El c¨ªrculo ¨ªntimo que rodea a Pedro Almod¨®var, el lobo estepario del cine
El cineasta, que cumple 70 a?os, vive discretamente acompa?ado de algunos incondicionales
Aunque suele estar rodeado de gente, busca la soledad. Pedro Almod¨®var cumple el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 25 de septiembre 70 a?os con los sue?os colmados y un gran c¨²mulo de pesadillas acechantes. No es algo que deba escandalizar. Ni la revelaci¨®n de ning¨²n secreto ¨ªntimo: salta a la vista en Dolor y gloria, su ¨²ltima pel¨ªcula, el autorretrato de un aut¨¦ntico lobo estepario.
Como en la novela de Hermann Hesse, de forma parecida a Harry Haller, su protagonista, Almod¨®var ha sabido elevar a categor¨ªa de arte su propio tormento: f¨ªsico y an¨ªmico. Vive en una contradicci¨®n perpetua. Busca soledad, pero necesita reconocimiento. Sue?a con autorrecluirse, pero hay ¨¦pocas en las que no le queda otra que sobrexponerse. M¨¢s ahora, en plena campa?a internacional del filme y con la perspectiva de una dura etapa de promoci¨®n de cara a los pr¨®ximos Oscar.
Lejos quedan los excesos de sus a?os locos: la fiesta perpetua de la movida. Almod¨®var pas¨® de ser anfitri¨®n madrile?o para todo tipo de recibimientos, desde Andy Warhol a Madonna, a sumergirse en su vertiente de monje cartujo. Si el cine comenz¨® como un juego, hoy, para ¨¦l, es una obsesi¨®n. Su conciencia de artista y la popularidad siempre buscada ten¨ªan un precio que le cuesta a¨²n pagar: el aislamiento.
El c¨ªrculo que lo rode¨® durante a?os ha ido reduci¨¦ndose con el tiempo. Por elecci¨®n y tambi¨¦n a su pesar. Peleas y reconciliaciones han sido su din¨¢mica emocional. Hoy, m¨¢s zen y bastante machacado por lesiones, dolores cr¨®nicos o migra?as, convive, sobre todo, con sus fantasmas y acompa?ado discretamente de algunos incondicionales.
Su c¨ªrculo ¨ªntimo lo componen, de manera perpetua, tres personas. Esa es la verdadera realidad del rey del glamur en Espa?a: poco ruido y mucho orden. Para empezar, su pareja, Fernando Iglesias Mas. Empezaron su relaci¨®n en 2002. Cuando Almod¨®var acude con su troupe a cualquier evento, ¨¦l destaca por sus casi dos metros de altura. Una medida que le llev¨® a practicar el baloncesto y, de paso, a aficionar al cineasta a este deporte. Se trata de una pasi¨®n que comparten juntos, como el tenis.
Iglesias Mas es polifac¨¦tico: fot¨®grafo, actor y modelo. Su ¨²ltimo ¨¦xito de taquilla fue Tres bodas de m¨¢s, en 2013, y debe cierta popularidad a sus apariciones en la serie ?guila roja. Ha sido un habitual en los cameos de pel¨ªculas del director manchego desde Hable con ella y ha publicado como fot¨®grafo en revistas como el Vogue franc¨¦s. Ayuda en labores de asistente al cineasta pero viven separados en Madrid: mientras Almod¨®var tiene su domicilio en la calle Pintor Rosales, Iglesias Mas contin¨²a en su casa del barrio de Malasa?a.
Otro de sus refugios buscados es El Deseo, su productora. Su hermano Agust¨ªn y Esther Garc¨ªa, responsable del dise?o de producci¨®n de todas sus pel¨ªculas, son dos pilares de confianza. A medida que, tras Volver, su propio cine sufr¨ªa altibajos y divisi¨®n de opiniones, por el contrario, su sello como productor ha ido afianz¨¢ndose con apuestas de riesgo y algunas joyas, generalmente llegadas de Argentina, como Relatos salvajes, de Dami¨¢n Szifron, o El clan, de Pablo Trapero. Aparte ha apostado por documentales como El silencio de los otros o dos de las m¨¢s aclamadas pel¨ªculas de Isabel Coixet, caso de Mi vida sin m¨ª y La vida secreta de las palabras, y la reciente Todos lo saben, del iran¨ª Asghar Farhadi.
Esther Garc¨ªa trabaja con Almod¨®var desde 1986, pero ha logrado un total de seis Goyas con ¨¦l y otros directores en filmes como Acci¨®n mutante, el primer largometraje de ?lex de la Iglesia, Relatos salvajes o La vida secreta de las palabras. En 2018 consigui¨® el Premio Nacional de Cinematograf¨ªa, prueba del prestigio con que goza dentro de la profesi¨®n.
Agust¨ªn Almod¨®var iba para profesor de qu¨ªmica, pero lo cambi¨® por las emulsiones del celuloide que desped¨ªan las pel¨ªculas de su hermano. En 1985 fundaron juntos El Deseo y desde entonces es su absoluto escudero y hombre de plena confianza. Gracias a ¨¦l, el cineasta ha podido desarrollar su carrera ya que se ha ocupado de las tareas de producci¨®n y organizaci¨®n.
Relaciones ciclot¨ªmicas
Las relaciones ciclot¨ªmicas que mantiene con sus int¨¦rpretes le caracterizan. Su desencuentro m¨¢s explosivo fue el de Carmen Maura despu¨¦s de Mujeres al borde de un ataque de nervios: tal como un divorcio que tuvo su reconciliaci¨®n en Volver?y su distancia posterior definitiva.
Con Antonio Banderas vive tambi¨¦n sus ¨¦pocas, aunque se entienden mejor. La fortaleza mental del malague?o queda a las claras cuando ha tenido el arrojo de hacer de Almod¨®var delante de ¨¦l en Dolor y gloria y salir, hasta ahora, aparentemente, indemne, adem¨¢s de con un premio en Cannes a la mejor interpretaci¨®n. Su debilidad es Pen¨¦lope Cruz: con ella ejerci¨® una complicidad de mentor y alumna aventajada que favorece siempre el trabajo de ambos.
Luego est¨¢ la troupe: un fantasmag¨®rico club que re¨²ne restos supervivientes de la movida ¡ªAlaska o el dise?ador gr¨¢fico Juan Gatti, autor de la mayor¨ªa de sus carteles y t¨ªtulos de cr¨¦dito, es decir, de una nada desde?able parte de su iconograf¨ªa¡ª, incondicionales como Rossy de Palma y Bibi Andersen y encuentros con actores de generaciones posteriores a la de los ochenta: Javier C¨¢mara, Ra¨²l Ar¨¦valo, Carlos Areces, Blanca Su¨¢rez o ahora Asier Etxeandia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.