La rendici¨®n de Will Smith, la ¨²ltima estrella de un Hollywood que ya no existe
Cuando el sistema cinematogr¨¢fico que lo encumbr¨® emite sus estertores fatales, el ¨²ltimo mito es ¨¦l. Al menos, dice haber salvado a su familia. Estos d¨ªas estrena 'G¨¦minis'
¡°Yo quer¨ªa ser la mayor estrella de cine¡±. Desde que apareciera por primera vez en la peque?a pantalla para dar vida al descarado pr¨ªncipe de Bel-Air, Will Smith (Filadelfia, 1968) apost¨® todo para convertirse en el int¨¦rprete hegem¨®nico de su generaci¨®n. Si bien hay dudas de que la cr¨ªtica especializada ratifique tal declaraci¨®n, lo que es seguro es que lo consigui¨® en el coraz¨®n de los espectadores, que durante a?os abarrotaron las filas de butacas para presenciar cada nuevo proyecto.
Entre sus r¨¦cords m¨¢s abrumadores y sintom¨¢ticos est¨¢ el de ser el ¨²nico int¨¦rprete que ha estrenado de forma consecutiva una decena de pel¨ªculas que pueden presumir de ser taquillazos internacionales. Daba igual la tem¨¢tica del filme en cuesti¨®n, era "una de Will Smith" y su rostro en el p¨®ster supon¨ªa un sello de calidad suficiente para sacar una entrada. El precio a pagar fue alto, poniendo su familia y su carrera al servicio de su imagen de h¨¦roe de Am¨¦rica. Smith ya interpret¨® al ¨²ltimo hombre sobre la tierra en la adaptaci¨®n de la novela posapocal¨ªptica de Richard Matheson Soy leyenda. Hoy, cuando el sistema cinematogr¨¢fico que lo encumbr¨® emite sus estertores fatales, el ¨²ltimo mito es ¨¦l. El sistema y Smith van a caer juntos.
Esa obsesi¨®n por pasar a la posteridad le pas¨® factura en lo profesional ¨C¡°haciendo pel¨ªculas porque quer¨ªa triunfar en taquilla, no porque creyera en ellas¡±¨C y tambi¨¦n en lo personal, poniendo en serio peligro su matrimonio y enfrent¨¢ndose a sus hijos
A mediados de los noventa, ning¨²n estudio se atrev¨ªa a plantar cara al que denominaban como ¡°el rey del 4 de julio¡±, por su ¨¦xito recurrente en una fecha festiva se?alada en Estados Unidos y tradicionalmente ocupada por taquillazos. ¡°Sus pel¨ªculas sol¨ªan ser la ¨²nica gran oferta, sobre todo si se estrenaban en verano, con una programaci¨®n televisiva en recesi¨®n. Ahora, siempre hay algo m¨¢s que hacer, ver o tuitear¡±, analiza la revista Vulture en un art¨ªculo titulado Puede que no vuelva a haber una estrella tan grande como Will Smith. Esa obsesi¨®n por pasar a la posteridad le pas¨® factura en el plano profesional ¨C¡°haciendo pel¨ªculas porque quer¨ªa triunfar en taquilla, no porque creyera en ellas¡±¨C, rechazando filmes con ambiciones art¨ªsticas como Matrix; y tambi¨¦n en el personal, poniendo en serio peligro su matrimonio y enfrent¨¢ndose a sus propios hijos.
No parece arriesgado afirmar que el mejor personaje de su carrera no es otro sino ¨¦l mismo. Su imagen de h¨¦roe impoluto, apto para todos los p¨²blicos y con quien dan ganas de irse de ca?as cada vez que entra al plat¨® de El hormiguero, tuvo su eco en el plano familiar, exigiendo al resto de sus miembros cumplir con las expectativas creadas. La tambi¨¦n int¨¦rprete Jada Pinkett Smith (Maryland, 1971), su mujer desde 1997 y con la que conforma una de las parejas m¨¢s duraderas de Hollywood, confes¨® recientemente que solo ahora, 23 a?os despu¨¦s de darse el ¡®s¨ª, quiero¡¯, han conseguido poner los cimientos para mantener una relaci¨®n adulta y sincera. Su ideal de la familia perfecta llev¨® al matrimonio a una crisis tan profunda que tuvieron que ¡°destruirlo¡± para poder seguir juntos. ¡°Will me dec¨ªa, ¡®Acabamos de llegar de Oslo de presenciar la entrega del premio Nobel de la Paz [a Barack Obama] como una familia, tienes una casa con lago¡ ?no es maravilloso?¡¯. Y yo le contestaba: ¡®?No!", explica Jada Pinkett.
Otro de los grandes sacrificados en la mascarada perpetrada por el actor para mantenerse como una indiscutida figura global fue su primer hijo, Trey, al que no dud¨® en ocultar de los focos. Fruto de su primer matrimonio con Sheree Fletcher, entre 1992 y 1995, en la cl¨¢sica foto familiar de alfombra roja de los Smith no hubo espacio durante d¨¦cadas para el joven de 26 a?os, que asegur¨® que tras el divorcio se sinti¨® ¡°abandonado y traicionado¡± por su padre. Este expi¨® sus pecados el pasado mes de noviembre en un v¨ªdeo publicado en su cuenta de Instagram ¨Cdonde ya suma m¨¢s de 38 millones de seguidores¨C y Trey ya es un habitual en los diferentes viajes y apariciones p¨²blicas del clan.
Gracias a Instagram o a su hiperactivo canal de YouTube, el nominado al Oscar por Ali ha conseguido adaptarse a lo que las nuevas generaciones piden de ¨¦l. En G¨¦minis, su ¨²ltimo estreno, Will Smith da vida a un veterano asesino a sueldo que es perseguido por un clon de s¨ª mismo casi tres d¨¦cadas m¨¢s joven. La sinopsis del thriller dirigido por Ang Lee sirve tambi¨¦n como met¨¢fora del crucial momento profesional que atraviesa su protagonista, el ¨²ltimo de un sistema que ya no existe como tal y un ego perseguido por la sombra de unos ¨¦xitos de juventud que se antojan muy lejanos.
Su mujer desde 1997 y con la que conforma una de las parejas m¨¢s duraderas de Hollywood, confes¨® recientemente que solo ahora, 23 a?os despu¨¦s de darse el ¡®s¨ª, quiero¡¯, han conseguido poner los cimientos para mantener una relaci¨®n sincera
¡°Hollywood ha pasado de una econom¨ªa basada en la estrella a una econom¨ªa basada en el personaje¡±, escribe Marc Bernardin en Los Angeles Times, confirmando la sospecha de que el actor que aparece al comienzo de los cr¨¦ditos es mucho menos relevante que el nombre de su personaje o el de la franquicia. Su filmograf¨ªa reciente es un ejemplo del paradigma, cosechando ¨¦xitos solo cuando ha formado parte de proyectos como Aladdin, cuyo ¨¦xito taquillero parece responder m¨¢s a su herencia como referente cultural que al reclamo de su protagonista. La verdad duele, Belleza oculta o Focus, las ¨²ltimas intentonas de Smith de repetir ¨¦xitos globales de anta?o, se saldaron como fracasos rotundos y hasta un producto de acci¨®n con reparto estelar como Escuadr¨®n suicida tuvo un rendimiento por debajo de las expectativas.
Sus dos hijos con Jada Pinkett tampoco han escapado a la obcecaci¨®n del artista por el triunfo medi¨¢tico, siendo el responsable directo de su entrada en la industria cinematogr¨¢fica y musical cuando todav¨ªa no hab¨ªan terminado el colegio. Jaden Smith (California, 1998) debut¨® junto a su padre en En busca de la felicidad, y Willow Smith (California, 2000) entr¨®, con apenas 10 a?os, en todas las listas de ¨¦xitos con Whip my hair.
Tr¨¢iler de 'G¨¦minis' (2019).
Al celebrado single le siguieron una gira de conciertos y un contrato r¨¦cord con la discogr¨¢fica de Jay-Z, Roc Nation, pero Willow prefer¨ªa continuar con su vida normal y aparcar una carrera que no hab¨ªa pedido. ¡°Est¨¢bamos en la cima del mundo¡±, recuerda su padre, que se opuso a la decisi¨®n de su hija y la oblig¨® a respetar el acuerdo contractual, provocando que esta se afeitase la cabeza en se?al de protesta. ¡°Ah¨ª me di cuenta de lo que Jada me hab¨ªa intentado decir durante tanto tiempo: me estaba escondiendo detr¨¢s de mi ego y de mis sue?os¡ y lo disfrazaba de amor¡±, declar¨® en una conversaci¨®n junto a su pareja en el programa que esta presenta en Facebook, Red Table Talk.
La relaci¨®n de Will Smith con su propio padre ha tenido un efecto crucial en su constante b¨²squeda de la felicidad ¨Cno es casual su inversi¨®n sentimental en el drama hom¨®nimo¨C, aunque esta fuera simulada. ¡°Crec¨ª en una casa en la que ten¨ªa miedo, y en la que vi c¨®mo mi padre le pegaba a mi madre. Quer¨ªa crear algo completamente opuesto a eso¡±, a?adi¨® el actor. Willard, un ingeniero especializado en sistemas de refrigeraci¨®n, falleci¨® en 2016 despu¨¦s de que le diagnosticaran un c¨¢ncer terminal con una esperanza de vida de meses. Seg¨²n cont¨® el artista en el programa de Ellen DeGeneres, padre e hijo pudieron reconectar y perdonarse antes de que este muriera.
Con 10 a?os y despu¨¦s de un ¨¦xito musical, su hija Willow se neg¨® a seguir una carrera estresante. Will Smith le oblig¨® a respetar el acuerdo contractual, provocando que esta se afeitase la cabeza en se?al de protesta
Como defiende Ben Mendelshon en la edici¨®n estadounidense de Forbes, el futuro a corto plazo ser¨¢ decisivo para saber si ¡°Smith contin¨²a siendo una estrella de cine¡±. En los pr¨®ximos meses lo veremos dar voz a un personaje de animaci¨®n en Esp¨ªas con disfraz, recuperar uno de sus roles incunables en la tercera entrega de Dos polic¨ªas rebeldes e intentar entrar en la carrera por el Oscar interpretando al severo padre de las hermanas Williams en la adaptaci¨®n de la historia de las ic¨®nicas tenistas. Lo tiene dif¨ªcil. La competencia audiovisual ha crecido de manera exponencial y pocas pel¨ªculas alientan al espectador a levantarse del sof¨¢ y pagar por una entrada que le costar¨¢ lo mismo que su suscripci¨®n mensual a cualquier plataforma digital. El curso cinematogr¨¢fico es el reflejo del horizonte pesimista, marcando en el mes de abril los peores datos en la taquilla estadounidense desde 2013.
De certificarse la defunci¨®n del Hollywood estelar, varios medios ya apuntan al potencial refugio de sus int¨¦rpretes: las plataformas de streaming como Netflix, HBO... La f¨®rmula es infalible: millones de espectadores asegurados, grandes sueldos y exentos de someterse al juicio del cr¨ªtico de turno o de los avatares de la cartelera. ¡°Se ha convertido en una casa mucho m¨¢s segura para las estrellas. Mientras que los espectadores deciden ignorarlos en la gran pantalla, s¨ª eligen verlos en el streaming en su hogar¡±, apunta el periodista Benjamin Lee.
Estrellas como Chris Evans, Sandra Bullock, Ryan Reynolds, Robert de Niro, Meryl Streep, Ben Affleck o Anne Hathaway ya han apostado, o apostar¨¢n, por estrenar sus pr¨®ximos proyectos en este tipo de plataformas siguiendo el camino inaugurado por Adam Sandler. Tambi¨¦n Will Smith, con la segunda parte del filme policiaco y de fantas¨ªa Bright. La iron¨ªa del nuevo modelo es, como sostiene The Guardian, que empresas como Netflix ¡°hayan tenido que mirar hacia atr¨¢s [a los t¨®tems del anticuado sistema de estudios] para poder avanzar hacia delante¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.