La Ley de Amnist¨ªa, un efecto simb¨®lico
La ¨²nica manera de garantizar que las mujeres no sean consideradas criminales por abortar es quitando el delito del C¨®digo Penal, no concedi¨¦ndoles un perd¨®n
La Ley de Amnist¨ªa presentada por el Presidente Andr¨¦s Manuel el pasado 15 de septiembre es una muestra m¨¢s de algunas de sus estrategias que ¡ªcon frecuencia¡ª suelen tener m¨¢s un efecto simb¨®lico que pr¨¢ctico. Es loable que considere la posibilidad de que algunas personas que se encuentran en prisi¨®n sean liberadas bajo el perd¨®n otorgado por la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica. Sobre todo si consideramos que muchas de ellas no deber¨ªan estar presas ya sea porque no tuvieron una defensa adecuada o porque est¨¢n acusadas por delitos no graves. Ese es el caso de muchas personas j¨®venes, mujeres y personas ind¨ªgenas ¡ªque son los grupos identificados en la iniciativa¡ª que por su situaci¨®n, son especialmente vulnerables frente al sistema de justicia.
Es importante destacar que, en la iniciativa se considera a las mujeres acusadas por el delito de aborto dentro de las personas que se ver¨ªan beneficiarias con la misma. Esta propuesta ¡ªa mi juicio¡ª genera al menos tres problemas importantes. El primero de ellos es que si bien el delito de aborto est¨¢ tipificado a nivel federal, en realidad es un delito que persiguen las autoridades locales. De hecho, la iniciativa contempla que la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n promueva ante las autoridades de las entidades federativas la emisi¨®n de leyes de amnist¨ªa similares. Pero, por lo pronto, lo limitado del alcance de esta legislaci¨®n es evidente cuando se revisan los datos oficiales, ya que no hay mujeres en prisi¨®n preventiva o definitiva por el delito de aborto en alguna instituci¨®n del sistema penitenciario federal. Este hecho solo cambiar¨ªa si se incluyen los casos de las mujeres acusadas por homicidio en raz¨®n de parentesco, ya que algunas de ellas no debieron ser procesadas por este delito sino por el delito de aborto.
El segundo problema es que otorgar la amnist¨ªa a mujeres acusadas de aborto supondr¨ªa que el Estado podr¨ªa perdonar la conducta de abortar. Es decir, con ello se seguir¨ªa presumiendo que el aborto es en s¨ª misma una conducta err¨®nea y censurable. En el fondo persiste el prejuicio de que las mujeres siempre deben desear una maternidad y que la pretensi¨®n de interrumpirla conlleva catalogarlas y tratarlas como delincuentes.
El tercer problema es que esta medida resolver¨ªa poco, pues podr¨ªa servir para liberar a mujeres hasta ahora denunciadas pero no garantizar¨ªa que las mujeres dejaran de ser denunciadas en el futuro. As¨ª las mujeres seguir¨ªan siendo vulnerables ante un sistema penal que puede trastornar su vida encarcel¨¢ndolas, oblig¨¢ndolas a pagar fianzas o forz¨¢ndolas a tomar terapias psicol¨®gicas. Lo cual se agrava si tomamos en cuenta que las mujeres denunciadas y perseguidas por este delito suelen provenir de contextos de marginaci¨®n econ¨®mica. Lo que quiero subrayar es que, a pesar de la Ley de Amnist¨ªa, la ley que las castiga por abortar quedar¨ªa intacta.
La ¨²nica manera de garantizar que las mujeres no sean consideradas criminales y a que a la vez tengan acceso a servicios de salud seguros es despenalizando el aborto. Esto significa sacar el delito de aborto de los c¨®digos penales tanto estatales como federal. Estos d¨ªas Morena en Oaxaca tiene una oportunidad ¨²nica de mostrar su voluntad pol¨ªtica de no perseguir a las mujeres ya que se est¨¢ discutiendo la despenalizaci¨®n. Sin embargo, a propuesta de los grupos anti derechos y las iglesias, piden que el tema se vaya a consulta popular a pesar de que es sabido que los derechos no se consultan. ?Ser¨¢ capaz Morena de resistir la presi¨®n? ?O seguir¨¢ haci¨¦ndonos creer que el tema del aborto le importa con esta Ley de Amnist¨ªa?
Regina Tam¨¦s Noriega es directora de la Asociacion GIRE, Grupo de informaci¨®n en reproducci¨®n elegida
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.