C¨®mo desarmar la islamofobia poniendo la hipocres¨ªa ante el espejo
Un estudio realizado entre espa?oles muestra que es posible debilitar discursos racistas
Culpar a un colectivo entero por las acciones de una de las personas del mismo origen o creencia es una de las fuentes de conflicto y polarizaci¨®n m¨¢s frecuentes. Y suelen generar v¨ªctimas inocentes, lo que com¨²nmente expresamos con el dicho "pagan justos por pecadores". Esta hostilidad hacia "los otros", sobre todo cuando va dirigida hacia algunos grupos minoritarios solo contribuye a la escalada del conflicto y a la violencia intergrupal. ?Es posible frenar o al menos mitigar esta escalada?
En Espa?a, y tambi¨¦n en Europa, uno de los grupos que m¨¢s sufren esta hostilidad son los musulmanes, por lo que este podr¨ªa ser un buen laboratorio natural en el que investigar si es posible reducir esa culpabilizaci¨®n de todo un colectivo. Un estudio recoge ahora una intervenci¨®n realizada en el verano de 2017 entre cientos de espa?oles, que mostr¨® que s¨ª es posible. Incluso en las peores circunstancias, puesto que en pleno estudio se perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils, lo que pod¨ªa provocar una reacci¨®n negativa.
El experimento logra romper con el prejuicio que supone que todos los musulmanes pertenecen a un "ellos" homog¨¦neo y maligno
La palanca que usaron para activar el cambio fue poner a los individuos frente al espejo de la hipocres¨ªa de sus prejuicios. "Los resultados de esta investigaci¨®n mostraron que la intervenci¨®n, en comparaci¨®n con un grupo control, redujo la atribuci¨®n de culpa colectiva atribuida a los musulmanes en su totalidad ante acciones cometidas por individuos concretos y redujo la hostilidad en su contra", resume Ana Urbiola, investigadora de la Universidad de Granada y coautora de este trabajo.
El experimento comenz¨® en agosto de 2017 y la idea era comprobar si revelarle esa hipocres¨ªa a la gente conseguir¨ªa moderar su discurso, como cre¨ªan los investigadores. A un grupo de individuos se le proporcion¨® una breve descripci¨®n de tres casos individuales de diferentes de atentados cometidos por europeos blancos. Y despu¨¦s de mostrarles esos ejemplos, se pregunt¨® a los participantes que puntuaran en una escala: "En general, ?c¨®mo de responsables crees que son los europeos blancos por los ataques de los supremacistas blancos?". En la segunda parte de la intervenci¨®n, los participantes leyeron una breve descripci¨®n de los ataques de Par¨ªs en 2015 perpetrados por fan¨¢ticos islamistas y luego usaron las mismas escalas para puntuar la responsabilidad de los musulmanes individuales por esos ataques. Por ejemplo: "Fatima Wahid es una mujer musulmana propietaria de una panader¨ªa en el sur de Francia. ?C¨®mo de responsable es Fatima Wahid de los ataques de Par¨ªs de 2015?".
La culpa de los europeos blancos
El experimento logra romper con el prejuicio que supone que todos los musulmanes pertenecen a un "ellos" homog¨¦neo y maligno, dado que el sujeto entiende que no todos los europeos blancos son afines a Breivik, por ejemplo, el terrorista que mat¨® a 77 personas en Noruega. "Esta intervenci¨®n pone de manifiesto para los participantes la hipocres¨ªa existente en la tendencia humana de atribuir la culpa colectivamente de acciones de miembros individuales a todos los miembros que componen el grupo", explica Urbiola, en la actualidad profesora de la Universidad de Almer¨ªa. Esa hipocres¨ªa t¨¢cita genera una disonancia cognitiva en la cabeza de los individuos, porque choca su forma de generalizar a los otros mientras da por supuestos los matices y diferencias en su propio grupo. La disonancia provoca una incomodidad en los sujetos al revelar esa incoherencia, explica Urbiola, lo que lleva a matizar sus posibles prejuicios sobre los musulmanes.
Los investigadores, que publican sus resultados en Nature Human Behaviour, med¨ªan la hostilidad hacia los musulmanes evaluando el deseo de mantener distancia social hacia ellos, el apoyo a pol¨ªticas restrictivas en contra de este grupo y el inter¨¦s por firmar en apoyo a medidas de apertura y reasentamiento de refugiados sirios que llegan a Espa?a. La hostilidad general cay¨® notablemente despu¨¦s de someter a esos sujetos al experimento, frente a los datos del grupo de control. Para comprobar la fortaleza de sus resultados, los investigadores (de las universidades de Pensilvania y Northwestern, junto a Urbiola) replicaron su propio estudio con otro grupo distinto de espa?oles, obteniendo las mismas conclusiones.
Funciona mejor con personas que consideran muy importante comportarse de manera coherente con sus creencias
La segunda parte de la intervenci¨®n se iba a realizar un mes despu¨¦s, pero entonces se produjo el ataque terrorista en Catalu?a. Los investigadores continuaron adelante, aunque tem¨ªan que pudiera tener un efecto muy potente sobre las opiniones de la gente. Para su sorpresa, el efecto de la intervenci¨®n no cay¨®. "Se mantuvo, no dej¨® de funcionar", afirma la investigadora espa?ola. Incluso con el atentato islamista de por medio, los sujetos a los que se hizo ver la hipocres¨ªa de culpabilizar a todo el colectivo manten¨ªan su opini¨®n m¨¢s moderada sobre los musulmanes. Un a?o despu¨¦s se comprob¨® que los efectos perduraban. Se hab¨ªa logrado difuminar la frontera del "ellos".
Tras los atentados de Christchurch en Nueva Zelanda, su primera ministra, Jacinda Ardern (en la imagen), quiso dejar claro que no hay un nosotros contra ellos, salvo para los violentos: "[Los afectados] han elegido hacer de Nueva Zelanda su hogar y es su hogar. Ellos somos nosotros. La persona que ha perpetuado esta violencia contra nosotros no lo es". Un estudio reciente mostraba este prejuicio hip¨®crita entre ciudadanos de Estados Unidos, a los que se les preguntaba por los asesinos de ocho masacres perpetradas en su pa¨ªs, cuatro musulmanes y cuatro antimusulmanes. Las posibilidades de que se considerara enfermo mental a los asesinos eran directamente proporcionales a los prejuicios de los sujetos. Si ya ten¨ªan un sesgo contrario al islam, era poco probable que creyeran que los asesinos musulmanes tuvieran alg¨²n problema mental, algo que no les exime de culpa y encaja con su percepci¨®n negativa.
Este nuevo trabajo se suma a la creciente bibliograf¨ªa de estudios que buscan desentra?ar los mecanismos psicol¨®gicos que act¨²an en los conflictos entre grupos, para ayudar a apaciguarlos. "Nuestra principal herramienta es nuestra comprensi¨®n de las variables psicosociales que pueden anticipar y reducir esa hostilidad, para luego poder construir instrumentos que nos ayuden a trabajar en los procesos para desescalar el conflicto al modificar esa hostilidad", asegura Urbiola, que tambi¨¦n ha trabajado en c¨®mo reducir los prejuicios hacia los gitanos.
No obstante, el mecanismo explorado en este estudio funciona especialmente en determinadas circunstancias. "No se puede aplicar a cualquier conflicto ni a cualquier pa¨ªs o discurso p¨²blico", resume la psic¨®loga social. "Los efectos de esta intervenci¨®n son significativamente mayores para personas que tienen una alta preferencia por la consistencia, es decir, funciona mejor con personas que consideran muy importante comportarse de manera coherente con sus creencias", explica. Adem¨¢s, se ha comprobado que esta herramienta funciona cuando se da un escenario propicio en el que la hipocres¨ªa es evidente, como en los casos descritos.
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