Solo 220 metros cuadrados para exponer la obra del mejor cient¨ªfico espa?ol de la historia
El CSIC exhibir¨¢ por fin parte de la obra de Santiago Ram¨®n y Cajal, cuyo legado almacen¨® en 1989 en cajas de galletas y bolsas de pl¨¢stico
Santiago Ram¨®n y Cajal hizo un llamamiento a todos los profesores de Espa?a el 20 de diciembre de 1899, tras la p¨¦rdida de Cuba y Filipinas en el Desastre del 98. ¡°Junto al microscopio, poned la bandera nacional que os recuerde constantemente vuestra condici¨®n de guerreros (porque funci¨®n de guerra, y hermos¨ªsima y patri¨®tica, es arrancar secretos a la naturaleza con la mira de defender y honrar a la patria)¡±, proclam¨® el investigador. Siete a?os despu¨¦s, Cajal gan¨® el Nobel de Medicina por revelar la individualidad de las neuronas, ¡°las mariposas del alma¡±. Sin embargo, casi un siglo despu¨¦s, en 1989, su amada patria apil¨® el legado del mejor cient¨ªfico espa?ol de la historia en cajas de galletas y de verm¨² Cinzano en un s¨®tano del madrile?o Instituto Cajal, junto al animalario.
Tras tres d¨¦cadas de olvidos y pol¨¦micas intermitentes, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) habilitar¨¢ por fin una sala en su sede central de Madrid para exponer ¡°la parte m¨¢s relevante del Legado Cajal¡±, seg¨²n confirma un portavoz de la instituci¨®n a EL PA?S. El archivo del padre de la neurociencia est¨¢ compuesto por 22.000 piezas, sobre todo dibujos de c¨¦lulas nerviosas, manuscritos, cartas y fascinantes fotograf¨ªas. Cajal, nacido en 1852 en la aldea navarra de Petilla de Arag¨®n, se ve¨ªa a s¨ª mismo como un ¡°Robins¨®n Crusoe¡± que avanzaba con su microscopio por la isla salvaje del cerebro humano. Los sabios de la ¨¦poca, como el brit¨¢nico Charles Sherrington, tuvieron que aprender espa?ol para leer sus asombrosos descubrimientos. Igual que el explorador Am¨¦rico Vespucio dio nombre a Am¨¦rica, Cajal pudo dar su apellido a la neurona. ¡°No se le ha hecho la justicia de darle su nombre¡±, reconoci¨® Sherrington, ganador del Nobel de Medicina en 1932.
El CSIC habilitar¨¢ una antigua biblioteca en su sede madrile?a de la calle Serrano
La nueva sala de exposici¨®n ocupar¨¢ 220 metros cuadrados en la antigua biblioteca del Centro de F¨ªsica Miguel Antonio Catal¨¢n, en la calle Serrano, 123, en la sede central madrile?a del CSIC. Las obras empezar¨¢n a mediados de este mes, seg¨²n detalla el portavoz del organismo, que prefiere evitar la palabra museo dada la obvia falta de ambici¨®n. Todas las fuentes de la instituci¨®n consultadas admiten que el espacio no est¨¢ a la altura de Cajal. ¡°Es una buena idea, porque menos es nada¡±, opina Ricardo Mart¨ªnez, actual director del Instituto Cajal, el centro del CSIC que gestiona el archivo. Cuando Mart¨ªnez fue nombrado por primera vez responsable del lugar, en 1996, ¡°el legado estaba en un estado lamentable, con los dibujos metidos en bolsas de pl¨¢stico y la bata de Cajal colgada en una puerta met¨¢lica cerca del animalario¡±.
En la actualidad, los 22.000 objetos permanecen almacenados en una habitaci¨®n del Instituto Cajal del CSIC, pero ya inventariados desde 2008 y con condiciones de humedad y temperatura controladas. La medalla de oro del Nobel y otros galardones valiosos est¨¢n custodiados en una caja fuerte del Banco Santander. El Instituto Cajal es un centro de investigaci¨®n en neurobiolog¨ªa situado a 15 minutos a pie del estadio de f¨²tbol Santiago Bernab¨¦u, pero el CSIC ha tomado la decisi¨®n de trasladarlo al Instituto?de Medicina Molecular Pr¨ªncipe de Asturias, un fara¨®nico edificio de 30.000 metros cuadrados que est¨¢ vac¨ªo desde que se construy¨® en 2011 en Alcal¨¢ de Henares. El resto del legado de Cajal se custodiar¨¢ all¨ª, seg¨²n el plan del CSIC, presidido por la qu¨ªmica Rosa Men¨¦ndez.
Alberto Ferr¨²s, exdirector del Instituto, es muy cr¨ªtico con el nuevo proyecto. ¡°Una sala de 220 metros cuadrados para Cajal es rid¨ªcula. Es una verg¨¹enza que no exista un aut¨¦ntico Museo Cajal en Madrid¡±, lamenta.
"Prefiero que el legado se exponga en una sala de 220 metros cuadrados a que est¨¦ embalado en cajas", opina una bisnieta
La ¨²ltima nieta viva del ganador del Nobel, Mar¨ªa ?ngeles Ram¨®n y Cajal Junquera, falleci¨® en marzo de 2018. En una nota publicada junto al Epistolario (La esfera de los libros) de su abuelo hace un lustro, Angelines se defendi¨® de las acusaciones de haber ¡°secuestrado a Ram¨®n y Cajal¡± con sus batallas por la propiedad del legado. ¡°Se equivocan aquellos que creen que su figura y memoria hist¨®rica, e incluso su nombre, es patrimonio nacional que pertenece a todos los espa?oles. Santiago Ram¨®n y Cajal, como cualquier espa?ol, se pertenece a s¨ª mismo y a sus descendientes¡±, advirti¨® la nieta, que lleg¨® a acusar al CSIC de ¡°delitos de apropiaci¨®n indebida¡±.
Poco despu¨¦s de su fallecimiento, han nacido dos proyectos para exponer la maltratada obra de Cajal. A comienzos de este a?o, el Colegio de M¨¦dicos de Madrid anunci¨® que dedicar¨¢ 1.500 metros cuadrados de su sede a la creaci¨®n de un Museo C¨¢tedra Ram¨®n y Cajal. All¨ª, en el n¨²mero 51 de la calle Santa Isabel, el neurocient¨ªfico imparti¨® clase durante 30 a?os en un aula con bancos corridos de madera que permanece pr¨¢cticamente intacta.
Ese emplazamiento ¡ªun edificio hist¨®rico monumental en el eje muse¨ªstico de Madrid, junto al Reina Sof¨ªa¡ª era ideal para un museo nacional dedicado a Cajal y sus disc¨ªpulos, pero el CSIC ha preferido montar su propia sala de exposici¨®n. Tras d¨¦cadas de olvido, Madrid tendr¨¢ de golpe dos museos incompletos consagrados a Cajal. ¡°Esto es un insulto a la inteligencia¡±, opina Santiago Ram¨®n y Cajal Ag¨¹eras, un pat¨®logo del Hospital Universitario Vall d'Hebron, en Barcelona, que comparte nombre con el hermano de su bisabuelo. ¡°Esos 220 metros cuadrados son un espacio totalmente insuficiente. Necesitamos un ¨²nico museo nacional¡±, sostiene.
Teresa Ram¨®n y Cajal, bisnieta del genio y onc¨®loga del hospital barcelon¨¦s de la Santa Creu i Sant Pau, es pragm¨¢tica: ¡°Prefiero que el legado se exponga en una sala de 220 metros cuadrados a que est¨¦ embalado en cajas. Ya es m¨¢s de lo que se ha conseguido en 30 a?os¡±.
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