen progresando, el Producto Interior Bruto retroceder¨ªa al de los a?os sesenta del siglo pasado. Un pa¨ªs situado en la cola del desarrollo, ese territorio de all¨¢ atr¨¢s desde donde los ruidos llegan confusos, y amortiguados.
Y m¨¢s exiliados, j¨®venes sobre todo. Ya hay centenares de miles en Costa Rica, en el resto de Centroam¨¦rica, en Estados Unidos. El primer producto de exportaci¨®n de Nicaragua son los nicarag¨¹enses: las remesas de los emigrantes se colocan ya muy por encima del caf¨¦, o de la carne, o del oro.
Si los niveles de deterioro econ¨®mico siguen progresando, el Producto Interior Bruto de Nicaragua retroceder¨ªa al de los a?os sesenta del siglo pasado
De acuerdo a esa visi¨®n arcaica, los aliados internacionales de Ortega son ahora fantasmales: Abjasia y Osetia del Sur, los dos territorios del C¨¢ucaso que Putin arranc¨® a Georgia; Sud¨¢n del Sur, sometido a la guerra civil y las hambrunas, con el que Ortega ha establecido relaciones diplom¨¢ticas; Ir¨¢n, cuyo canciller, Mohamad Javad Zarif, estuvo hace algunas semanas de visita oficial en Managua; y, hasta cuando dure, la ag¨®nica Venezuela de Nicol¨¢s Maduro.
Pero Nicaragua es, por el contrario, un pa¨ªs vital y abierto, que resistir¨¢ el aislamiento y la par¨¢lisis, y que no dejar¨¢ nunca de demandar libertad y democracia, como lo ha hecho a lo largo de su historia. Por debajo de la losa de silencio que se trata de imponer, y por encima de la arbitrariedad cotidiana, est¨¢ latente la rebeld¨ªa, que es la que al fin y al cabo se impondr¨¢.
Las arbitrariedades llegan a volverse c¨®micas, pese a la cauda tr¨¢gica que arrastran. Este es el ¨²nico pa¨ªs del mundo donde los colores de la bandera nacional, azul y blanco, convertidos en s¨ªmbolos de resistencia por la gente, est¨¢n prohibidos, y exhibirlos o desplegarlos es penado con golpizas y prisi¨®n: como en una novela de Jorge Ibarg¨¹engoitia, a un ciudadano que pintaba las paredes de su casa de azul y blanco la polic¨ªa le decomis¨® la brocha y los botes de pintura, y luego, manu militari, fue vuelta a pintar de verde y amarillo, colores que la autoridad estim¨® que la casa de este ciudadano deber¨ªa tener: los gustos y colores est¨¢n confiscados.
Lo que la gente quiere es un pa¨ªs con alternabilidad democr¨¢tica, sin posibilidad de reelecci¨®n, ni de sucesi¨®n familiar; donde los votos sean contados limpiamente
Que no se olvide, fuera de nuestras fronteras, que la empresa de televisi¨®n 100% Noticias sigue silenciada, sus oficinas y estudios ocupados por fuerzas policiales, y su director, Miguel Mora, pas¨® preso medio a?o en una celda de aislamiento. Lo mismo las instalaciones del semanario Confidencial, y los programas de televisi¨®n Esta Semana y Esta Noche, mientras su director, Carlos Fernando Chamorro, fue forzado al exilio en Costa Rica.
Los ¨²nicos dos diarios de Managua, La Prensa, y El Nuevo Diario, est¨¢n siendo estrangulados por la retenci¨®n arbitraria de papel y tinta lo que los obliga a salir con un reducido n¨²mero de p¨¢ginas, y hace inminente el cese de su publicaci¨®n.
Un pa¨ªs donde los j¨®venes, con inmensa sabidur¨ªa y madurez, ha renunciado a la lucha violenta y buscan una salida democr¨¢tica sin m¨¢s derramamiento de sangre, merece ser escuchado, y no ser sometido al silencio y al olvido que la dictadura pretende, convirtiendo en normal lo anormal.
Lo que la gente quiere es un pa¨ªs con alternabilidad democr¨¢tica, sin posibilidad de reelecci¨®n, ni de sucesi¨®n familiar; donde los votos sean contados limpiamente, donde impere la separaci¨®n de poderes, donde los jueces fallen de manera independiente, donde la pol¨ªtica no sea el refugio de los mediocres, los actos de corrupci¨®n deban ser castigados, y todos puedan expresarse libremente; un pa¨ªs libre de la mentira oficial.
Y es lo que Nicaragua conseguir¨¢.
Sergio Ram¨ªrez es escritor y Premio Cervantes 2017.
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