?C¨®mo es posible que Volkswagen venda m¨¢s salchichas que coches?

Sal¨®n del autom¨®vil, el CEO de una marca de coches alza la manta para presentar el ¨²ltimo modelo y aparece una reluciente salchicha gigante. ?Disparate? Pues tiene tintes de realidad. Volkswagen vende m¨¢s salchichas que coches. La empresa de Wolfsburgo elabor¨® en 2017 en su sede m¨¢s currywurst (6,8 millones) que autom¨®viles vendi¨® en todo el mundo. La receta de 1973 es un secreto bien guardado por los 30 empleados que cada d¨ªa trabajan en la cocina de Volkswagen. Las VW-currywursts se comercializan en supermercados de Alemania, vienen de serie con cada coche ¨Cel concesionario regala un paquete de cinco al comprador¨C y se sirven en la cantina de la f¨¢brica.

Es tal la popularidad de este plato entre sus trabajadores que, cuando hace un a?o, venci¨® el contrato que ten¨ªa la empresa alemana con el proveedor de k¨¦tchup, se arm¨® una buena. La prensa alemana empez¨® a hablar del ketchupgate. Los empleados se hab¨ªan quejado amargamente de la nueva salsa de tomate. Resulta que ten¨ªa menos az¨²car y menos grasa.

No es la primera vez que un subproducto de una multinacional adquiere relevancia. Hubo un momento en que los perritos y las alb¨®ndigas de Ikea eran m¨¢s famosos que la mesa Lack, se?a de identidad de los pisos de estudiantes. Seg¨²n Forbes, el 30% de los clientes que se acercan a uno de sus centros solo va a comer. De vuelta a la carretera, Ferrari vendi¨® el a?o pasado 9.000 coches. Cuente el n¨²mero de chalecos que ve con el caballito en Saint-Tropez o en las fiestas del pueblo de sus suegros. Pues eso.