Por qu¨¦ es tan importante que Espa?a haya retornado al Fondo Mundial contra las tres pandemias

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Espa?a regresa a la lucha contra las tres pandemias despu¨¦s de ocho a?os

¡°La inversi¨®n que ha hecho Espa?a contra las pandemias se puede perder¡±

¡°Se puede acabar con el sida, la malaria y la tuberculosis en 2030¡±

En medio del espect¨¢culo circense en el que se han convertido las asambleas generales de la ONU, el anuncio de Pedro S¨¢nchez ha pasado casi desapercibido. Sin embargo, el retorno de Espa?a al Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis tiene un valor que va mucho m¨¢s all¨¢ de los 100 millones de euros comprometidos para los pr¨®ximos tres a?os.

En primer lugar, corrige una omisi¨®n hist¨®rica. Aunque la contribuci¨®n acumulada de nuestro pa¨ªs al historial del Fondo es de m¨¢s de 700 millones de d¨®lares, Espa?a llevaba una d¨¦cada sin aportar pr¨¢cticamente nada. Nueve a?os dando la espalda a tres de los desaf¨ªos m¨¢s acuciantes de la salud global, que matan cada a?o a 2,5 millones de personas y suponen un lastre insoportable para los fr¨¢giles sistemas sanitarios de los pa¨ªses afectados. La Gran Recesi¨®n no es una excusa suficiente cuando en estos mismos a?os otro pa¨ªs en crisis como Italia aport¨® la cantidad de 233 millones de euros. A¨²n hoy, el compromiso del Gobierno en funciones es solo una fracci¨®n de lo que destinaron solo en la ¨²ltima reposici¨®n vecinos como Reino Unido (936 millones de euros), Francia (747 millones) y Alemania (595 millones).

Estamos contentos, pero aspiramos a m¨¢s.

En segundo lugar, Espa?a ha decidido dar este paso precisamente cuando m¨¢s se nos necesitaba. Como se?ala un documento que har¨¢ p¨²blico la pr¨®xima semana el Instituto de Salud Global de Barcelona, en la lucha contra enfermedades como la malaria ¡°la casa est¨¢ ardiendo¡±: tras 15 a?os de avances sin precedentes ¡ªen los que se ha logrado reducir la tasa de mortalidad un 58%¡ª, la estrategia global contra esta enfermedad se enfrenta a una verdadera encrucijada en la que una financiaci¨®n insuficiente amenaza con destruir los avances obtenidos. La lucha contra el VIH y la tuberculosis plantea dilemas similares.

Finalmente, el discurso del presidente S¨¢nchez en Nueva York tiene la virtud de trasladar con eficacia algo mucho mejor: que la pol¨ªtica de cooperaci¨®n es inherente a su relato de pa¨ªs. No les aburro con los mismos argumentos que hemos agotado en casi una d¨¦cada de traves¨ªa por el desierto, pero resulta absolutamente imperativo que Espa?a recupere una herramienta que define nuestra manera de entender el mundo y demuestre que sabemos que no estamos solos en este planeta. Entre otras cosas, porque esa mirada se contrapone a la que tratan de imponernos otros. Adem¨¢s de la salud global, S¨¢nchez anunci¨® compromisos con el fondo de cambio clim¨¢tico y con el de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si este es el "globalismo" que repugna a Trump, ?que vivan los globalistas!

Dicho todo esto, conviene tener aqu¨ª muy presente las recomendaciones del Sr. Lobo en Pulp Fiction. Porque, hasta que no se haya cerrado un presupuesto que escriba en piedra los compromisos del presidente, lo que tenemos es poco m¨¢s que una estupenda promesa. Los programas electorales ser¨¢n una buena ocasi¨®n para comprobar la salud del consenso alcanzado entre los partidos del Parlamento hace a?os. Literalmente, millones de seres humanos les contemplan.