He aqu¨ª un fiera vendiendo coches de colecci¨®n
Simon Kidston es el rey de los cl¨¢sicos de f¨¢bula. No para compradores, sino para coleccionistas
En una reciente publicaci¨®n de su cuenta de Instagram se ve a Simon Kidston, de peque?o, al volante de un coche de choque. Al contrario que los otros ni?os conductores, ¨¦l lleva corbata y americana. Un atuendo un tanto peculiar en una atracci¨®n de feria, s¨ª, pero que en su caso no carec¨ªa de sentido: por un lado, reflejaba el respeto por los coches de su familia ¨CSimon es sobrino del piloto Glen Kidston, campe¨®n de Le Mans¨C, y por otro vaticinaba cu¨¢l ser¨ªa su negocio de mayor.
¡°Prefiero los cl¨¢sicos. Tienen alma y personalidad. Los coches modernos solo son herramientas, no importa lo r¨¢pidos que sean¡±
Con m¨¢s de 30 a?os de carrera, hoy es uno de los mejores vendedores de coches de colecci¨®n del mundo. ¡°Como la mayor¨ªa de ni?os, de peque?o so?aba con tener uno de esos modelos de p¨®ster, un Lamborghini Countach o un Panther 6. He de reconocer que los genes del motor corr¨ªan por mi sangre. A mi t¨ªo y a mi padre les encantaban los coches, aunque siempre los m¨¢s nuevos y veloces¡±, explica. ¡°Yo prefiero los cl¨¢sicos. Tienen alma, historia y personalidad. Los modernos son solo herramientas, no importa lo r¨¢pidos o eficientes que sean¡±.
Nacido en Siena en 1967, su dominio del italiano le permiti¨® vender su primer coche en Coys, la casa de subastas brit¨¢nica para la que empez¨® a trabajar en 1988. ¡°Era un Ferrari Daytona rojo. Ten¨ªa 21 a?os y nunca hab¨ªa visto uno. Se lo vend¨ª a un joyero de Italia porque era el ¨²nico que hablaba su lengua en la empresa. Sin embargo, mi venta m¨¢s memorable fue la de un Ferrari 250 LM de 1964. Mi jefe me dej¨® probarlo en el circuito de Silverstone ¨Cno se si el due?o se enter¨®¨C y llevarlo al concurso de coches cl¨¢sicos de Louis Vuitton. Mido 1,94 cm y est¨¢ claro que no lo dise?aron para m¨ª, pero si me tocara la loter¨ªa¡¡±, suspira. ¡°Siempre ha sido mi Ferrari favorito. Adem¨¢s, fue la venta m¨¢s alta de 1992. Mi jefe me pag¨® el almuerzo¡±.
Actualmente, dirige su propia boutique de coches de colecci¨®n en Suiza, Kidston SA, donde asesora a coleccionistas de la talla de Ralph Lauren. Y aunque reconoce que se trata de una raza en extinci¨®n (¡°los mejores se han ido a coleccionar al cielo¡±), se muestra optimista. ¡°Dentro de 30 a?os la gente seguir¨¢ coleccionando coches. Algunos alcanzar¨¢n precios que ni siquiera podemos imaginar, mientras que otros valdr¨¢n poco m¨¢s de lo que valen hoy. El truco es mantenerse al d¨ªa y no solo predecir las tendencias de compra, sino influir en ellas¡±.
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