Recuento

Este verano he acabado una novela que, si todo va bien, publicar¨¦ a comienzos del pr¨®ximo a?o. Me esperan intensos meses de correcciones, promoci¨®n, viajes y firmas. No ser¨ªa la primera vez que la escritura me salva la vida. Dos de mis orqu¨ªdeas han echado un tallo nuevo. Es la primera vez que lo hacen y me emociona la posibilidad de contemplar, d¨ªa tras d¨ªa, como evolucionan, si su crecimiento ir¨¢ en detrimento de los tallos anteriores o explotar¨¢n, primero en varas, despu¨¦s en flores, todos a la vez. El Atleti ha empezado muy bien la temporada. Somos l¨ªderes en solitario y, aunque tenemos casi toda la Liga por delante, no disfrut¨¢bamos de perspectivas tan ilusionantes desde hace mucho tiempo. Casi tanto como el que ha pasado desde que decid¨ª que alg¨²n d¨ªa me leer¨ªa las Novelas ejemplaresde un tir¨®n, como si fueran un libro completo. Tal vez no encuentre una oportunidad mejor. No ser¨ªa la primera vez que la lectura me salva la vida. Hago recuento de mis emociones, de mi patrimonio sentimental, mis grandes capitales y mis peque?os recursos, porque presiento que dentro de poco pueden llegar a hacerme mucha falta. Me fortifico por dentro, poco a poco, igual que se prepara una ciudad para soportar el asedio de un ej¨¦rcito que se divisa ya en el horizonte. Estoy segura de que, a despecho de las encuestas, de los c¨¢lculos, de la soberbia de quienes siempre lo saben todo, la derecha llegar¨¢ al poder si se repiten las elecciones. Pactar¨¢n un Gobierno en diez d¨ªas y no quiero alegrarme, no quiero regodearme en un escarmiento merecido, refugiarme en el pat¨¦tico consuelo del ya os lo advert¨ª, ese orgullo de tontos. Por eso hago acopio de ilusiones futuras, para tener algo a lo que agarrarme cuando deje de hacerme ilusi¨®n la pol¨ªtica.