Inventar la rueda de la pol¨ªtica exterior espa?ola
La pol¨ªtica exterior espa?ola no puede ser pendular, mucho menos alejarse de Europa, ni tampoco ser pasiva en la UE. Hay al menos tres asuntos que, sin exageraci¨®n, son existenciales, en los que se juega su futuro
Como un espejo, el programa electoral de un partido refleja una idea de pa¨ªs y una imagen de los ciudadanos. M¨¢s importante es lo que proyecta para ma?ana, cuando el pa¨ªs salga de la condici¨®n de isla en la que transcurren las campa?as. Los espa?oles ver¨¢n entonces que no est¨¢n solos ni aislados, aunque Espa?a permanezca varada en la orilla de Europa. No hacen falta met¨¢foras para decir que entre los mayores damnificados por el estancamiento pol¨ªtico est¨¢ la pol¨ªtica exterior, ausente en los programas y en los m¨ªtines que se suceden desde hace cuatro a?os.
Vapuleada primero por la crisis financiera y luego por la catalana, la pol¨ªtica exterior espa?ola acumula una d¨¦cada de frustraci¨®n mientras que el mundo vive cambios econ¨®micos, sociales y tecnol¨®gicos radicalmente transformadores. El impacto de la crisis econ¨®mica y la territorial ha sido asolador para una pol¨ªtica de Estado hist¨®ricamente mal dotada de recursos econ¨®micos y humanos, y que no cont¨® con algo parecido a una estrategia hasta 2015.
En su elocuente audiencia ante el Parlamento Europeo, Josep Borrell record¨® que ¡°la geopol¨ªtica empieza en casa¡± y que es necesario ¡°recuperar iniciativa y acci¨®n¡±. Las palabras del Alto Representante y vicepresidente de la Comisi¨®n Europea iban dirigidas al conjunto de los pa¨ªses miembros, pero ning¨²n espa?ol dej¨® de traducirlas a clave nacional, ya que pon¨ªan sobre la mesa los desaf¨ªos y las contradicciones, pero tambi¨¦n el potencial, de una acci¨®n exterior que tenga como eje la UE.
Respecto a la Uni¨®n Europea, Pedro S¨¢nchez no ha dudado en pensar en grande y actuar en consecuencia
La comprensi¨®n de lo que est¨¢ pasando en el mundo y de la pol¨ªtica exterior como v¨ªa ineludible para solucionar los grandes problemas nacionales llevaron a Pedro S¨¢nchez a apostar por una Espa?a presente en todos los foros y debates globales. En un tiempo de oportunidades fugaces para ser escuchado y tener influencia, se trataba de una apuesta personal y de una necesidad para el pa¨ªs. Ha sido en el ¨¢mbito exterior donde el cambio de Gobierno en 2018 fue m¨¢s notable, hasta el punto de sorprendernos por una credibilidad que se tem¨ªa erosionada y las ¡°ganas de Espa?a¡± en muchos pa¨ªses.
Empezando por la UE, S¨¢nchez no ha dudado en pensar en grande y actuar en consecuencia. ¡°Nuestra actuaci¨®n en el interior y en la escena internacional se refuerzan mutuamente¡±, escrib¨ªa el presidente del Gobierno en funciones sobre pol¨ªtica exterior. Esta visi¨®n ha asumido como propias las grandes agendas globales: la clim¨¢tica, la digital y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En los 10 primeros meses de gobierno, S¨¢nchez viaj¨® intensamente y se reuni¨® con los principales l¨ªderes mundiales, con una prioridad absoluta en Europa. Los resultados no se miden tanto por el relativo ¨¦xito en la negociaci¨®n de los altos puestos en la UE como por haber recuperado la iniciativa y la acci¨®n que reclamaba Borrell, y que caracterizaron la presencia de Espa?a en Bruselas durante la primera d¨¦cada como pa¨ªs miembro.
La voluntad no basta, sin embargo, para dirigir la pol¨ªtica exterior ni para influir en un contexto internacional ca¨®tico y crecientemente competitivo. El caso paradigm¨¢tico es Emmanuel Macron, contrariado por unos y otros en su b¨²squeda de liderazgo europeo y mundial. El presidente franc¨¦s no solo tiene voluntad y carisma, tambi¨¦n cuenta con una pol¨ªtica exterior estable entre Gobiernos y con instrumentos de poder, como un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el mayor ej¨¦rcito de la UE y el arma nuclear. Para Espa?a (potencia media con alcance global), la voluntad pol¨ªtica es un concepto a¨²n m¨¢s vac¨ªo si no va acompa?ada de persistencia, habilidad negociadora, capacidad para crear coaliciones y generar ideas, as¨ª como de un horizonte temporal suficiente para comprometer los recursos del pa¨ªs. Todo ello est¨¢ en el aire con la par¨¢lisis pol¨ªtica.
El problema es la falta de?reflexi¨®n sobre el lugar que Espa?a puede ocupar en un mundo en transformaci¨®n
Una econom¨ªa a favor, una estabilidad pol¨ªtica hoy envidiable y una voluntad inquebrantable tampoco sirvieron a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ni a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para sacar adelante los proyectos de pol¨ªtica exterior m¨¢s audaces de Espa?a desde la entrada en la Comunidad Europea, en 1986. El atlantismo de Aznar y el alejamiento de sus socios europeos a partir de 2000 choc¨® con dos realidades: una poblaci¨®n decididamente europe¨ªsta ¡ªque no ha dejado de serlo ni siquiera durante la crisis del euro¡ª y el factor medular de la UE en la proyecci¨®n global de la pol¨ªtica exterior espa?ola. Visto hoy, el veto de Aznar al proyecto de Constituci¨®n Europea y el privilegio a las relaciones con Londres y Washington resultan una extravagancia, pero en su momento respond¨ªan a una l¨®gica de diferenciaci¨®n de Espa?a dentro de la UE y de asertividad internacional.
Rodr¨ªguez Zapatero quiso corregir este rumbo. Para ello, fue de los primeros l¨ªderes europeos en convocar el refer¨¦ndum de la Constituci¨®n Europea (apoyado en 2005 por el 77% de los espa?oles), lanz¨® la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones y puso en marcha una ambiciosa pol¨ªtica de cooperaci¨®n dotada econ¨®micamente como nunca antes. Los vientos en Europa, sin embargo, se volvieron desfavorables. Francia y Holanda rechazaron el proyecto de Constituci¨®n Europea, la democristiana Angela Merkel relev¨® al socialdem¨®crata Gerhard Schr?der en el Gobierno de Alemania y, en 2008, la econom¨ªa empez¨® a dar las se?ales de la crisis financiera que golpe¨® a Espa?a en 2010. Desde entonces, ya con el Gobierno de Mariano Rajoy, la pol¨ªtica exterior espa?ola ha ido en piloto autom¨¢tico, con un recorte presupuestario en 2012 del 54,4% que apenas se ha recuperado.
Lo sucedido en el periodo Aznar-Zapatero-Rajoy mostr¨® que la pol¨ªtica exterior espa?ola no puede ser pendular, mucho menos alejarse de Europa, ni tampoco ser pasiva en la UE. La ejemplar negociaci¨®n de Espa?a con el Reino Unido por el Brexit, que empez¨® Rajoy y continu¨® S¨¢nchez, demuestra el poder de una acci¨®n consistente y la posibilidad de integrar intereses nacionales y europeos. Los partidos y los ciudadanos han comprobado, adem¨¢s, que a Espa?a le va mal cuando a Europa le va mal. Y tambi¨¦n les va mal cuando el multilateralismo es d¨¦bil. El esquema multilateral permite a un pa¨ªs como Espa?a ¡ªoccidental, pero que comparte algunos de los problemas del sur global¡ª amplificar los activos internacionales derivados de su econom¨ªa, de la lengua, la historia, la geograf¨ªa y, sobre todo ello, de su pertenencia a la UE.
Ning¨²n partido o dirigente inventar¨¢ la rueda de la pol¨ªtica exterior espa?ola. Nuestro poder est¨¢ en ser ¨²tiles a Europa y al multilateralismo. El problema de fondo es la desorientaci¨®n y la falta de reflexi¨®n sobre el lugar que Espa?a puede ocupar en un mundo en radical transformaci¨®n. ?Qu¨¦ recursos se necesitan? ?Qu¨¦ nuevas herramientas deben incorporarse? El Ministerio de Asuntos Exteriores, Uni¨®n Europea y Cooperaci¨®n ha trabajado en el ¨²ltimo a?o en la nueva Estrategia de Acci¨®n Exterior. La rapidez de los cambios internacionales y la situaci¨®n interna del pa¨ªs podr¨ªan hacer que, como sucedi¨® con la Estrategia de 2015, la de 2019 nazca ya envejecida. Mientras tanto, la UE se prepara para el Brexit, negocia el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 y, a partir de 2020, dise?ar¨¢ el green new deal europeo y abrir¨¢ el debate sobre el Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia. No es exageraci¨®n decir que todos ellos son asuntos existenciales para Espa?a, en los que se juega un futuro que es presente.
?urea Molt¨® es subdirectora de Pol¨ªtica Exterior y directora de politicaexterior.com
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