?A la tercera va la vencida?
Desfigurar Euskadi tomando la parte por el todo, como hacen Vox, Ciudadanos y Casado cuando instituciones y partidos est¨¢n comprometidos con las v¨ªctimas, es negar la realidad
En las recientes elecciones generales del 28 de abril y municipales del 26 de mayo, el PP vasco obtuvo el peor resultado de su historia. Con 94.518 votos, qued¨® fuera del Congreso ¡ªcuando en el a?o 2000 hab¨ªa alcanzado 323.235 votos y siete diputados¡ª. En las municipales logr¨® la irrisoria cifra de 55 concejales y 66.192 votos. Un desastre, como admiti¨® su l¨ªder, Alfonso Alonso.
El PP vasco fue v¨ªctima colateral de la pol¨ªtica ¡°sin complejos¡± del nuevo l¨ªder popular, Pablo Casado. Su demagogia al acusar al Gobierno de tener las ¡°manos manchadas de sangre¡± por ¡°dar poder a Bildu¡±, su fallido intento de movilizar a las v¨ªctimas del terrorismo contra el Ejecutivo y sus arengas sobre la ausencia de libertad en Euskadi retrotra¨ªan a viejos discursos, tan alejados de la realidad que cavaron su tumba vasca. Detr¨¢s estaba su competici¨®n por la hegemon¨ªa conservadora con Vox, hostil al Estado auton¨®mico, y Ciudadanos, enemigo de la foralidad vasca, que empuj¨® a Casado a defender la recentralizaci¨®n del Estado. Fue el remate.
Alonso sabe que hacer concesiones a Vox y Ciudadanos, partidos inexistentes en Euskadi, es su tumba. Su rival es el PNV. Pero como Casado apuesta, a escala nacional, por pactar con Ciudadanos y Vox, el PP vasco necesita reclamar su autonom¨ªa con la foralidad por bandera y su apertura a nuevos retos econ¨®mico-sociales, evitando hacer del antiterrorismo su ¨²nica referencia.
Alonso no lo tiene f¨¢cil. La portavoz parlamentaria del PP, Cayetana ?lvarez de Toledo, rechaza su autonom¨ªa. Hay precedentes. Antonio Basagoiti, hasta 2012, y Arantza Quiroga, hasta 2015, intentaron, tras cesar el terrorismo, sacar al PP de la estrategia resistente ante ETA, cuya ¨¦pica hab¨ªa premiado el electorado vasco, y adaptarla a una sociedad sin terrorismo. Pero la direcci¨®n nacional lo impidi¨®. Una Esperanza Aguirre poderosa culp¨® a Basagoiti de sus magros resultados en 2015 ¡ªun sue?o hoy¡ª por perder ¡°las esencias¡±. Dimiti¨® al poco.
Ese intento de hacer de Euskadi, con ETA disuelta, un parque tem¨¢tico del terrorismo para obtener r¨¦ditos electorales a escala nacional permanece en las derechas. Quedan algunos rescoldos de odio. Falta la autocr¨ªtica abertzale. Hay homenajes a etarras excarcelados, cuya denuncia ha encabezado certeramente el PP vasco. Pero desfigurar Euskadi tomando la parte por el todo, como hacen Vox, Cs y Casado en campa?a, cuando instituciones y partidos vascos, menos Bildu, est¨¢n comprometidos con las v¨ªctimas y contra la violencia, es negar la realidad y es letal para Alonso.
Alonso tiene bazas para defender su autonom¨ªa por su historial resistente e institucional ¡ªexalcalde de Vitoria y exministro¡ª y por la debilidad de Casado, que si alguna vez gobierna Espa?a necesitar¨¢ presencia en Euskadi y Catalu?a. Pero Alonso tiene enemigos en Ciudadanos, en Vox y en su partido, como Cayetana ?lvarez de Toledo. Que la intentona de Alonso, la tercera, fuera la vencida probar¨ªa que el PP se ha centrado. Ya veremos.
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