Amenaza a Colombia
El anuncio del exguerrillero de las FARC Iv¨¢n M¨¢rquez de que retoma la armas no es justificable desde ning¨²n punto vista
El anuncio del exjefe guerrillero y disidente de las FARC, Ivan M¨¢rquez, de que reanuda las actividades terroristas es una agresi¨®n a la democracia colombiana y un injustificable rechazo a un proceso de paz que ha marcado un hito en la historia tanto de Colombia como de Latinoam¨¦rica.
M¨¢rquez, en paradero desconocido desde hace un a?o, anunci¨® junto a otros exguerrilleros ¡°una nueva etapa en la lucha armada¡±, y en un brutal ejercicio de cinismo a?adi¨® que ¡°la historia registrar¨¢¡± que se ha visto obligado a tomar las armas. No. Si la sociedad colombiana vuelve a vivir la pesadilla que sufri¨® durante cincuenta a?os la historia registrar¨¢ que ha sido por el rechazo de M¨¢rquez a una paz fruto de un largo y complicado proceso de negociaci¨®n ¡ªoficialmente, cuatro a?os en los que el propio guerrillero fue protagonista¡ª con cesiones y tensiones internas en todos los bandos y que culmin¨® con la firma de unos acuerdos que se han convertido en ejemplo internacional para otros conflictos similares.
Solo desde la obcecaci¨®n m¨¢s absoluta o desde el total desconocimiento de la realidad pudiera pensarse que con la firma del documento acordado entre el Estado colombiano y la guerrilla estaba todo hecho. Al contrario. La firma, celebrada el 26 de septiembre de 2016, fue apenas el primer paso de un largo proceso de normalizaci¨®n institucional, reconciliaci¨®n nacional y reconocimiento de las v¨ªctimas que todav¨ªa se encuentra en marcha y que no ser¨¢ ni corto ni f¨¢cil. Con las dificultades e imprevistos normales en cualquier proceso din¨¢mico, Gobierno y guerrilla han ido cumpliendo con un compromiso cuyo verdadero beneficiario no es ninguno de los dos, sino el pueblo de Colombia.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia abandonaron las armas, se transformaron en un partido pol¨ªtico bajo el nombre de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n y aceptaron las reglas del juego democr¨¢tico. Est¨¢n presentes tanto en el Congreso como en el Senado de la Rep¨²blica y los acuerdos de paz les garantizan un m¨ªnimo de esca?os durante ocho a?os precisamente para que su voz pueda ser escuchada en la sede de la soberan¨ªa nacional. El presidente Juan Manuel Santos fue por este punto objeto de dur¨ªsimas cr¨ªticas de quienes desde dentro del sistema se opon¨ªan a la negociaci¨®n.
Aun siendo grave, la decisi¨®n de M¨¢rquez era lamentablemente previsible. La culminaci¨®n de la paz en Colombia ser¨¢ larga y compleja, en ocasiones no exenta de abusos, un reflejo l¨®gico de la guerra civil m¨¢s prolongada que ha vivido Latinoam¨¦rica. Colombia es un Estado de derecho que ha dado sobradas muestras de superar dificultades en apariencia infranqueables. El anuncio de M¨¢rquez no debe acabar con la leg¨ªtima aspiraci¨®n de los colombianos a vivir en paz.
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