Schwarzenegger, la saga contin¨²a
Exgobernador, actor, activista y unido a la familia Kennedy por un matrimonio que acab¨® en esc¨¢ndalo y divorcio
Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver coinciden en un sal¨®n de u?as de Santa M¨®nica. Arnold Schwarzenegger se encuentra con su hija Christina para comer en Brentwood. Arnold Schwarzenegger habla de Terminator en ComicCon. Arnold Schwarzenegger firma una tribuna en USA Today pidiendo el fin de la configuraci¨®n partidista de los distritos electorales. Eso, en el ¨²ltimo mes.
Arnold Schwarzenegger puede aparecer en medios a la vez hablando del futuro del Partido Republicano, pidiendo m¨¢s compromiso contra el cambio clim¨¢tico, confirmando que va a hacer un nuevo Terminator y en unas fotos robadas en pantal¨®n corto por las calles de Los ?ngeles. A sus 72 a?os ha ido acumulando perfiles ¡ªel de actor, el de celebridad, el de pol¨ªtico, el de activista, el de padre y exmarido¡ª sin terminar de dejar ninguno atr¨¢s. Pocas familias fuera de Hollywood ejercen la clase de star power que los medios californianos reconocen a la familia Schwarzenegger. Y adem¨¢s, la familia es cada vez es m¨¢s grande. Todo el que pueda ponerse Schwarzenegger como apellido parece resultar interesante. Est¨¢n los cuatro hijos del actor. Est¨¢ la exmujer. Adem¨¢s de la empleada dom¨¦stica con la que tuvo un hijo ileg¨ªtimo. Est¨¢ el hijo ileg¨ªtimo en cuesti¨®n. La novia del hijo ileg¨ªtimo. Todos son susceptibles de convertirse en noticia si hay una foto y la palabra Schwarzenegger se puede poner en el titular.
La historia es ya parte de la cultura popular de California. Schwarzenegger conoci¨® a Maria Shriver, sobrina del presidente John F. Kennedy, a finales de los setenta. Ella era presentadora de televisi¨®n. El actor dej¨® a su mujer y se cas¨® con Shriver en 1986. Tuvieron cuatro hijos: Katherine, de 29 a?os, Christina, de 28, Patrick, de 26, y Christopher, de 21. Hay un quinto v¨¢stago, Joseph Baena, que tiene la misma edad que Christopher. Baena es hijo de Schwarzenegger y la empleada dom¨¦stica de la familia en los a?os noventa, una mujer guatemalteca llamada Patricia Baena. Schwarzenegger tuvo los dos hijos a la vez con dos mujeres que viv¨ªan en la misma casa. Tras dejar el puesto de gobernador de California, en 2011, lo reconoci¨® ante Shriver y desencaden¨® uno de los divorcios m¨¢s jugosos de California fuera del ¨¢mbito de Hollywood.
Baena, que se ha graduado en la universidad este a?o, no solo tiene un parecido innegable con el actor. Adem¨¢s, se dedica a cultivar unos m¨²sculos como los de su padre y se ha convertido en un peque?o famoso local por s¨ª mismo. Lo ¨²ltimo son unas fotos de ¨¦l paseando con su novia, llamada Nicky Dodaj, a la que de pronto le ha ca¨ªdo tambi¨¦n algo del polvo de estrellas que desprenden Schwarzenegger y Shriver.
La pareja, mientras, sigue fascinando al p¨²blico como cuando ocupaban el Gobierno de California. Lo suficiente como para destacar que van al mismo sal¨®n de u?as de Santa M¨®nica. El pasado enero, la prensa relataba como se hab¨ªan encontrado, ella saliendo y ¨¦l entrando, en un local dedicado a hacer la manicura. Schwarzenegger iba con su actual novia, la fisioterapeuta Heather Milligan, de 44 a?os. Shriver estaba all¨ª con sus hijas. La expareja solo tuvo una conversaci¨®n casual, pero fue suficiente para generar expectaci¨®n.
En aquel encuentro en la manicura, Katherine, la hija mayor del actor y la periodista, andaba ense?ando su anillo de compromiso con un nuevo miembro que estaba a punto de entrar a formar parte de la saga, el actor Chris Pratt. Aunque Pratt es famoso por s¨ª mismo (Guardianes de la Galaxia, Parque Jur¨¢sico), en su vida de tabloide ya va a estar ligado para siempre al clan Schwarzenegger. Katherine Schwarzenegger y Chris Pratt se casaron el pasado 8 de junio en una ceremonia ¨ªntima celebrada en un rancho de la localidad de Montecito, California, despu¨¦s de siete meses de noviazgo.
En cuanto a los padres, a pesar del sonado divorcio, nunca hubo una gran pelea ni por los hijos ni por los bienes. De hecho, el a?o pasado el portal TMZ descubri¨® que la demanda de divorcio presentada por Shriver, que contin¨²a trabajando en programas especiales para la NBC, no hab¨ªa llegado al juzgado y la pareja segu¨ªa legalmente casada. El pasado 20 de agosto, el Daily Mail publicaba im¨¢genes de Schwarzenegger, Shriver y su hija Christina llegando a comer juntos a un restaurante de Brentwood, donde viven. Todos en Hollywood interpretan que la relaci¨®n entre ellos es cordial.
Katherine, adem¨¢s de reci¨¦n casada escribe libros sobre experiencias personales; Christina trabaja en producci¨®n en televisi¨®n. Patrick trata de hacer carrera como actor y modelo, aunque solo ha conseguido algunos papeles espor¨¢dicos en los ¨²ltimos cinco a?os, y Christopher contin¨²a sus estudios universitarios y apenas tiene vida p¨²blica.
Mientras, el antiguo governator contin¨²a su actividad pol¨ªtica a trav¨¦s de grupos de influencia con los que tiene varios frentes abiertos. Por un lado, est¨¢ apoyando una facci¨®n del Partido Republicano en California, llamada New Way, que trata de arrancar al partido de las garras del extremismo y de Donald Trump, de quien se convirti¨® en n¨¦mesis en Twitter poco despu¨¦s de que asumiera la presidencia a la que ¨¦l quiso aspirar pero no pudo por no haber nacido en Estados Unidos. Como gobernador, adem¨¢s, firm¨® la ley m¨¢s avanzada de reducci¨®n de gases contaminantes que su pa¨ªs hab¨ªa suscrito hasta aquel momento y hoy sigue siendo un activista contra el cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n ha lanzado, a trav¨¦s del Schwarzenegger Institute de la Universidad del Sur de California, una campa?a nacional para acabar con el gerrymandering, la manipulaci¨®n partidista de los distritos electorales.
Su ¨²ltima cruzada, sin embargo, fue personal. Beverly Hills tiene muchas cosas buenas para vivir, pero es el infierno de un fumador. El pasado mayo, la ciudad aprob¨® una ley que pr¨¢cticamente proh¨ªbe la venta de cualquier producto de nicotina. El tabaco ha sido ilegalizado de facto. Schwarzenegger, fumador de puros, sali¨® en defensa de su afici¨®n y de sus amigos fumadores.
El exgobernador pidi¨® por carta al Ayuntamiento que dejara exento al Grand Havana Room, el club de fumadores de puros del que es miembro. El club es ¡°una preciada casa fuera de casa¡±, argument¨® el actor, que pidi¨® que se distinguiera entre ¡°una instituci¨®n que da car¨¢cter¡± a la ciudad y la venta de una cajetilla de cigarrillos en una gasolinera. El local qued¨® exento de la normativa. Para algo tiene que valer el poder de las estrellas.
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