Si hay un muerto, ?a qui¨¦n pedimos cuentas?

Si hay un muerto, ?a qui¨¦n pedimos cuentas? Ambas proposiciones, la hip¨®tesis de que se produzcan v¨ªctimas mortales y el interrogante sobre sus eventuales responsables, constituyen sendos t¨®tems prohibidos que acompa?an al movimiento indepe y la letan¨ªa de su pacifismo: que lo es al 99,99% de sus seguidores. Pero no al 100%.

Acabemos con el t¨®tem que nos alivia y miremos la realidad de frente. De tanto llevar el c¨¢ntaro a la fuente, arriesga a romperse. Tantos a?os de manifas (casi siempre beat¨ªficas, pero no siempre) son un desaf¨ªo al azar, incluso a la estad¨ªstica. Otras movidas tambi¨¦n no violentas, como la de los brexiteros, han causado muertes: as¨ª, el asesinato de la diputada laborista-europe¨ªsta Jo Cox, (16-6-2016).

El causante inmediato ser¨¢ un asesino solitario, como entonces, o un uniformado (de cualquier cuerpo) que yerre o se desmande (o la asfixia en un apretuj¨®n de masas o una ca¨ªda fortuita contra el borde de una acera). Pero tambi¨¦n habr¨¢ que pedir cuentas a los padrinos mediatos. ?Qui¨¦nes? Nos lo explica Nick Cohen, en The Guardian del 26-9, bien resaltado por Daniel Gasc¨®n: ¡°Para que la violencia llegue desde lo marginal al centro se tienen que cumplir dos condiciones: se deben socavar los tab¨²es contra la violencia y las fuerzas del orden se deben debilitar¡±. La violencia pol¨ªtica ¡°necesita autorizaci¨®n desde arriba. Dirigentes, intelectuales y l¨ªderes religiosos llaman a las armas o m¨¢s frecuentemente encuentran razones para entender y exculpar¡±, concreta.

Entienden y exculpan quienes convocan a las masas a la desobediencia para plasmar una ¡°confrontaci¨®n¡± (seud¨®nimo de enfrentamiento) con el Estado. Como Quim Torra.

No solo entiende, sino que llama a la violencia quien escribe: ¡°Sin una determinada acci¨®n violenta, jam¨¢s Catalu?a alcanzar¨¢ su liberaci¨®n (...) las acciones de masas realizadas hasta hoy, siendo necesarias y mod¨¦licas, se han demostrado poco ¨²tiles (...) han llegado los tiempos de la nueva violencia¡±. Estas frases se espigan de un repugnante art¨ªculo en El Punt Avui, 22-9. Lo firma un exsenador socialista converso al nacionalismo, afecto a la estupidez de que Catalu?a es una colonia, creador por cuenta de Jordi Pujol de un sectario museo oficial de la historia catalana y mayordomo del truculento simposio de historia-basura Espanya contra Catalunya. Se llama Jaume Sobrequ¨¦s.