Diarra ya sabe cocinar
En muchas zonas rurales de Senegal las ni?as aprenden y se encargan de preparar la comida diaria desde edades muy tempranas
Lo hab¨ªa visto hacer desde que tiene uso de raz¨®n. En Gandiol, como en muchos pueblos de Senegal, cada d¨ªa dos o tres mujeres j¨®venes y ni?as se re¨²nen alrededor de un par de barre?os de agua y una olla, y pasan la ma?ana lavando, cortando y cocinando los ingredientes de lo que ser¨¢ el plato principal de la familia a mediod¨ªa: el ceebuy?n (arroz con pescado, en wolof).
Todas sus amigas lo hacen desde hace lustros: con ocho y nueve a?os la mayor¨ªa de las ni?as del pueblo ya est¨¢n cuchar¨®n en mano, removiendo el aceite y el tomate con el resto de verduras que componen la salsa de la preciada receta, propuesta a la UNESCO para formar parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Pero ella no: con 23 a?os, Diarra Ndiaye no ha hecho un arroz con pescado en su vida. ¡°He vivido siempre en la casa familiar con mi abuela, y una de mis t¨ªas se ocupaba de la comida. Yo iba al colegio y a la escuela cor¨¢nica, y no ten¨ªa tiempo para aprender¡±, se justifica. Lo que hoy explica risue?a, en otro momento fue motivo de tensi¨®n: ¡°Mi madre me hac¨ªa salir de la cocina cuando intentaba ayudarla y era fuente de burlas entre mis amigas. ?Qu¨¦ chica no sabe preparar la comida?¡±, confiesa.
El fin al calvario lo puso su padre el pasado mes de enero. Reci¨¦n llegado de G¨¦nova (Italia), donde vive desde hace tres d¨¦cadas, el se?or Ndiaye (que es considerado el jefe de familia aun en la distancia) le dio un ultim¨¢tum a ella y a su mujer: la pr¨®xima vez que viniese a Senegal ser¨ªa Diarra la que cocinase. As¨ª que manos a la obra, madre e hija dedican desde hace unas semanas las ma?anas al aprendizaje culinario.
El proceso ¡ªincluyendo las compras que se realizan a diario por falta, muchas veces, de medios de conservaci¨®n¡ª conlleva unas seis horas. Esto hace que muchas familias tengan que sacrificar los estudios de algunas ni?as o chicas j¨®venes de las casas para llevar a cabo estas tareas liberando a las m¨¢s adultas para hacer la colada, la limpieza de la casa, el cuidado de las personas dependientes, la realizaci¨®n de alguna actividad econ¨®mica, etc. "Ahora que no estoy estudiando, debo ocuparme de la comida de todos los d¨ªas, para que mi madre regente su tienda", cuenta la joven Ndiaye, no obstante, est¨¢ barajando sus posibilidades para el futuro.
¡°Adem¨¢s del arroz de a diario tambi¨¦n he aprendido a hacer otros platos como yassa (pollo con salsa de cebolla), sopa kandia (plato a base de ocra), o el domada (salsa de harina con tomate), que es mi preferido¡±, afirma orgullosa. Para ello ha tenido que posponer al horario de tarde una formaci¨®n audiovisual que estaba realizando en horario de ma?ana, pero lo hace con gusto porque cocinar era ¡°una asignatura pendiente¡±.
La m¨²sica mbalax que sale de su m¨®vil pone la banda sonora. Ya ha ido al mercado, tiene los ingredientes bien separados y controla el proceso, ¡°sobre todo la cantidad de sal y picante, que es lo m¨¢s dif¨ªcil¡±, dice. Con esa seguridad aborda ahora el plato que pronto le tocar¨¢ ense?ar a su hermana quien, con 12 a?os tambi¨¦n se inicia tarde en la gastronom¨ªa local por priorizar tambi¨¦n los estudios. ¡°Aqu¨ª las mujeres tenemos que saber cocinar. Es imprescindible para casarte, ser¨ªa una deshonra para tu familia. No hay elecci¨®n¡±, confirma Diarra.
A la hora de comer su hermano Cheikh Ndiaye le aplaude el esfuerzo y confirma el ¨¦xito del curso. Diarra ya sabe cocinar. ¡°El pr¨®ximo ser¨¦ yo¡±, r¨ªe.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.