Errej¨®n: vuelve el talante

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A Errej¨®n se le ve vacilar cuando se le interroga sobre las diferencias de su programa con Podemos. Sin duda es un punto d¨¦bil. Aunque enfatice lo verde como elemento distintivo, no es f¨¢cil defender program¨¢ticamente la cu?a de M¨¢s Pa¨ªs. El poeta Eduardo Jord¨¢ lo ha resumido de modo muy gr¨¢fico: ¡°Si alguien entiende las diferencias ideol¨®gicas entre Errej¨®n e Iglesias, es que tambi¨¦n entiende los debates teol¨®gicos de los arrianos contra los trinitarios durante el Concilio de Nicea¡±. Sin embargo, el l¨ªder de M¨¢s Pa¨ªs ya ha desarrollado un relato con el que explicar el inter¨¦s de su irrupci¨®n ahora ¡ªprecisamente ahora, ese mismo ahora que S¨¢nchez exprime en su eslogan¡ª para el 10-N: en una repetici¨®n electoral, conviene poder ofrecer algo diferente. El 10-N no deber¨ªa ser una reedici¨®n del 28-A simplemente volviendo a tirar los dados. Su mensaje "si la llave la tienen los mismos, puede volver a ocurrir lo mismo" b¨¢sicamente conecta con aquella idea atribuida a Einstein: ¡°Si buscas resultados distintos, no vuelvas a hacer lo mismo¡±. Si quieres que pueda sumar un Gobierno de izquierdas, no votes los mismos sumandos que han fracasado.

Errej¨®n tiene la ductilidad generacional de la pol¨ªtica l¨ªquida y el pragmatismo del populismo laclauano. Sencillamente es consciente de que necesita desarrollar un discurso voluble que pueda encajar en la intersecci¨®n llena de aristas entre PSOE y Podemos. Y, de hecho, la propia vacilaci¨®n de su respuesta program¨¢tica puede no obedecer a la inseguridad, sino a desprenderse de planteamientos dogm¨¢ticos. Esa parece una hip¨®tesis plausible, porque Errej¨®n nunca ha dudado ni siquiera para hablar de n¨²cleo irradiador. El tono ante esa y otras preguntas, con una ralentizaci¨®n en el tempo acompa?ada de cierto titubeo parece estar bien calculado precisamente como aval de su oferta contra el dogmatismo. Abiertamente Errej¨®n utiliza la palabra ¡°actitud¡±. No se trata de ofrecer un programa distinto que resulte necesario, sino una actitud distinta que con toda seguridad s¨ª resulta necesaria.

Esta estrategia no es nueva en la pol¨ªtica espa?ola, sino algo que conecta directamente con la desplegada por Zapatero en 2004: el talante. S¨ª, en esta actitud hay un eco inevitablemente zapateriano. El mensaje de Errej¨®n es simple: si con la actitud de S¨¢nchez e Iglesias no ha habido manera de sacar adelante un Gobierno de izquierda, hay que apostar por otra actitud que facilite eso. Vota talante.