El hueco de Errej¨®n
El errejonismo puede exhibir como propia la trayectoria tangible del Gobierno de Manuela Carmena: el Madrid Central, su plan de guarder¨ªas, las trabas a la especulaci¨®n. Y su estilo
La lista de ??igo Errej¨®n molesta a ciertos dirigentes socialistas. La ven como un freno a su expectativa de gran aumento electoral. Irrita m¨¢s a los tribunos derechistas que se regocijaban ante una posible abstenci¨®n de los votantes desanimados tras el doble fiasco de una investidura progresista. Con motivo, porque el dise?o de M¨¢s Pa¨ªs de presentarse solo en circunscripciones en las que no perjudique a las izquierdas da verosimilitud a que su hueco recoja a sus desencantados tentados de abstenerse. Y que as¨ª la fragmentaci¨®n del espectro progre acabe beneficiando a este en vez de da?arle.
Hay tambi¨¦n otra lectura, metaelectoral. Esta. La aparici¨®n de M¨¢s Pa¨ªs tiende a suturar el desangre de la izquierda de la izquierda. Que era inexorable. Por los declinantes resultados obtenidos. Por el encastillamiento de la direcci¨®n de lo que un d¨ªa fue Podemos, a causa de las purgas y las consiguientes defecciones. Y por su rampante sectarizaci¨®n: tildar ahora a Errej¨®n de submarino de la oligarqu¨ªa no solo es torpe. Denota miedo al competidor. Y supone una ignorancia supina de cu¨¢les son las preferencias y qui¨¦nes los favoritos de los ultrapoderosos.
El bautizo de la nueva marca ser¨ªa pues susceptible de mantener, en tiempo adverso, una sensibilidad pol¨ªtica en riesgo de subrepresentaci¨®n. Otros, como la Syriza del griego Alexis Tsipras, aprendieron m¨¢s r¨¢pidamente que Podemos. Y lograron la supervivencia de forma menos traum¨¢tica: desde una gesti¨®n realista de la derrota, un apego al Gobierno como instrumento de transformaci¨®n y un desapego del poder como poltrona.
El principal h¨¢ndicap del incipiente partido encabezado por Errej¨®n es su escas¨ªsimo tiempo de gestaci¨®n. Improvisar un programa, un enraizamiento territorial y unos cuadros intermedios s¨®lidos no es coser y cantar.
Pero con m¨¢s trienios, el de Pablo Iglesias es un ¡°movimiento ¨¢grafo¡±, como escribe su padrino pol¨ªtico y exdiputado del grupo, el anguitista Manolo Moreneo. ¡°No tiene programa, no emite resoluciones pol¨ªticas y sus ¨®rganos de direcci¨®n suelen refrendar lo que se discute y decide en otras partes (...) es el secretario general quien define y deslinda las grandes decisiones (...) sobre todo en informes orales de lo que no quedan res¨²menes escritos ni conclusiones¡± (ElViejo Topo, n¨²mero 377, junio de 2019). En cambio, el errejonismo puede exhibir como propia la trayectoria tangible del Gobierno de Manuela Carmena: el Madrid Central, su plan de guarder¨ªas, las trabas a la especulaci¨®n. Y su estilo.
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