Reparaci¨®n y desquite
Podemos tiende a se?alar como enemigos a aquellos que est¨¢n fuera de su proyecto, lo que implica un preocupante sectarismo
Dos sucesos han ilustrado esta semana la diferencia entre una necesaria pol¨ªtica de reparaci¨®n y la inmediatez de esa otra pol¨ªtica que busca y promueve la ira. La primera, la feliz y tard¨ªa exhumaci¨®n del dictador, es un paso m¨¢s en el camino hacia el cierre reparador de las heridas de la guerra y la dictadura, un acto simb¨®lico que nos invita a tomar conciencia de nuestro pasado para idear un futuro m¨¢s justo. La segunda, la campa?a de se?alamiento lanzada por Podemos en las redes contra la due?a de un inmueble por subir el precio del alquiler, es un ejemplo m¨¢s del viejo vicio de los justos: la delimitaci¨®n de un blanco f¨¢cil para azuzar la ira popular, aunque sea ante una injusticia flagrante como los abusos inmobiliarios.
La ira p¨²blica es el veneno movilizador de cualquier tiempo, pero es tr¨¢gico que alimente la estrategia pol¨ªtica de un partido que se dice progresista. Si se opta por demonizar en lugar de dise?ar pol¨ªticas constructivas, si pensamos que el linchamiento individual reconforta y lo incitamos como forma leg¨ªtima de denunciar lo que creemos injusto, ?qu¨¦ nos diferencia de Donald Trump? Lo absurdo es que, en lugar de proteger a los ciudadanos, lo que deber¨ªa ser la aspiraci¨®n de todo partido, se opte por razones electorales por poner en peligro el bienestar de algunos de ellos.
La tentaci¨®n de se?alar con nombres y apellidos a intelectuales, adversarios pol¨ªticos, periodistas o personas con perfil p¨²blico no es, ciertamente, privativa de la formaci¨®n morada. Sin embargo, este partido tiene una especial inclinaci¨®n a pensarse portador de una idea salv¨ªfica que solo a ¨¦l le pertenece. Aquellos que est¨¦n fuera de su proyecto tienden a ser marcados como enemigos, lo que implica un preocupante sectarismo. Aunque, desde su aparici¨®n, Podemos ha recorrido un largo camino en cuestiones como la asunci¨®n de la Constituci¨®n o el respeto a las Fuerzas de Seguridad mostrado, sin ir m¨¢s lejos, en la crisis de orden p¨²blico en Catalu?a su insistente af¨¢n por confundir discrepantes, competidores, rivales y enemigos indica la ausencia de talante liberal.
Conocemos la inutilidad de la revancha y el desquite por la historia, el arte o la literatura, pero tambi¨¦n su fuerza de reclutamiento: sabemos que humillar a quien nos hiere es uno de los pecados del ser humano. Pero olvidamos que es falaz creer que el sufrimiento te hace virtuoso, carg¨¢ndote naturalmente de raz¨®n. Y quiz¨¢ convenza regresar a las palabras de Russell, quien mostr¨® que esta suerte de virtud superior con la que nos vestimos cuando nos hieren u oprimen es, adem¨¢s de vana y est¨¦ril, ¡°absolutamente innecesaria para la exigencia de igualdad¡±. La izquierda deber¨ªa saberlo.
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