Hong Kong, la revuelta del futuro
Se espera m¨¢s represi¨®n soterrada, no un nuevo Tiananmen. Pek¨ªn cuenta con otras herramientas sin necesidad de sacar los tanques
Las im¨¢genes de manifestantes en Hong Kong destrozando c¨¢maras de vigilancia simbolizan mejor las protestas en el territorio semiaut¨®nomo de China que las fotos de riadas humanas o incluso las de la toma del aeropuerto. Estas revueltas son puro siglo XXI, un pulso directo a la omnipresencia digital de Pek¨ªn. Los protagonistas llevan m¨¢scaras para burlar el sistema de reconocimiento facial, utilizan sistemas encriptados en Internet para sortear la censura, pagan en efectivo para no dejar rastro en los bancos. Todo para capar al Gran Hermano.
Para el Gobierno chino, que controla de facto el de Hong Kong, los ¨²ltimos tres meses han sido un calvario. Estas revueltas no son como las que se cuentan cada a?o por miles en China contra los abusos laborales o la corrupci¨®n. Hong Kong, Macao y Taiw¨¢n son las tres bestias negras reconocidas del Partido Comunista. Bastante tienen con una guerra comercial con Estados Unidos que va para largo como para reventar por la periferia. El ejemplo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica pesa mucho.
Las revueltas dejan bastantes contradicciones. Ni Washington ni otros pa¨ªses occidentales han cuestionado la toma del Parlamento de Hong Kong. Hemos visto a manifestantes veintea?eros con banderas brit¨¢nicas. ?C¨®mo es posible que muestren su rechazo a la dictadura china haciendo un gui?o a una ¨¦poca colonial en la que sus abuelos fueron ciudadanos de segunda? La China continental se ve sola y su prioridad es desactivar las protestas como sea antes del 1 de octubre, aniversario de la Rep¨²blica Popular, que nada empa?e los desfiles.
Llega tarde. Aunque el Ejecutivo de Hong Kong, como ha prometido, termine retirando la ley de extradici¨®n que desat¨® los disturbios, los manifestantes ahora exigen sufragio universal. Desde 2003 llevan saliendo a las calles de manera pac¨ªfica porque sienten que la relativa independencia de la f¨®rmula ¡°Un pa¨ªs, dos sistemas¡± se va licuando. Y temen que en 2047, cuando termina ese estatus especial, ya no les queden libertades. Desde que el implacable Xi Jinping lleg¨® al poder en 2012, el control de Pek¨ªn se nota mucho m¨¢s. Hong Kong ya no es el oasis que fue. Quedaron atr¨¢s los tiempos en que los funcionarios del PCCh viajaban all¨ª a escondidas a comprar los libros censurados en Pek¨ªn para enterarse de las intrigas del Politbur¨®. Cuatro libreros muy famosos que vend¨ªan ejemplares prohibidos llevan cuatro a?os en paradero desconocido y todo apunta a que han sido represaliados por Pek¨ªn.
Se espera m¨¢s represi¨®n soterrada, no un nuevo Tiananmen. Pek¨ªn cuenta con otras herramientas sin necesidad de sacar los tanques. Por ejemplo, diluir el poder de Hong Kong sin perderlo como destino de inversiones, y ganarse a las ¨¦lites. Un panorama contra el que se revuelven los manifestantes. @anafuentesf
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