Jos¨¦ Mar¨ªa Cano logra cerrar un parking de Lisboa que le molestaba
El Ayuntamiento de la ciudad atiende la petici¨®n del m¨²sico que alega que invade su privacidad porque desde la planta superior se ven sus jardines
No es f¨¢cil parar una obra y menos si es p¨²blica. El m¨²sico Jos¨¦ Mar¨ªa Cano lo ha conseguido en Lisboa, donde posee un palacio del siglo XVII en el t¨ªpico barrio de Gra?a.
Lo m¨¢s dif¨ªcil de la capital portuguesa, sin embargo, es encontrar plaza de parking, m¨¢s a¨²n en barrios hist¨®ricos como el de Gra?a; las casas no tienen garaje y las estrechas aceras y calles impiden el estacionamiento exterior. El Ayuntamiento comienza a construir parquines p¨²blicas para los vecinos y uno de ellos, casualmente, est¨¢ situado junto al palacio Teles de Menezes, propiedad desde hace tres a?os del m¨²sico de Mecano.
El parking ya est¨¢ acabado, pero solo est¨¢ abierto una parte de ¨¦l, la planta inferior, el resto permanece cerrado por una denuncia de Cano contra el Ayuntamiento, que est¨¢ a la espera de una sentencia.
En 2015, el palacio del siglo XVII se puso a la venta por 7,8 millones de euros, pero dos a?os despu¨¦s el m¨²sico espa?ol lo compr¨® por la mitad de precio. Desde entonces, reside all¨ª largas temporadas y celebra peri¨®dicamente fiestas con invitados del mundo art¨ªstico y social. Pintor y coleccionista de arte, una de las fiestas m¨¢s sonadas es la que coincide con Arco Lisboa, en el mes de mayo.
Cuando compr¨® el palacio, no exist¨ªa el parking, circunstancia fundamental para su reclamaci¨®n. Se empez¨® a construir despu¨¦s y fue creciendo, primero un piso y despu¨¦s un segundo, que es el que tiene una visi¨®n ¨²nica de los jardines del palacio.
Cano recomienda a sus invitados que se abstengan de realizar fotos en el interior del palacio, pero sus deseos no son contrariados por sus amigos, sino por los vecinos que acceden al estacionamiento p¨²blico, ya que desde el piso m¨¢s alto pueden ver los jardines del palacio. Es el ¨²nico lugar del barrio que rompe con la estrat¨¦gica privacidad del edificio.
En principio, Cano present¨® una queja ante el ayuntamiento por considerar que la construcci¨®n pon¨ªa en riesgo la seguridad y privacidad de su casa. El? Ayuntamiento desestim¨® la queja, pero abri¨® un procedimiento para estudiar la alteraci¨®n del proyecto arquitect¨®nico, que a¨²n no ha concluido, mientras tanto, atendiendo a las quejas de Cano, orden¨® colocar pantallas para tapar la visi¨®n desde el estacionamiento hacia su casa y cerr¨® el piso superior.
El m¨²sico, pese a todo, ha presentado una providencia cautelar ante el Tribunal Administrativo de Lisboa para cerrar este servicio p¨²blico y est¨¢ a la espera de una sentencia. Amigos, en el barrio, no tiene muchos.
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