Soplones y desinformaci¨®n
Difundir los secretos de unos Estados mientras se callan los de otros altera la democracia
La opini¨®n p¨²blica es un fr¨¢gil ecosistema que garantiza el funcionamiento de una democracia. Al igual que en la naturaleza, cualquier desequilibrio desencadena reacciones impredecibles que pueden alterar el modo de vida del ser humano. La base de una opini¨®n p¨²blica sana y de una democracia liberal es garantizar que los ciudadanos tengan el mayor acceso a la mayor cantidad de informaci¨®n y opiniones veraces y plurales. As¨ª mismo, la salud del debate p¨²blico demanda una trazabilidad en el origen de la informaci¨®n y de las opiniones.
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Las noticias falsas representan una amenaza para el debate p¨²blico. Sin embargo, no son el elemento m¨¢s peligroso en una estrategia deliberada de desinformaci¨®n contra una democracia. Una campa?a de sobreinformaci¨®n con noticias veraces sobre un asunto puntual tambi¨¦n puede desestabilizar el ecosistema de la opini¨®n p¨²blica. Un ejemplo ser¨ªa la proliferaci¨®n de webs que informan exclusivamente de los cr¨ªmenes cometidos por migrantes. La informaci¨®n de estas plataformas (ocultas bajo el anonimato) est¨¢ basada en sucesos reales. Sin embargo, la descontextualizaci¨®n y la sobreexposici¨®n de estas noticias persigue un objetivo pol¨ªtico: trasladar a la opini¨®n p¨²blica que todos los migrantes son criminales. Es una campa?a maliciosa de desinformaci¨®n basada en noticias reales.
La desinformaci¨®n es un fen¨®meno complejo que va m¨¢s all¨¢ de las fake news. El exanalista de inteligencia estadounidense y responsable de la mayor filtraci¨®n de informaci¨®n clasificada, Edward Snowden, conoce la complejidad de las guerras de informaci¨®n. Lo demuestra en su ¨²ltimo libro, Vigilancia permanente (Planeta), donde justifica su revelaci¨®n de los secretos de espionaje del Gobierno norteamericano diferenciando entre ¡°filtraci¨®n¡± y ¡°soplo¡±.
El excontratista de la CIA asegura que desvelar los planes de vigilancia de su Gobierno fue el ¡°soplo de un denunciante¡± que, seg¨²n sus propias palabras, ¡°ha llegado a la conclusi¨®n de que su vida dentro de una instituci¨®n se ha hecho incompatible con los principios desarrollados en el conjunto de la sociedad¡±. Assange niega que su revelaci¨®n de secretos fuera una ¡°filtraci¨®n¡±. Seg¨²n se?ala ¨¦l mismo, la palabra ¡°filtraci¨®n¡± ¡°habr¨ªa que usarla para describir actos de revelaci¨®n hechos no por el inter¨¦s p¨²blico, sino por el inter¨¦s personal, o en beneficio de unos objetivos institucionales o pol¨ªticos¡±.
Una campa?a de sobreinformaci¨®n con noticias veraces sobre un asunto puntual tambi¨¦n puede desestabilizar el ecosistema de la opini¨®n p¨²blica
Snowden defiende que la publicaci¨®n de los secretos de una democracia liberal como Estados Unidos no buscaba un da?o pol¨ªtico y que pretend¨ªa fortalecer la sociedad de este pa¨ªs. Seg¨²n esta argumentaci¨®n, la acci¨®n de Snowden estar¨ªa encaminada a construir una opini¨®n p¨²blica m¨¢s s¨®lida garantizando a los ciudadanos un mayor acceso a informaci¨®n veraz.
A pesar de esta declaraci¨®n de intenciones, no es descabellado deducir que un analista de inteligencia como Snowden no fuera consciente de que sus ¡°soplos¡± iban a provocar graves consecuencias pol¨ªticas en Estados Unidos. Su ¡°filtraci¨®n¡± iba a generar un da?o institucional a un Estado en concreto y, por tanto, provocar¨ªa un beneficio pol¨ªtico a otros Estados adversarios, cuyos planes de inteligencia se mantendr¨ªan ocultos.
Otro ejemplo de las consecuencias que tienen estos ¡°soplos¡± es el caso de Wikileaks y de Julian Assange, cuyas acciones han sido defendidas por Snowden. De hecho, Snowden se?al¨® que la detenci¨®n de Assange supon¨ªa un ¡°d¨ªa oscuro para la libertad de prensa¡±. Una de las ¨²ltimas filtraciones de Wikileaks fue la publicaci¨®n en 2016 de los correos electr¨®nicos de John Podesta, jefe de campa?a de Hillary Clinton. Estos mensajes, muchos de ellos personales, hab¨ªan sido robados por los hackers Fancy Bear, que, seg¨²n el departamento de Justicia de Estados Unidos, estar¨ªan vinculados a la inteligencia rusa. La revelaci¨®n descontextualizada de estos correos por parte de Assange provoc¨® una de las mayores campa?as de desinformaci¨®n de la historia, que inclu¨ªa la difusi¨®n de un bulo que sosten¨ªa que Podesta y Clinton regentaban una red de pederastia en una pizzer¨ªa ubicada en Washington DC. La difusi¨®n de estas mentiras no solo contribuy¨® a la derrota electoral de Clinton en 2016, sino que casi acaba en tragedia cuando un ciudadano entr¨® armado en la pizzer¨ªa pensando que realmente hab¨ªa ni?os secuestrados.
De igual manera que es l¨ªcito defender que los ¡°soplos¡± de Assange y Snowden contribuyen a aportar informaci¨®n veraz al debate p¨²blico y fortalecer la democracia, tambi¨¦n es l¨ªcito cuestionarse si este tipo de ¡°filtraciones¡± persiguen objetivos pol¨ªticos encaminados a alterar las relaciones entre los Estados. Inundar el debate p¨²blico con los secretos m¨¢s ¨ªntimos de un Estado, mientras se mantiene un ensordecedor y deliberado silencio sobre las alcantarillas de otros Gobiernos, tambi¨¦n puede ser una forma de desinformar a la opini¨®n p¨²blica y alterar la democracia.
Javier Lesaca es doctor en Historia e investigador visitante en la Universidad de Columbia.
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