Un rollo de papel de cocina para luchar contra la contaminaci¨®n lum¨ªnica
La aplicaci¨®n ¡®CuentaEstrellas' llega a Espa?a con el objetivo de concienciar sobre el deterioro del cielo
Las tortugas y las aves marinas no pueden orientarse sin estrellas. Los insectos se convierten en presas vulnerables de los murci¨¦lagos cuando la luz artificial les atrae y atrapa. Adem¨¢s, estos rayos industriales abundantes alteran los ritmos biol¨®gicos y dificultan?la conciliaci¨®n del sue?o. En definitiva, la contaminaci¨®n lum¨ªnica afecta el planeta, desde el cielo hasta la tierra. Para luchar contra ello, unos 14.000 usuarios se han unido al proyecto?The Star Spotting Experiment?("el experimento de observaci¨®n de las estrellas") de Urban Eriksson, astr¨®nomo sueco de las universidades de Lund y Kristiandstad, basado en una aplicaci¨®n digital cuya principal herramienta es un rollo de papel de cocina para contar las estrellas. El objetivo es recopilar los datos de la poblaci¨®n y saber, en funci¨®n del n¨²mero de astros visibles, el nivel de poluci¨®n del cielo en cada parte del mundo. Ahora, esta app?llega a Espa?a bajo el nombre CuentaEstrellas. David Galad¨ª Enr¨ªquez, investigador en el Centro Astron¨®mico Hispano Alem¨¢n?y coordinador espa?ol del proyecto, denuncia un empeoramiento gradual de la invasi¨®n industrial que eclipsa las estrellas que los seres vivos necesitan.?
¡°No vamos mejorando. Para concienciar sobre el problema hace falta comunicar y es dif¨ªcil. La gente no piensa en luz cuando se habla de contaminaci¨®n. A partir del 27 de septiembre, durante la Noche Europea de los Investigadores, la poblaci¨®n espa?ola podr¨¢ empezar a contar¡±, informa el astr¨®nomo espa?ol. El objetivo de la asociaci¨®n andaluza DESQBRE?junto a?Madri+d, Esciencia y La Palma Research?es seguir el ejemplo sueco y reunir a 11.000 ciudadanos antes del final de 2019 para controlar el n¨²mero de estrellas que siguen brillando. Para formar parte de este grupo hace falta el rollo de papel de cocina, un trozo de hilo, una nuez, una br¨²jula, un transportador, Internet?y la noche.
El 55 % de la poblaci¨®n mundial vive en entornos urbanos, sumergidos en luces industriales, sin ver suficientes estrellas
Una persona es capaz de ver hasta 4.500 estrellas en la noche m¨¢s oscura, asegura Eriksson. Debido a las reacciones naturales de la atm¨®sfera, la visibilidad se reduce y solo se pueden ver hasta 3.000. Sin embargo, seg¨²n los datos recopilados en Suecia hasta ahora, por culpa de la poluci¨®n lum¨ªnica en las ciudades, los usuarios cuentan solo unos cientos. Al navegar en la aplicaci¨®n se constata que los ciudadanos que viven en el campo llegan a m¨¢s de 900, cuando otros, en zonas urbanas muy iluminadas, no pasan los 150. El margen de error del m¨¦todo es peque?o,? explica el cient¨ªfico escandinavo. ¡°Es cierto que dependemos del ojo y el rigor de los ciudadanos, pero hemos tenido muy buenos resultados. De hecho, nuestros datos se corresponden con los de la NASA¡±, precisa.
La educaci¨®n como punto de partida
Todo empez¨® en los colegios suecos el pasado oto?o bajo la iniciativa de Eriksson. Los alumnos de unos 13 a?os fueron y siguen siendo los protagonistas. Los profesores, mayoritariamente de ciencia, utilizaron sus clases como talleres para explicar el concepto y fabricar el telescopio casero. Primero, los ni?os ensayaban en el interior a colocar el instrumento en el buen ¨¢ngulo (45 ?C entre el horizonte y el cielo) con la ayuda del hilo y del peso de la nuez, antes de adentrarse en la noche. "Hubo mucha emoci¨®n general, fue un ¨¦xito.", confiesa Eriksson.?
El sistema parece sencillo. Al empezar, cada internauta precisa en la app?la calidad de su cielo (despejado o nublado), espera 10 minutos a que sus ojos se acostumbren a la oscuridad y cuenta las estrellas. Mediante las opciones diversas de la herramienta digital,?el participante anota la cantidad de estos astros observados en cada uno de los puntos cardinales presentes en la br¨²jula. Adem¨¢s, una de las propiedades permite ver los resultados de todos los dem¨¢s usuarios.?
Dar a conocer el problema a gran escala
Gracias a este movimiento sencillo, interactivo y disponible en un smartphone, los cient¨ªficos esperan recopilar suficientes datos sobre la contaminaci¨®n lum¨ªnica para diagnosticar el problema en cada esquina de Europa. El investigador sueco lo tiene muy claro. ¡°Los pol¨ªticos no est¨¢n al corriente en absoluto de lo que est¨¢ pasando. Nuestro principal objetivo es crear esa conciencia, primero en la poblaci¨®n y luego m¨¢s arriba. Tan solo a partir de ah¨ª, podremos empezar a actuar y cambiar los planes de la ciudad¡±, afirma. Hoy, el 55 % de la poblaci¨®n mundial vive en entornos urbanos, sumergidos en luces industriales, sin ver suficientes estrellas, seg¨²n resalta el informe del proyecto sueco. El ojo humano puede ver la luz artificial hasta 400 kil¨®metros de distancia que emborrona la visi¨®n del cielo. "En ese momento, el ciudadano pierde el contraste", explica Alejandro S¨¢nchez, astrof¨ªsico en la Universidad de Exeter (Reino-Unido) y miembro de la asociaci¨®n Save Stars Consulting. Frente a la niebla luminosa que se forma por culpa de la bombilla, la estrella pierde la batalla.
El problema del deterioro del cielo se resume en cinco puntos: el color de la luz artificial, la direcci¨®n, la cantidad emitida, las horas durante las cuales permanece encendida y el entorno. ¡°Hace falta tener en cuenta tantas cosas que es muy dif¨ªcil comunicar a la gente las necesidades¡±, a?ade S¨¢nchez. Seg¨²n el tutorial del proyecto, la luz azul (principalmente utilizada en las ciudades con las bombillas LED) es la m¨¢s amenazante para el ecosistema. ¡°Ese color perturba la vida natural¡±, confirma Galad¨ª.?El color naranja, m¨¢s suave, es el que se aconseja para iluminar la ciudad. Por otro lado, el mismo documento muestra que la direcci¨®n de la luz emitida por una farola debe estar controlada, aprisionada hacia el suelo. Por ejemplo, si la emisi¨®n de los rayos es circular, las consecuencias son nefastas para el medio ambiente. Sin embargo, al dirigir la luz hacia el suelo, la competencia con las estrellas y la naturaleza es m¨¢s leve. Adem¨¢s, los expertos piden moderar la cantidad emitida y tener en cuenta la sensibilidad del entorno, como es el caso del mar, donde los reflejos de la luz artificial compiten con los de la luna y altera el camino de las tortugas marinas.
El empeoramiento gradual que ha mencionado Galad¨ª, se debe, en primer lugar, al aumento de la poblaci¨®n que conlleva emitir m¨¢s luz en los lugares p¨²blicos. La segunda causa de ese callej¨®n sin salida son los cambios en la tecnolog¨ªa. Ahora, las empresas fabrican luces m¨¢s potentes pero de menor coste. ¡°El consumo de la luz es un componente cultural, como el agua. Es un s¨ªmbolo de modernidad y riqueza. Tenemos que reaccionar e inventar una nueva cultura de la luz¡±, concluye el experto.?
C¨®mo la luz artificial afecta la biolog¨ªa
Los ¨¢rboles ya no saben hac¨ªa donde crecer. Normalmente guiadas por la luz del sol y las estaciones, las plantas forzadas por los rayos artificiales florecen antes de tiempo, y sobre todo, hasta el cielo, lo que las deforma por completo.?La luz de la farola, en invierno, provoca el?desarrollo de las hojas en una rama demasiado fr¨¢gil que se termina rompiendo. Debido a todos estos factores, el ¨¢rbol se debilita y muere poco a poco, detalla el astrof¨ªsico Alejandro S¨¢nchez.
Como el ritmo natural de las plantas, el ritmo biol¨®gico?del humano tambi¨¦n es v¨ªctima de la contaminaci¨®n lum¨ªnica. La luz que una persona recibe en su d¨ªa a d¨ªa afecta la segregaci¨®n de sus hormonas. Las c¨¦lulas del ojo, a?ade S¨¢nchez, no sirven para ver la luz, sino para regular el ritmo biol¨®gico del cuerpo. Al recibir mucha luz blanca, el sistema se estimula y sufre una segregaci¨®n err¨®nea de las hormonas. Conciliar el sue?o se hace entonces m¨¢s dif¨ªcil, explica?S¨¢nchez, que en cualquier caso precisa que este ¨¢mbito est¨¢ en v¨ªas de investigaci¨®n.
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