El Supremo dict¨® sentencia

La madre de todas las sentencias ha visto la luz. Folios, dicen, para la historia. Un antes y un despu¨¦s. En las 493 p¨¢ginas se desgranan antecedentes, hechos probados, fundamentos y, finalmente, el pronunciamiento decisivo, imperativo, el fallo. El alto tribunal ha fallado; el imperio de la ley, al que todos estamos sometidos, no admite discusi¨®n en un Estado democr¨¢tico y de derecho. Espa?a lo es. Ahora llega la hora de la Pol¨ªtica ¡ªcon may¨²sculas¡ª. ?Puede una clase pol¨ªtica min¨²scula acometer tan ingente tarea?

F. Javier Santos

Porto do Son (A Coru?a)

Es totalmente l¨ªcita la libertad de pensamiento e ideolog¨ªa dentro de la democracia y el respeto a la pluralidad. Los responsables pol¨ªticos deben cumplir y hacer cumplir la ley. No se puede utilizar el ¡°mandato democr¨¢tico¡± ni la ¡°libertad de expresi¨®n¡±, como eufemismo para saltarse las reglas del juego democr¨¢tico y la ley. Nadie est¨¢ por encima de ella. El fallo judicial emitido por el Supremo no contentar¨¢ a nadie, para algunos ser¨¢ poco, para otros demasiado e incluso deficiente. Pero el verdadero fallo es pol¨ªtico. Fall¨® la pol¨ªtica y los pol¨ªticos, y fallaron a los ciudadanos. Ninguno ha estado a la altura de las circunstancias. Todos deben asumir sus responsabilidades y ahora toca pasar p¨¢gina de un guion que han escrito a dos manos y nunca se tuvo que materializar. ?Estar¨¢n ahora a la altura? Esperemos.

Agust¨ªn Garc¨ªa

M¨¢laga

No conozco ning¨²n empresario que deje impune el intento de un representante suyo de apropiarse de una parte del patrimonio de la empresa e independizarse a la brava.

Antonio Petschen Zapirain

Barcelona

Cuando toman posesi¨®n de sus cargos, los nuevos ministros se comprometen a guardar el secreto de lo tratado en los Consejos de Ministros. Pero ese no es el ¨²nico lugar donde se tratan asuntos muy sensibles que deben ser tratados con confidencialidad real y formal. Por ello me ha sorprendido que haya habido filtraciones de las deliberaciones de los magistrados del Supremo, especialmente en un asunto tan sensible. Da muy mala imagen de nuestra seriedad como pa¨ªs y en este caso al Tribunal Supremo le deja en posici¨®n de debilidad por su aparente descuido en la custodia de asuntos que deben ser confidenciales.

Eliseo Pascual G¨®mez

Alicante