Gu¨ªa de ultratumba
En el m¨¢s all¨¢ no debe haber soledad, piensa el celebrado autor de c¨®mics que firma esta misiva. Y el fantasma tiene que estar libre de sufrimiento y remordimientos.
TODOS LOS D?AS pienso en el m¨¢s all¨¢. No estoy seguro de por qu¨¦. Ni siquiera estoy del todo seguro de creer en ¨¦l. Quiero decir que ninguna de las ideas tradicionales acerca de la vida despu¨¦s de la muerte me parece demasiado cre¨ªble o, por lo menos, demasiado deseable. Aun as¨ª¡
Hace unos a?os, mi mujer y yo est¨¢bamos comiendo en un restaurante de las afueras. El local era grande y estaba vac¨ªo. Desde donde yo me encontraba pod¨ªa ver por la ventana un rinc¨®n desolado del aparcamiento. Algo en ese lugar solitario y vulgar me conmovi¨®. Sent¨ª que pod¨ªa quedarme all¨ª, ajeno al paso del tiempo. Era el rinc¨®n perfecto para un fantasma, y pens¨¦ que me gustar¨ªa ser ese fantasma.
Como es natural, al cabo de un momento me sacud¨ª esa sensaci¨®n, pregunt¨¢ndome cu¨¢nto tiempo podr¨ªa disfrutar de estar all¨ª sin hacer nada. Desde luego, no toda la eternidad. Ese es el problema de la vida eterna. Que ser¨ªa aburrida y, algo peor, terriblemente solitaria.
Supongo que, en ese caso, la soluci¨®n ser¨ªa tener alguna compa?¨ªa fantasmal. Eso nunca acaba de convencerme del todo. ?De verdad podemos imaginar el m¨¢s all¨¢ como una mera extensi¨®n de esta vida? ?Como una eternidad pasando el rato con los amigos y la familia? ?Con la familia por toda la eternidad!
No, la ¨²nica soluci¨®n para la soledad de la vida de ultratumba es eliminar de la ecuaci¨®n la soledad. El fantasma tiene que estar perfectamente satisfecho, libre de sufrimiento y, lo que es m¨¢s importante, de remordimientos. Este punto es crucial, ya que el otro elemento esencial de la vida despu¨¦s de la muerte es, naturalmente, la revisi¨®n de la vida en la tierra. En mi opini¨®n, este es el ¨²nico sentido que tiene seguir aqu¨ª.
Para esta tarea har¨ªa falta una memoria perfecta y suprimir los remordimientos. Imag¨ªnense¡ Intentar entender qu¨¦ significado o qu¨¦ consecuencias tuvieron todas y cada una de las acciones de su vida. Podr¨ªa haber mucho de lo que arrepentirse.
No me malinterpreten. No me imagino un mundo espectral fr¨ªo y sin emociones. Estas tambi¨¦n ser¨ªan necesarias, en especial la empat¨ªa. Tambi¨¦n har¨ªan falta la raz¨®n y el criterio propio, pero la diferencia la marcan las emociones. Uno querr¨ªa sentir los acontecimientos. Quiz¨¢, y estoy expresando una vana ilusi¨®n, se podr¨ªa retroceder y volver a experimentar v¨ªvidamente los sucesos mismos, no con la vaguedad con que los recordamos en nuestro d¨ªa a d¨ªa, sino rememor¨¢ndolos y entendi¨¦ndolos a la perfecci¨®n.
Una vana ilusi¨®n, sin duda.
Sin embargo, supongo que con esto es con lo que fantaseo realmente. No con una vida despu¨¦s de la muerte, sino con otra forma de memoria diferente. No la memoria borrosa que sondeo a diario en mi mesa de dibujo, sino una que en verdad pudiese mirar atr¨¢s y ofrecerme una comprensi¨®n m¨¢s profunda de esta vida y del sentido de todo esto.
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