Desolados y enga?ados
La Monarqu¨ªa demuestra que es muy ¨²til para la subsistencia de nuestra democracia constitucional
Escribo en la tarde que el Rey recibe a los l¨ªderes de Ciudadanos, PP y PSOE, a ¨²ltima hora de la ma?ana se ha entrevistado tambi¨¦n con el de Podemos: los cuatro partidos clave de este irresponsable vodevil en el que se encuentra la pol¨ªtica espa?ola.
Estoy convencido de que vamos hacia otras elecciones pero la prudencia me impide afirmarlo: estar convencido no es estar seguro. Ser¨ªa, sin duda, un peque?o fracaso de los pol¨ªticos que son responsables del manejo de nuestras instituciones pero echando la vista atr¨¢s no se trata de un peque?o fracaso sino de un gran fracaso: el vodevil dura desde hace cuatro a?os.
Hay que recordarlo. La situaci¨®n no arranc¨® el pasado 28 de abril en que tuvieron lugar las ¨²ltimas elecciones generales, no, as¨ª estamos desde el 21 de diciembre de 2015 en que se celebraron las primeras elecciones generales en las que irrumpieron en el escenario pol¨ªtico Podemos y Ciudadanos, los nuevos partidos que parec¨ªan estar llamados a introducir aire fresco a la vieja pol¨ªtica espa?ola ante el caduco bipartidismo. Para muchos, por razones distintas, aquellos fueron tiempos de esperanza; cuatro a?os despu¨¦s son tiempos de desolaci¨®n y pesimismo. Han fallado muchas cosas, no las instituciones sino las personas que las dirigen. Destaquemos solo dos.
Primero, los nuevos partidos, por lo visto y, parad¨®jicamente, no han entendido que se pasara de un bipartidismo a un cuatripartidismo y con ello fuera imposible, seg¨²n las matem¨¢ticas, que gobernara un partido por mayor¨ªa absoluta, en solitario y sin ataduras: era inevitable pactar, es decir, renunciar. Lo que han pretendido estos nuevos partidos es que se formaran dos bloques ¨Cderecha e izquierda¨C con ellos al frente de cada bloque. Podemos quiso sustituir al PSOE en 2016 y Ciudadanos al PP en 2019. No han venido a reformar nada sino a consolidar lo anterior: pasar de dos partidos a dos bloques. Se han revelado no como regeneradores del sistema sino como sus conservadores. Nos han enga?ado.
Segundo, en cuanto al PSOE, Pedro S¨¢nchez se ha encontrado atado a sus promesas de renovaci¨®n. Gan¨® en las primarias prometiendo a los suyos gobernar con Podemos y los nacionalistas, no con la derecha, ¡°no es no¡±. Ahora es prisionero de sus palabras, ha visto que entonces se equivoc¨® y ante el abismo le ha entrado el v¨¦rtigo: con Podemos no se va a ninguna parte. La demagogia es ¨²til durante poco tiempo, a la larga suele ser devastadora.
Solo a?adir a todas estas calamidades una alegr¨ªa: la instituci¨®n mejor gobernada es la Corona, el rey Felipe VI est¨¢ siendo la clave de b¨®veda que lo aguanta todo. La Monarqu¨ªa demuestra que es muy ¨²til para la subsistencia de nuestra democracia constitucional.
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