El reto pol¨ªtico del cambio clim¨¢tico
Exijamos a nuestros l¨ªderes que lean a nuestros cient¨ªficos y que act¨²en en consecuencia. No tenemos un planeta B

Ayer, el grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio clim¨¢tico (IPCC) public¨® el Informe especial sobre el oc¨¦ano y la criosfera en un clima cambiante.Es un texto sobrecogedor que todos deber¨ªamos leer, y que alerta de las consecuencias del ritmo actual de calentamiento global para la vida en las zonas monta?osas, cercanas a la costa y dependientes de los mares. Una de las principales conclusiones es que, aunque todos acabaremos siendo afectados negativamente en alguna medida por estos cambios, no todos lo seremos con la misma rapidez e intensidad: las comunidades costeras, y en particular aquellas cuyo modo de vida depende de los oc¨¦anos, as¨ª como los individuos que residen en zonas de alta monta?a, son especialmente vulnerables.
Es inevitable preguntarse c¨®mo nuestros sistemas pol¨ªticos van a gestionar estos brutales shocks distributivos. ?Seremos capaces de establecer mecanismos de compensaci¨®n de protecci¨®n a aquellos m¨¢s afectados, y de financiarlos debidamente? ?O por el contrario los grupos pol¨ªticamente m¨¢s poderosos invertir¨¢n en protegerse selectivamente de estos riesgos, y ser¨¢n reacios a hacer los inevitables esfuerzos econ¨®micos y sociales que exigir¨¢ atender a aquellos que pierdan sus empleos, sus hogares y modos de vida? La experiencia reciente no nos hace ser muy optimistas. Buena parte de las turbulencias pol¨ªticas que sufrimos son consecuencia precisamente de la incapacidad de nuestros sistemas pol¨ªticos para lograr que la globalizaci¨®n o el cambio tecnol¨®gico reviertan en beneficio de todos.
Pero no hay que caer en el fatalismo. Primero, porque tenemos ejemplos en los que fijarnos: la experiencia de la crisis nos muestra tambi¨¦n que aquellos sistemas pol¨ªticos con modelos de gobernanza m¨¢s inclusivos, con instituciones m¨¢s s¨®lidas, con pol¨ªticas m¨¢s estables y adaptables son aquellos que mejor capacitados est¨¢n para responder a estos cambios de forma social y pol¨ªticamente sostenible. Invirtamos pues en fortalecer los v¨ªnculos de los ciudadanos con la pol¨ªtica. Y en segundo, como nos recuerda el informe, cuanto antes intervengamos (frenando la emisi¨®n de gases contaminantes y adapt¨¢ndonos a las consecuencias del cambio clim¨¢tico), m¨¢s efectivas ser¨¢n estas intervenciones. Este es el dilema: o hacemos esfuerzos ahora, o tendremos que hacer esfuerzos pol¨ªticamente explosivos en el futuro.
Exijamos a nuestros l¨ªderes que lean a nuestros cient¨ªficos y que act¨²en en consecuencia. No tenemos un planeta B.
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