Gobierno y gobernabilidad

El problema de Espa?a no es de gobierno, sino de gobernabilidad. Dicho de otro modo, los partidos insisten m¨¢s en desbloquear una investidura que en trenzar mayor¨ªas parlamentarias estables. Quiz¨¢ el s¨ªntoma m¨¢s evidente de esto sea que los analistas han dado por bueno que no tendremos terceras elecciones (y eso que en 2016 casi se producen). Todos consideran que, si el PSOE queda primero en esca?os, habr¨¢ una o varias abstenciones que le permitir¨¢n gobernar. Si el PP quedara primero, no lo sabemos.

En cualquier caso, aun dando esta suposici¨®n por buena ?Y luego qu¨¦? ?C¨®mo se llega a la siguiente meta volante? Cualquier Gobierno sin apoyos parlamentarios cercanos a la mayor¨ªa absoluta est¨¢ destinado a arrancar gripado. No puede aprobar leyes org¨¢nicas ni sacar adelante unos presupuestos. El uso del decreto ley est¨¢ m¨¢s que forzado por sus costuras constitucionales y no se puede gobernar a Parlamento cerrado. Incluso aunque la aritm¨¦tica impida hacer una moci¨®n de censura al nuevo Ejecutivo (como ocurr¨ªa el 28-A), ser la minor¨ªa mayoritaria no vale para reformar el pa¨ªs.

Por tanto, conviene recordar que el bipartidismo espa?ol ten¨ªa tambi¨¦n la etiqueta de ¡°imperfecto¡±, algo que ven¨ªa de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, los cuales sol¨ªan completar las mayor¨ªas en el Congreso. La Espa?a de hoy es una obra m¨¢s compartida de lo que se dice. Ahora bien, esa f¨®rmula se agota con la fragmentaci¨®n pol¨ªtica y la polarizaci¨®n territorial y social.

Para gobernar hoy, el PP necesita meter en su ecuaci¨®n a VOX y Ciudadanos, lo cual expulsa los apoyos de casi todo el nacionalismo (quiz¨¢ con la excepci¨®n canaria). Si entre los tres partidos no alcanzan los 172-174 esca?os, no pueden sumar. El PSOE y Podemos, que discrepan en el tipo de Gobierno a formar, no comparten el poder. Adem¨¢s, el primero se niega a depender activa o pasivamente de ERC o JxC y la llegada de M¨¢s Pa¨ªs tampoco parece permitirles prescindir de ellos. Finalmente, PSOE y Cs no han cruzado la sima de los bloques, con lo que negociar una ¡°peque?a coalici¨®n¡± tampoco ha sido factible. Los acuerdos mestizos quedan, as¨ª, descartados.

Por tanto, hay un axioma nuclear en nuestro sistema pol¨ªtico. En ausencia de mayor¨ªas absolutas, algo que con tres partidos en cada bloque es m¨¢s dif¨ªcil, la alternancia entre izquierda y derecha es condicional a que las formaciones territoriales se impliquen activa o pasivamente. Si no, el primer partido debe buscar abstenciones del otro bloque, lo que puede darle el Gobierno, pero no implica que le vayan a dejar gobernar. Un principio que tiene muchos n¨²meros de seguir vigente el 11 de noviembre ya que, por m¨¢s veces que repartamos las cartas, ninguna baraja tiene m¨¢s de cuatro reyes.