Arquitecto a la islandesa

Los habitantes del entorno del lago Urri?avatn notaron que ciertos puntos en la superficie del lago no se congelaban durante el invierno. ¡°El nombre island¨¦s de estas aperturas en el hielo es v?k¡±, explica Marcos Zotes. Fue ese nombre el que los arquitectos pusieron a las termas flotantes que dise?aron. Este espa?ol asentado en Reikiavik (Islandia) cuenta que antes de que se descubriera la fuente de agua geot¨¦rmica subacu¨¢tica que causaba los agujeros, se pensaba que hab¨ªa un monstruo en el fondo del lago que romp¨ªa el hielo al sacar la cabeza para respirar. Las aperturas en el hielo fueron su inspiraci¨®n para dar forma al edificio y a las termas flotantes de los ba?os V?k, en el extremo oriental de la isla.

All¨ª en Egilsta?ir, junto al lago Urri?avatn, los ba?os V?k emplean el agua caliente geot¨¦rmica subacu¨¢tica para los ba?os y para crear una experiencia respetuosa con el lugar. El ¨¦nfasis en desarrollar el car¨¢cter especial del lugar est¨¢ presente en todos los proyectos del estudio Basalt que Zotes codirige desde hace m¨¢s de un lustro.

?l mismo explica su historia. Nacido en Madrid hace 42 a?os, creci¨® y vivi¨® en Alcorc¨®n hasta que, con 24 a?os, conoci¨® a la que se convertir¨ªa en su esposa Ger?ur Sveinsd¨®ttir. Hoy vive en Reikiavik con ella ¡ªdedicada a los recursos humanos¡ª y sus tres hijos. 18 a?os despu¨¦s de emigrar hace balance.

Comenz¨® en la capital islandesa como asistente de arquitecto durante tres a?os, el tiempo suficiente para saber que deb¨ªa continuar form¨¢ndose. Lo hizo en Londres, estudi¨® arquitectura en la London Metropolitan University. Cuatro a?os m¨¢s tarde, cuando se licenci¨®, pidi¨® trabajo a Rem Koolhaas en su estudio Office for Metropolitan Architecture. Y se traslad¨® a vivir a Rotterdam. Hasta que en 2010, una beca de La Caixa le permiti¨® seguir ampliando estudios. Estamos hablando ya de una d¨¦cada de formaci¨®n acad¨¦mica, en el caso de Zotes, mezclada con trabajo profesional que le ha permitido estudiar desde otro punto de vista. Y ganarse una vida: ser casi un eterno estudiante sin vivir como un eterno estudiante.

La beca le sirvi¨® para hacer un postgrado en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Tras dos a?os, regres¨® a Islandia. Corr¨ªa 2012 cuando se incorpor¨® a la plantilla de Basalt Architects, un despacho joven de la capital islandesa, que hab¨ªa fundado en 2009 la arquitecta Sigr¨ª?ur Sig?¨®rsd¨®ttir. Dos a?os despu¨¦s, ya era socio. Hoy codirige esa oficina de 16 empleados junto a la propia Sig?¨®rsd¨®ttir y Hr¨®lfur Karl Cela. Le queda tiempo libre. Cuenta que hace surf.

En Basalt Architects hacen de todo: proyectos termales y tur¨ªsticos, hoteles, viviendas, hospitales, colegios, planificaci¨®n urbana, museos e incluso montajes expositivos. Sean como sean estos proyectos siempre tienen en cuenta la geograf¨ªa, no solo la ubicaci¨®n y la topograf¨ªa, tambi¨¦n la tradici¨®n de camuflarse en el lugar para afectarlo m¨ªnimamente. ¡°Una de las reglas de trabajo m¨¢s importantes de la oficina es no tener una visi¨®n predeterminada cuando se inicia un proyecto¡±, explica Zotes. Eso demuestra que la tradici¨®n islandesa est¨¢ m¨¢s basada en una idea: el respeto por el entorno, que en una forma. Por eso cuenta que han podido reinventar la tradicional cultura termal islandesa poniendo a las personas en contacto con la naturaleza a trav¨¦s de intervenciones arquitect¨®nicas en el paisaje volc¨¢nico. En 2018 recibieron el Icelandic Design Prize y han sido nominados en varias ocasiones al premio Mies van der Rohe.

La arquitectura del edificio Termal de V?k est¨¢ semienterrada, ¡°sumergida en el terreno¡±, apunta Zotes, para conseguir su integraci¨®n en el paisaje y minimizar el impacto visual. Tanto la madera usada en el inmueble como el agregado para el hormig¨®n son de origen local. Y lo mismo ocurre con el proyecto Blue Lagoon, un gran balneario en Grindav?k, tambi¨¦n subterr¨¢neo, en el extremo sudoccidental de la isla, donde ¡°la impredecible geolog¨ªa del terreno de lava hizo que el proceso de construcci¨®n se convirtiera en un proceso de improvisaci¨®n¡±.

Pero no todo es subterr¨¢neo. O sumergido: tambi¨¦n el balneario GeoSea se adapta al paisaje. En H¨²sav¨ªk, un pueblo pesquero en el norte de Islandia, el protagonista es un rocoso acantilado de 40 metros de altura con vistas sobre la bah¨ªa de Skj¨¢lfandi.

Y muy cerca de Reikiavik, en Akranes, Gu?laug tiene en cuenta la tradicional forma de terma circular y, como si fuera una roca, se adapta a su ubicaci¨®n en la playa Langisandur, como una piscina natural.