Los riesgos del rearme de las FARC
El anuncio de M¨¢rquez puede causar una desbandada hacia las disidencias, de ah¨ª la necesidad del Gobierno de proteger los espacios donde se encuentran los excombatientes
En la ma?ana de este jueves, en un v¨ªdeo grabado en la frontera entre Colombia y Venezuela, el exjefe negociador de las FARC, Iv¨¢n M¨¢rquez, anunci¨® el nacimiento de una nueva guerrilla. Acompa?ado de otros mandos importantes como Roma?a, El paisa, Aldinever y El loco Iv¨¢n, mediante un documento que llam¨® manifiesto, dijo que retomaban las armas debido a los incumplimientos en la implementaci¨®n del acuerdo de paz firmado entre la exguerrilla de las FARC y el Estado colombiano en 2016. Como era de esperarse, a dos meses de las elecciones locales y regionales, los sectores pol¨ªticos han utilizado el anuncio como caballo de batalla. Unos y otros se culpan del posible resurgimiento de una nueva guerrilla.
El desconcierto es total en el mundo pol¨ªtico, acad¨¦mico y de especialistas. En todo caso, grupos de disidencias existen desde hace bastante tiempo, no son tan fuertes como se cree y pasaran muchos a?os para que siquiera lleguen a acercarse a como fueron las FARC al final del proceso de paz. La radiograf¨ªa es la siguiente.
Por un lado, desde poco antes de la firma del acuerdo de paz comenzaron a surgir peque?os grupos de disidentes. En la actualidad hay 23 grupos, compuestos por 1.800 exguerrilleros y cerca de entre 300 y 400 nuevos reclutas. Operan en 85 municipios de los poco m¨¢s de 1.100 que tiene el pa¨ªs. Vale la pena aclarar que al final del proceso de paz la entonces guerrilla de las FARC oper¨® en 300 municipios, desmoviliz¨® 13.000 personas y entreg¨® m¨¢s de 8.000 armas. As¨ª las cosas, en el peor de los casos, las disidencias representan hoy el 25% de lo que fueron las FARC. A continuaci¨®n, se muestra en un mapa municipal.
En segundo lugar, estos 23 grupos de disidencias armadas no son una estructura ¨²nica. Los que se encuentran en el Pac¨ªfico colombiano son totalmente independientes a los de los llanos orientales. As¨ª las cosas, es posible prever una unidad de mando en 15 o 16 de estos grupos. Sin embargo, adicional a estas disidencias en armas, hab¨ªa una disidencia pol¨ªtica, de un grupo de jefes de la exguerrilla de las FARC que no se sent¨ªan c¨®modos con los niveles de cumplimiento del acuerdo, hablan de una traici¨®n del Estado colombiano y varios de ellos ten¨ªan procesos de investigaciones judiciales por delinquir luego de la firma. La noticia es que estas dos disidencias, la armada y la pol¨ªtica, podr¨ªan unirse. Lo cual podr¨ªa llevar al nacimiento de una nueva guerrilla, es decir, revivir un conflicto armado pol¨ªtico.
En tercer lugar, en medio de la posibilidad del surgimiento de una nueva guerrilla se encuentra el factor Venezuela. Actualmente, la frontera entre Colombia y Venezuela es un escenario de disputa criminal. La guerrilla del ELN controla el departamento de Arauca y el vecino Estado venezolano de Apure. Tambi¨¦n el Catatumbo colombiano y venezolano, as¨ª como un sector de ¨¢rea metropolitana de C¨²cuta. El Clan del Golfo, un grupo posdesmovilizaci¨®n paramilitar, controla otros sectores fronterizos y en tres puntos hay presencia de grupos de disidencias de las FARC. Tanto el ELN como ahora las disidencias han dicho que defender¨¢n a Nicol¨¢s Maduro y la ¡°revoluci¨®n bolivariana¡±. De hecho, en varias zonas de Venezuela estos grupos parecen estructuras paramilitares. Igualmente, debido a la corrupci¨®n de la Fuerza Armada Bolivariana, la frontera esta inundada de armas y los grupos armados ilegales tienen acceso a ellas a un bajo precio. En fin, el papel de Venezuela ser¨¢ fundamental para determinar el futuro de estos grupos.
Por ¨²ltimo, m¨¢s de 10.000 exguerrilleros de los 13.000 que dejaron las armas est¨¢n en el proceso de reincorporaci¨®n. El anuncio de M¨¢rquez puede causar una desbandada hacia las disidencias, de ah¨ª la necesidad del Gobierno de ir a proteger estos espacios donde se encuentran los excombatientes, garantizarles condiciones dignas de reincorporaci¨®n y evitar que las disidencias crezcan de forma acelerada. Adem¨¢s, el balance en seguridad del Gobierno Duque no es alentador, es necesario ajustar la t¨¢ctica militar.
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