Por una tributaci¨®n justa
Madrid, con los enormes beneficios que reporta la capitalidad del Estado, hace la competencia fiscal al resto de comunidades
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?Se imaginan ustedes que en Catalu?a el impuesto sobre la renta fuera menor que en Madrid? ?Y se imaginan qu¨¦ se comentar¨ªa en la capital si el ahora famoso impuesto al contratar una hipoteca fuera la mitad en Catalu?a? Y, sobre todo, ?se imaginan ustedes qu¨¦ dir¨ªan aquellos ultradefensores de la solidaridad entre todos los espa?oles si el impuesto sobre el patrimonio estuviera bonificado en Barcelona y en cambio vigente en Madrid? ?Y si ¨ªdem con sucesiones? ?Cu¨¢ntas manifestaciones de la clase pol¨ªtica e instituciones de defensa de la unidad de Espa?a aceptar¨ªan que los catalanes tributasen menos que los ciudadanos del resto de Espa?a? ?Cu¨¢ntos llamamientos a la solidaridad e igualdad tendr¨ªamos que o¨ªr? ?Pues eso es lo que ocurre en Espa?a en estos momentos, pero al rev¨¦s!
Y muchos nos preguntamos: ?es justo que Madrid, con los enormes beneficios que reporta la capitalidad del Estado, est¨¦ haciendo la competencia fiscal al resto de comunidades? ?Es ¨¦ticamente defendible que la capital de Espa?a, ya favorecida por ser sede de pr¨¢cticamente todas las instituciones del Estado de ¨¢mbito general y favorecida tambi¨¦n por la creciente concentraci¨®n del poder econ¨®mico, financiero y empresarial, haga dumping fiscal al resto de Espa?a? ?No deber¨ªa ser exactamente al rev¨¦s? Algunos nos preguntamos: ?pero qui¨¦n de hecho se est¨¢ independizando de qui¨¦n? ?Qui¨¦n se muestra insolidario con el resto de los espa?oles?
No nos digan, por favor, que la Comunidad de Madrid est¨¢ mejor administrada que las del resto de Espa?a. M¨¢s o menos igual de bien e igual de mal. Con sus aciertos, corruptelas y despilfarros, por desgracia, como en toda Espa?a. ?O quiz¨¢s peor? (rescates de autopistas, Ciudad de la Justicia, procesamiento de sus dirigentes, etc¨¦tera). ?No ser¨¢ que el Estado y la comunidad aut¨®noma financian y promocionan el gran Madrid a costa del resto de Espa?a? ?Saben que uno de los pocos tramos ejecutados del mil veces reivindicado, prometido y aplazado Corredor Mediterr¨¢neo es un tramo de la conexi¨®n Atocha-Chamart¨ªn en pleno centro de Madrid?, seg¨²n denunci¨® en su d¨ªa Josep Vicent Boira, profesor de Econom¨ªa y alto cargo de la Generalitat Valenciana. S¨ª, han le¨ªdo bien. Madrid, a 400 km del punto m¨¢s cercano del Mediterr¨¢neo¡
Construyamos un sistema equitativo que no solo permita a algunos mejorar su factura fiscal por tener m¨¢s posibilidades de encontrar escondites
Por desgracia, la falta de eficiencia en el gasto p¨²blico iguala a las distintas comunidades para esc¨¢ndalo de todos los ciudadanos. Sinceramente, hemos llegado a un punto tan absurdo como inaguantable. Por desgracia, la distribuci¨®n de la carga impositiva no es tanto una cuesti¨®n de eficiencia o de equidad, sino tambi¨¦n de pura ideolog¨ªa. En Catalu?a, por ejemplo, la subida de impuestos la impuso la minor¨ªa de independentistas antisistema, primero al tripartito y despu¨¦s a Converg¨¨ncia a cambio de seguir recibiendo apoyos para su proyecto de secesi¨®n. En Madrid, su permanente oferta de bajada de impuestos es tambi¨¦n consecuencia del c¨¢lculo pol¨ªtico y electoral confundiendo los leg¨ªtimos intereses de los partidos con las acciones de los Gobiernos.
Reflexionemos tambi¨¦n sobre la adecuaci¨®n al principio de la equidad fiscal del impuesto sobre el patrimonio, exento en Madrid. Algunas corrientes atribuyen a esta figura y otras conexas (sucesiones, donaciones) enormes virtudes en el orden de mitigar la desigualdad social. Otras subrayan la problem¨¢tica que supone gravar el ahorro de ciudadanos que ya ha tributado, cuyos rendimientos vuelven a tributar si se producen, y que en su parte inmobiliaria ya se grava anualmente por el IBI y cuya cuantificaci¨®n depende de valoraciones de fin de a?o, que suben y bajan como las monta?as rusas. El asunto es lo suficientemente espinoso como para tratar de alcanzar, al menos, un acuerdo muy pragm¨¢tico de bases m¨ªnimas comunes.
Deber¨ªamos distribuir la carga tributaria de forma justa entre todos los ciudadanos y no basada en oportunismos de favor o grupos de presi¨®n o a favor de intereses electorales. Que sea solidaria, equitativa y que contribuya a reducir desigualdades, pero que incentive tambi¨¦n la creaci¨®n de riqueza en el interior de todo nuestro pa¨ªs sin favorecer a las partes ya m¨¢s favorecidas. Y que fomente el ahorro a largo plazo, que es el que da consistencia a la econom¨ªa de un pa¨ªs. Que est¨¦ adaptada a la nueva realidad de la econom¨ªa digital y que evite los para¨ªsos fiscales no solo en el mundo ¡ªobjetivo por desgracia harto dif¨ªcil¡ª, sino en la Uni¨®n Europa y¡ en la propia Espa?a.
Y, sobre todo, no enquistemos la cultura del subsidio y de los gastos p¨²blicos suntuarios o innecesarios y preocup¨¦monos del futuro, los j¨®venes, que es la minor¨ªa m¨¢s estrat¨¦gica, m¨¢s importante y m¨¢s desatendida. Porque tributar es una obligaci¨®n democr¨¢tica, ciudadana y moral que tenemos todos. Y mucho m¨¢s en los a?os que vivimos. Pero construyamos un sistema justo y equitativo que evite los privilegios actuales y que no solo permita a algunos mejorar su factura fiscal por tener m¨¢s posibilidades de encontrar los escondites.
Ignasi Cam¨ª es economista.
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