En la Universidad, no todo vale
Los pol¨ªticos no pueden utilizar las instituciones acad¨¦micas para obtener alg¨²n r¨¦dito electoral
Durante los ¨²ltimos d¨ªas, en las universidades p¨²blicas catalanas hemos vivido situaciones que resultan complicadas y dif¨ªciles de gestionar, intentando siempre garantizar la seguridad de todas las personas y velar por la normalidad acad¨¦mica e institucional. Hemos podido ver im¨¢genes que producen una enorme preocupaci¨®n y que deben ser comentadas, b¨¢sicamente porque en la Universidad, no todo vale.
La sociedad espera mucho de los universitarios porque podemos aportar soluciones ¨²tiles y efectivas en multitud de realidades, porque es en la Universidad donde se adquieren y ense?an competencias que permiten que la propia sociedad avance y alcance altas cotas de desarrollo. Desde luego que los universitarios no son los ¨²nicos profesionales llamados a mejorar el mundo, pero desde luego s¨ª son una parte fundamental de tal logro.
Sin embargo, eso no es todo, no es eso lo que se quiere plantear aqu¨ª a la luz de lo vivido en estas ¨²ltimas semanas. Lo que ha sucedido en algunas facultades no pone en entredicho la calidad de la formaci¨®n universitaria desde un punto de vista profesional, pero no hay duda de que tergiversa notablemente la imagen de algunos de los valores que la Universidad quiere y debe transmitir.
La sociedad tambi¨¦n espera algo m¨¢s de los universitarios: a profesores y estudiantes se les supone una cierta altura ¨¦tica, unos particulares modos de ser y de estar en este mundo. La Universidad acoge muchos modos de vida, eso es verdad y es bueno que as¨ª sea, pero tambi¨¦n es cierto que no todos los modos de vida posibles son propiamente universitarios, algunos incluso son perjudiciales para quienes los practican, la Universidad y la sociedad en su conjunto.
El modus vivendi universitario es ¨¦tico y, por supuesto, tambi¨¦n est¨¦tico, ya que sin duda la ¨¦tica y la est¨¦tica van de la mano: la sociedad espera que la Universidad sirva para crear espacios de encuentro, intercambio y generaci¨®n de nuevas ideas, una forma de estar en el mundo caracterizada por un juicio cr¨ªtico y un esp¨ªritu constructivo. En esto no podemos, ni debemos en ning¨²n caso, distraernos y bajar el list¨®n. Si nuestros modos de vida adquieren una imagen desagradable, violenta y grosera, estaremos faltando gravemente al conjunto de la ciudadan¨ªa que exige a la Universidad una actitud cr¨ªtica ante cualquier pol¨ªtica o actuaci¨®n sectaria o excluyente.
Este escrito va dirigido a aquellos que estos d¨ªas hayan podido dejar de vivir como universitarios y hayan convertido nuestras aulas y pasillos en lugares de enfrentamiento
Este escrito no solo va dirigido a los estudiantes, sino tambi¨¦n a todos aquellos miembros de la comunidad universitaria que estos d¨ªas hayan podido dejar de vivir como universitarios y hayan convertido nuestras aulas y pasillos en lugares de enfrentamiento. Los motivos de sus protestas deben ser respetados, pero no algunas de sus reacciones y maneras de canalizarlos. Las indignaciones y malestares de unos, defiendan lo que defiendan, no deben obstaculizar los derechos de otros.
No nos quedemos solo en la Universidad, no ser¨ªa justo, este art¨ªculo tambi¨¦n incumbe necesariamente a aquellos pol¨ªticos, sean del color que sean, que han cre¨ªdo que pueden encontrar r¨¦dito electoral en la situaci¨®n universitaria que estamos viviendo en este momento y la est¨¢n utilizando sin pensar en el da?o que pueden llegar a hacer a la Universidad.
La experiencia nos muestra que, desgraciadamente, muchos pol¨ªticos se olvidar¨¢n de la Universidad cuando las cosas vayan de otro modo, dejar¨¢n de tuitear, escribir art¨ªculos o salir en televisi¨®n. Vale la pena recordar la habitual inexistente referencia a temas universitarios en la agenda pol¨ªtica de casi todos, incluso en sus programas electorales. Ahora solo les pedimos que no utilicen la Universidad para encender m¨¢s los ¨¢nimos, y ya puestos, que empiecen de una vez por todas a colaborar con la Universidad, con esa digna y noble instituci¨®n por la que muchos de ellos pasaron, en su labor de servir a la sociedad dando respuesta a sus necesidades en materia de formaci¨®n y transferencia de conocimientos y contribuyendo al progreso econ¨®mico y social.
Los universitarios necesitamos recuperar la calma, pensar con la cabeza fr¨ªa y vivir con el alma encendida, desde la m¨¢xima libertad para movernos, para implicarnos, para responder ante la sociedad. Se puede pensar lo que se quiera, situarse en la posici¨®n ideol¨®gica que uno pueda considerar m¨¢s leg¨ªtima y luchar por lo que se crea oportuno, ?claro que s¨ª!, eso es propio de una persona universitaria.
Ahora bien, todo eso se deber¨ªa hacer tal y como se espera que lo hagamos los universitarios, eso es, mediante el elogio de la convivencia, la cordura, la sensatez, la libertad y el absoluto respeto a quien no ve las cosas del mismo modo. Y que nada nos impida a los universitarios el libre desarrollo de nuestras tareas acad¨¦micas, de investigaci¨®n y transferencia de conocimientos.
Joan Elias es catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas y rector de la Universitat de Barcelona.
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