El estruendo del silencio
Cachemira vive sumida, desde la suspensi¨®n de su autonom¨ªa hace un mes, en un bloqueo ins¨®lito en la ¨¦poca de la hipercomunicaci¨®n
El silencio siempre es inquietante. Todav¨ªa m¨¢s en nuestra ¨¦poca estruendosa. Cuando no llega noticia alguna de una regi¨®n entera, ni es posible hacer o recibir llamadas telef¨®nicas, mandar mensajes de texto o v¨ªdeos por las redes sociales u obtener informaci¨®n de unas p¨¢ginas de Internet que est¨¢n tambi¨¦n bloqueadas, es que algo muy grave, lo m¨¢s parecido a una cat¨¢strofe, ha sucedido o est¨¢ sucediendo.
As¨ª est¨¢ Cachemira desde principios de agosto, un mes entero ya, cuando el Gobierno de Narendra Modi suspendi¨® su autogobierno, ech¨® a los turistas y lo cerr¨® a cal y canto. Apenas se han filtrado unas pocas informaciones, casi todas de las primeras horas de la intervenci¨®n india, respecto a las detenciones, especialmente de numerosos dirigentes pol¨ªticos y sociales y de antiguos mandatarios regionales de su disuelto Gobierno aut¨®nomo. Sin cifras oficiales, las conjeturas las cuentan por millares.
Son m¨¢s espec¨ªficas las noticias sobre centenares de heridos por perdigones antidisturbios y sobre un fallecido al menos por gases lanzados por la polic¨ªa dentro de su casa. Tambi¨¦n se conoce la excitaci¨®n de los j¨®venes. The only solution, the gun solution (la ¨²nica soluci¨®n es la soluci¨®n de las armas) es uno de los esl¨®ganes que cantan unos manifestantes grabados por los?pocos medios que han conseguido im¨¢genes del interior.
Las organizaciones de derechos humanos m¨¢s destacadas, como Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch, ya han expresado su preocupaci¨®n. No es extra?o, vistos los antecedentes: el conflicto de Cachemira, con varias guerras entre Pakist¨¢n e India de por medio, se ha cobrado unas 70.000 vidas desde su inicio en 1947. Lo han hecho con todo el ¨¦nfasis de que son capaces, en contraste con el escaso inter¨¦s que suscitan las penalidades de los cachemires entre los Gobiernos occidentales. India es una superpotencia emergente, 1.300 millones de habitantes, la quinta econom¨ªa del mundo, con unas fuerzas armadas que se sit¨²an en el cuarto lugar y, por tanto, cliente principal¨ªsimo de la industria armament¨ªstica. Para los paquistan¨ªes, Cachemira se ha convertido en una enorme c¨¢rcel al aire libre donde se hallan recluidos sus ocho millones de habitantes.
Una buena noticia no es noticia, seg¨²n la c¨ªnica sentencia del periodismo tradicional. En el caso de Cachemira, no hay peor noticia que la falta de noticias, buenas o malas. P¨¦sima para la poblaci¨®n que sufre, pero tambi¨¦n para unos periodistas que no pueden cumplir con su obligaci¨®n de contar lo que sucede.
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