Los actores del porno reclaman que sus pel¨ªculas son ficci¨®n, al tiempo que Nacho Vidal deja de rodar este tipo de filmes. No es el fin, deber¨ªa ser el cambio.
Cada vez menos, pero durante muchos a?os, cuando alguien me conoc¨ªa, se extra?aba de que no fuera la Celia Blanco que ellos cre¨ªan. Me resulta imposible encontrar una herramienta que me permita comprobar cu¨¢ntas personas puede haber en Espa?a que se llamen como yo, nombre y apellido. Pero m¨¢s de 122.000 compartimos lo segundo; no me creo que Celia sea infrecuente. Imagino que a cualquiera de ellas les debi¨® de pasar lo que a m¨ª. Con esta voz que traigo de serie, bastaba con que lo pidiera amablemente y obten¨ªa las mejores y m¨¢s discretas mesas en todos los restaurantes de Madrid. Sin embargo, el m¨¦rito no estaba en mi poder de seducci¨®n, sino en el de Cecilia Gessa, quien en el primer estallido de Internet en nuestras vidas, que no en nuestras manos, se convirti¨® en la actriz porno m¨¢s famosa del pa¨ªs. Pasamos de ver las porno (codificadas) del Plus a una mujer de carne y hueso que adem¨¢s triunfaba en Cr¨®nicas Marcianas. Aquello fue inconmensurable.
Lo del porno y yo viene de lejos. Considero la necesidad de tener un buen cine para adultos para poder usarse como cada uno considere que debe hacerlo. Me gusta ese cine y pido poder consumirlo con la misma facilidad que cualquier otro. Cierto es que, viendo este, casi seguro que no podr¨¦ tener charlas especialmente intelectuales, pero cada vez que he tenido la suerte de cruzarme con alguien que sab¨ªa m¨¢s que yo del tema, he disfrutado mucho con sus apuntes de clase. Siento ser una vulgar aficionada y no haber encontrado a¨²n obras maestras, pero s¨ª creo que existe una pornograf¨ªa que cumple su funci¨®n, que no es otra que servir de entretenimiento a los adultos. L¨¢stima que dentro de la propia industria haya impresentables capaces de hacer las felon¨ªas exactas para desprestigiar a todo el sector. Desde someter a las actrices a todo tipo de espantos hasta exigir controlar las entrevistas de la prensa a cualquiera de los implicados.
Como una enculada salvaje triunfe en visitas, muchas otras mujeres protagonizar¨¢n id¨¦nticas escenas
Los relatos de numerosas actrices que han abandonado la pornograf¨ªa son espeluznantes. Torbe, creador de Putalocura, uno de los portales m¨¢s conocidos, sale cada dos por tres en los papeles. Ni siquiera voy a responsabilizar solo al p¨²blico de la proliferaci¨®n de esta pornograf¨ªa de mierda a la que siempre nos referimos. Lo son desde el momento en el que sabes c¨®mo va el negocio: como una enculada salvaje triunfe en visitas, muchas otras mujeres protagonizar¨¢n id¨¦nticas escenas. Esto funciona as¨ª. Pero tambi¨¦n he aprendido que no puedes luchar contra Internet. Por mucho que me hubiera empe?ado en negar la existencia de la otra Celia Blanco, tuvo que abandonar ella misma la industria para que mi nombre empezara a unirse a mi persona. Mientras exista Internet, la existencia de esta industria est¨¢ m¨¢s que garantizada.
De entre las muchas ideas que se me ocurren para intentar educar con la pornograf¨ªa de por medio, no descarto que pudiera ser la gente del mundillo la que mejor lo hiciera. La mayor¨ªa de las actrices que han pasado por esos focos hablan del estigma que supone, ojal¨¢ se pudiera sumarlas a la causa educativa. Hace unos meses, los propios actores de la industria cinematogr¨¢fica para adultos protagonizaron su v¨ªdeo en el que expon¨ªan el error de tomar la pornograf¨ªa como referente, pero la ineptitud de los mismos responsables hizo que la campa?a pasara sin pena ni gloria por los medios de comunicaci¨®n. Si usted es uno de los afortunados que vio el v¨ªdeo, enhorabuena. Debe de haberse convertido en material de colecci¨®n. Nacho Vidal ha dejado de rodar pornograf¨ªa, y su discurso tambi¨¦n podr¨ªa ser muy enriquecedor. Sus conocimientos (y devoci¨®n) por el Hentai, la pornograf¨ªa en dibujo animado japonesa, podr¨ªa ser el punto de salida de much¨ªsimos cursos pedag¨®gicos. Seg¨²n Erika Lust, directora de pornograf¨ªa no agresiva ni machista, para hablarles de este cine a nuestros hijos, puede ser muy ¨²til recurrir al imaginario er¨®tico nip¨®n. Y, queridas madres, ya hay otras que se han animado a rodar el porno que quieren para sus hijos.
Pocas cosas me gustar¨ªan tanto como que este tema saliera en campa?a. Me parecer¨ªa que, por fin, los pol¨ªticos se ocupan de cosas que afectan a la mayor¨ªa.
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