Los humanos, ?daremos la talla ante el desastre clim¨¢tico?
El documental ¡®The Human Element¡¯ insufla esperanza en el futuro a trav¨¦s de una fotograf¨ªa excepcional
Me digo que los madrile?os tienen mucha suerte porque pueden abonarse en oto?o al Another Way Film Festival, y eso desde hace ya unos cuantos a?itos. Y digo ¡°suerte¡± porque el programa ofrece cada a?o largometrajes que ayudan al espectador a comprender lo que est¨¢ pasando a escala planetaria y, adem¨¢s, inspiran a la hora de tomar medidas para vivir de otra manera. Es el caso de The Human Element, un documental que retrata ¡ªgracias al arte y a la ciencia¡ª los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos que est¨¢n transformando la vida en la Tierra.
James Balog, un prestigioso fot¨®grafo norteamericano especializado en medio ambiente, lleva 40 a?os recorriendo el planeta y filmando volcanes, glaciares, inundaciones, incendios y dem¨¢s para, como ¨¦l mismo dice, ¡°aportar pruebas del conflicto que existe entre las personas y la naturaleza¡±. Ya en el 2007 lanz¨® el proyecto Extreme Ice Survey para documentar el deshielo de los glaciares. Y a fe m¨ªa que lo consigui¨®. Plant¨® c¨¢maras en la c¨²spide de varios glaciares y el resultado de tanta filmaci¨®n se ha convertido en la mayor investigaci¨®n fotogr¨¢fica sobre el deshielo jam¨¢s realizada hasta la fecha.
El documental busca convencer al espectador medio norteamericano de la realidad del cambio clim¨¢tico
El periplo de Balog, de las monta?as a las costas, de los incendios a las inundaciones, y las fotos que va tomando son el hilo conductor de un documental agridulce. Agrio porque nos muestra en primer plano el dolor de personas en situaciones de vida desesperadas. Y dulce al mismo tiempo porque las fotograf¨ªas son de una belleza extrema, incluso cuando, por ejemplo, una madre y su hija posan para el fot¨®grafo en su casa completamente destrozada y con el agua casi hasta la cintura. Balog, est¨¢ claro, tiene mucho oficio a sus espaldas.
The Human Element debe leerse, a mi modo de ver, en clave norteamericana. El cambio clim¨¢tico es una evidencia. Y a las pruebas de Balog me remito. Y es tambi¨¦n un problema real para el americano medio y no s¨®lo para pueblos remotos en escenarios ex¨®ticos, como puede ser el caso de Indonesia, cuyo gobierno estudia trasladar la capital, Yakarta, de la isla de Java por varios motivos, entre lo cuales el hecho de que Java est¨¢ despareciendo por la crecida del nivel del mar. Tambi¨¦n est¨¢ desapareciendo, y me he enterado gracias al documental?Tangier, La Isla que se Desvanece, una peque?a comunidad de pescadores en el estado de Virginia. Los habitantes saben que sus nietos no podr¨¢n jugar en el jard¨ªn de sus casas porque ya no quedar¨¢ en pie ni casa ni jard¨ªn. Todo va a ser engullido por el oc¨¦ano.
El documental busca, por lo tanto, convencer al espectador medio norteamericano de la realidad del cambio clim¨¢tico y del hecho de que la amenaza le est¨¢ llamando tambi¨¦n a su puerta. Lo sufren ya personas con rostros familiares, con nombres y apellidos que podr¨ªan ser sus vecinos o miembros de sus familias. The Human Element utiliza el soporte visual de las grabaciones y de las fotograf¨ªas de Balog para sustentar su tesis as¨ª como las aportaciones cient¨ªficas de varios investigadores que van desfilando delante de la c¨¢mara durante la hora y media que dura la pel¨ªcula. Ciencia y arte caminan de la mano.
Y para Balog el hombre y la naturaleza deber¨ªan tambi¨¦n darse la mano. Tanto desarreglo entre la naturaleza ¨C la tierra, el aire, el fuego y el agua- por un lado, y el hombre por el otro, tiene una posible v¨ªa de salida. Balog parte de la base de que los humanos forman parte del sistema de la naturaleza, que son el quinto elemento. Y a diferencia de los otros cuatro, el hombre puede intervenir para reequilibrar los desequilibrios. En su mano, pues, es decir, en las nuestras, la soluci¨®n. ?Daremos la talla ante la que se avecina?
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