El hundimiento
Cada vez m¨¢s aislado y enloquecido, Donald Trump margina la diplomacia convencional y puentea al Consejo de Seguridad Nacional
Donald Trump se hunde. Sus tropas est¨¢n saliendo de Siria acompa?adas por una lluvia de verdura podrida, lanzada por una poblaci¨®n kurda que se siente traicionada. Mosc¨² ya ha sustituido a Washington como ¨¢rbitro en Siria y pronto lo har¨¢ en todo Oriente Pr¨®ximo. Turqu¨ªa, donde Estados Unidos tiene almacenadas 40 bombas nucleares t¨¢cticas, se aleja cada vez m¨¢s de sus aliados occidentales y estrecha sus relaciones con Rusia.
Basta observar el desprecio con el que Erdogan trata a Trump y su c¨¢lida relaci¨®n con Putin. O el contraste entre la fr¨ªa acogida al vicepresidente Mike Pence y la buena sinton¨ªa entre los presidentes ruso y turco en Sochi. Turqu¨ªa ha exigido a Estados Unidos que retire su apoyo a los kurdos y se aparte de la frontera turca, a cambio de una pausa, disfrazada de tregua, para dar tiempo al repliegue. Tambi¨¦n ha obtenido el levantamiento de las sanciones con las que Trump fingi¨® un castigo a Erdogan. Despu¨¦s, Ankara y Mosc¨² han sellado el acuerdo de vigilancia conjunta de la frontera, de forma que el protegido de Putin, Bachar el Asad, pueda mantener la integridad territorial del pa¨ªs devastado por la guerra civil.
Estados Unidos, en contra de la consigna de Trump, se empeque?ece a ojos vista. No vuelve a contar victorias como antes, seg¨²n la quim¨¦rica promesa de Trump. Ni siquiera venci¨® al Estado Isl¨¢mico: lo hicieron las milicias kurdas, que ahora sueltan a los combatientes islamistas detenidos, ocupados como est¨¢n en su supervivencia.
Trump ha hecho todo esto ¡ªcon una llamada y una carta a Erdogan incomprensibles y un discurso el mi¨¦rcoles en el que echa la culpa de la crisis siria a Obama y a los aliados europeos¡ª sin atender a ni uno solo de los procedimientos de toma de decisi¨®n presidencial codificados durante los ¨²ltimos 70 a?os. La diplomacia estadounidense est¨¢ desapareciendo, sustituida por una diplomacia privatizada y en la sombra, en la que brilla el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que pretendi¨® y no obtuvo la Secretar¨ªa de Estado y ahora se est¨¢ resarciendo desde su despacho de abogado. Nadie escucha al Consejo de Seguridad Nacional, el ¨®rgano vital para las decisiones militares del presidente. Incluso su enviado especial para Siria, James Jeffrey, fue puenteado en la decisi¨®n de abandonar a los kurdos.
Trump no se hunde solo, sino que est¨¢ arrastrando en su ca¨ªda a su pa¨ªs y a sus aliados. Quiz¨¢s no ser¨¢ su final, pero esta vergonzosa salida de Siria cierra definitivamente el siglo de hegemon¨ªa mundial de Estados Unidos.
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