Taxidermia
Estamos a punto de quemar una ligera posibilidad de cambio en la pira de unas pr¨¦dicas de madera barata
Irresoluci¨®n, confusi¨®n, incertidumbre, duda¡. Tales son, entre otros, los sin¨®nimos del t¨¦rmino perplejidad, donde la combinaci¨®n de sonidos provoca un desasosiego que describe el estado de ¨¢nimo de la izquierda sociol¨®gica ante la estupidez de sus dirigentes. Ah¨ª est¨¢n otra vez, en la tele, en la radio, atravesados por sus discursos escler¨®ticos como insectos prendidos al expositor por alfileres. No dicen ya nada cuando hablan. Llaman negociaci¨®n pol¨ªtica a lo que es una clase magistral de taxidermia. Las frases se pueden disecar como se embalsama un p¨¢jaro. Si nos parece que las de la vicepresidenta Calvo o las del opositor Echenique nacen muertas, es por eso mismo, porque sus entra?as han sido sustituidas por serr¨ªn. Las escuchamos con la incredulidad con la que observamos la cabeza de un toro colgada de la pared de un bar de carretera, junto a las botellas de Soberano, el co?ac de los hombres, y todo eso.
Palabras, palabras, palabras. La cantidad de soportes por las que se reproducen es directamente proporcional a su p¨¦rdida de valor, a la merma de su significado. Ah¨ª est¨¢n otra vez, dec¨ªamos, en la tele, en la radio, en los peri¨®dicos, en las redes sociales, desplegando un cat¨¢logo de lugares comunes con la seriedad del comercial de pompas f¨²nebres que muestra a los deudos del fallecido los diferentes modelos de ata¨²d. Total, es para una cremaci¨®n: ponga el m¨¢s econ¨®mico. Estamos a punto de quemar una ligera posibilidad de cambio en la pira de unas pr¨¦dicas de madera barata. En la sala del tanatorio, al otro lado del cristal, deber¨ªan aparecer los rostros de los negociadores, pero al asomarnos vemos los nuestros, el de ustedes y el m¨ªo, pues han logrado acabar con nosotros a base de matarse entre ellos.
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