S¨ªrvase

La sentencia por antonomasia (signifique lo que signifique antonomasia) del Supremo es buena, mala y regular, a gusto del consumidor. Buena, por ponderada. Mala, por insuficiente. Regular, por tibia. Es dura y blanda de forma simult¨¢nea porque las condenas son altas y bajas a la vez, pero tambi¨¦n, si usted lo prefiere, de mediana estatura. Cualquiera de estos veredictos cuenta con el respaldo de expertos de nivel en la materia. Esta es una de las virtudes de la sociedad de consumo: que puede usted elegir entre 100 quesos diferentes, 200 marcas distintas de fideos y opiniones incompatibles entre s¨ª, aunque todas ellas con denominaci¨®n de origen. Escoja, pues, la idea que m¨¢s le satisfaga en la seguridad de que todas ellas gozan de la misma aceptaci¨®n intelectual. No perderemos el tiempo citando nombres de catedr¨¢ticos porque est¨¢n al alcance de cualquiera.

El cliente siempre tiene la raz¨®n, de modo que si el cliente solicita que la sentencia est¨¦ mal fundamentada, se le entrega la sentencia mal fundamentada envuelta en la argumentaci¨®n de un magistrado del Supremo. Si exige que est¨¦ bien fundamentada, se le entrega bien fundamentada con una garant¨ªa firmada por otro miembro de la misma instancia, em¨¦rito o dem¨¦rito, eso va en gustos personales. Y as¨ª de forma sucesiva. Si usted es de esos consumidores a los que la oferta excesiva les confunde, d¨¦jese aconsejar por un vendedor cuyas ideas le resulten afines. Pongamos que es usted de izquierdas: solicite que le atienda un comercial del PSOE o de Podemos, seg¨²n su grado de izquierdismo, o de Esquerra, si adem¨¢s de rojo es independentista. No hay opci¨®n que no est¨¦ contemplada y exhibida en los expositores de nuestros establecimientos. S¨ªrvase usted mismo.