Una disputa est¨²pida
En Colombia, mientras la pol¨ªtica alternativa y progresista se desangra y cae en canibalismo, la vieja clase pol¨ªtica se reconstruye y se divide el poder burocr¨¢tico y regional
En el a?o 2018, en las elecciones presidenciales, el uribismo regres¨® al poder de la mano de Iv¨¢n Duque. El arranque de este gobierno no pudo haber sido m¨¢s complicado: un a?o despu¨¦s de su posesi¨®n la imagen del presidente est¨¢ alrededor del 30%. Con esos resultados, en teor¨ªa, los candidatos perdedores y los de la oposici¨®n deber¨ªan estar bien posicionados. Pero no es as¨ª, la oposici¨®n no ha logrado capitalizar el mal arranque de Duque.
El segundo en las elecciones fue Gustavo Petro, quien representa buena parte de los sectores de izquierda. El tercero en la carrera fue Sergio Fajardo, quien aglutina a un sector de la centroizquierda y, sobre todo, ese espacio complejo de definir del centro. En el a?o que va de gobierno de Iv¨¢n Duque ninguno de estos dos precandidatos ha logrado liderar la oposici¨®n. Se han encerrado en una guerra absurda que no les deja ver el resto del espectro pol¨ªtico.
El ¨²ltimo de los episodios de la disputa pol¨ªtica se dio hace algunas semanas cuando la hoy candidata a la alcald¨ªa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez, inscribi¨® su candidatura. All¨ª, acompa?ada de Fajardo manifest¨® que seguramente ¨¦l ser¨ªa el pr¨®ximo presidente. Inmediatamente, Gustavo Petro entr¨® en c¨®lera y la batalla comenz¨® de nuevo. Dicha disputa los ha cegado y ellos mismos se est¨¢n marginalizando de la campa?a del 2022.
Por un lado, Petro acus¨® a un canal de televisi¨®n y un grupo econ¨®mico de estar favoreciendo, mediante una encuesta, a Claudia L¨®pez. Algo absurdo que caus¨® risa en el mundo de los analistas pol¨ªticos. Adem¨¢s, apoy¨® a Hollman Morris en su aspiraci¨®n a la alcald¨ªa de Bogot¨¢, a pesar de ser un candidato inviable en t¨¦rminos electorales, cuestionado por acusaciones que dejan en una posici¨®n muy complicada a Petro. En la pr¨¢ctica se ha ido aislando solo.
Por su parte, Fajardo sigue en su idea de crear un partido pol¨ªtico propio, algo que ha intentado hacer desde 2011 y no ha podido. Si no lo ha logrado en casi 10 a?os menos lo har¨¢ en 2. Adicionalmente, gran parte de su base social ataca constantemente al petrismo y ha puesto como condici¨®n avalar candidatos que no apoye el movimiento de Gustavo Petro. Y, finalmente, a nivel territorial hay verdaderas batallas entre los sectores pol¨ªticos de ambos bandos que hacen que una reconciliaci¨®n parezca imposible.
Mientras esto pasa y Fajardo solo mira a su izquierda, desde la centroderecha le est¨¢n copando el espacio. Los hermanos Gal¨¢n arman un gran movimiento de car¨¢cter nacional e incluso dise?an listas a Senado y C¨¢mara en varios departamentos del pa¨ªs. Por otro lado, una alianza entre el alcalde de Medell¨ªn, Federico Guti¨¦rrez, y la casa Char, que maneja parte de la Costa Atl¨¢ntica, liderada por Alex Char, han dise?ado una gran alianza para competir en el 2022. Una coalici¨®n que significa, en parte, armar un gran bloque con el uribismo.
Todo se habr¨ªa fraguado en una reuni¨®n en Barranquilla donde la Casa Char manifest¨® a la vieja clase pol¨ªtica que hab¨ªa dos problemas. El primero era Gustavo Petro, el cual ten¨ªa su base m¨¢s s¨®lida de votantes en la Costa Atl¨¢ntica. Para reducir ese poder se pidi¨® que fueran en bloque con candidatos a gobernaciones y alcald¨ªas. As¨ª, en casi toda la Costa hay candidatos que re¨²nen el apoyo del Centro Democr¨¢tico, Cambio Radical y el Partido Liberal. El otro problema para estos clanes era Sergio Fajardo, y por eso le ped¨ªan al uribismo y a Federico Guti¨¦rrez que llegaran a un acuerdo para detener a Fajardo en Antioquia y el eje cafetero. El actual alcalde de Medell¨ªn solicit¨® que, a partir de enero de 2020, le den el Ministerio de Defensa; a cambio ¨¦l inclinar¨ªa la balanza para el candidato de Uribe a la alcald¨ªa de Medell¨ªn y la gobernaci¨®n de Antioquia.
Mientras la pol¨ªtica alternativa y progresista se desangra y cae en canibalismo, la vieja clase pol¨ªtica se reconstruye y se divide el poder burocr¨¢tico y regional. Esa es la historia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.