Sin arreglo
La memoria no tiene que ver con el pasado. Es un asunto del presente que se proyecta hacia el futuro
Siempre he pensado que Espa?a ten¨ªa arreglo. Ya no estoy tan segura. La controversia sobre la exhumaci¨®n del dictador prueba que las anomal¨ªas de nuestra democracia gozan de mejor salud que la instituci¨®n en s¨ª. En un pa¨ªs normal, todos los partidos del arco parlamentario, m¨¢s all¨¢ de la autoexclusi¨®n de la extrema derecha, habr¨ªan celebrado la noticia. Los rivales del Gobierno habr¨ªan dejado los matices para otros asuntos, pero aqu¨ª ni siquiera se han discutido los matices. Una exhumaci¨®n que llega con 40 a?os de retraso ha cosechado una oposici¨®n frontal en la izquierda y en la derecha. La hostilidad de la izquierda me parece lamentable, porque no se trata de que sus cr¨ªticas tengan sentido o no, sino de que, en esta situaci¨®n, no deber¨ªan producirse. La denuncia de la presunta ventaja electoral que pueda extraer el PSOE de una iniciativa que ¡ªlas cosas como son¡ª ning¨²n Gobierno ha tomado antes que este deber¨ªa relegarse a favor del inter¨¦s general y, sobre todo, de la deuda ¨¦tica que el Estado espa?ol contrajo con las v¨ªctimas del franquismo desde el establecimiento de una democracia que no rompi¨® tajantemente los v¨ªnculos con la dictadura, ni reconoci¨® el capital moral y pol¨ªtico de los resistentes antifranquistas. Mientras tanto, quienes se atreven a llamarse a s¨ª mismos los dem¨®cratas, los constitucionalistas, hacen chistes con la exhumaci¨®n de Franco y se preguntan si los templos arder¨¢n como en 1936. As¨ª, aunque quiz¨¢s ni siquiera se dan cuenta, justifican un golpe de Estado cuyo fracaso propici¨® una Guerra Civil y cuatro d¨¦cadas de dictadura. La memoria no tiene que ver con el pasado. La memoria es un asunto del presente que se proyecta hacia el futuro. Por eso creo que Espa?a no tiene arreglo.
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