Opi¨¢ceos sin control
Lo ocurrido en EE UU muestra las catastr¨®ficas consecuencias del uso inadecuado de f¨¢rmacos que, mal administrados, pueden tener efectos muy da?inos
La epidemia de muertes por sobredosis de opi¨¢ceos que sufre EE?UU se ha convertido en uno de los problemas de salud p¨²blica m¨¢s graves de su historia, hasta el punto de que el Gobierno ha tenido que declararla emergencia nacional. Las m¨¢s de 400.000 muertes que se estima que se han producido en 20 a?os indican la magnitud del desastre, especialmente grave por el hecho de que muchas de las v¨ªctimas cayeron en la adicci¨®n a trav¨¦s de una receta m¨¦dica.
El problema comenz¨® a finales de los a?os noventa, con la llegada al mercado de nuevos derivados de los opi¨¢ceos que fueron recetados como analg¨¦sicos para combatir el dolor. Su consumo creci¨® muy r¨¢pidamente gracias a la laxitud del sistema de recetas y al hecho de que en Estados Unidos est¨¢ permitida la publicidad de medicamentos. Cuando en 2011 se observ¨® un consumo desmesurado y se endurecieron los controles en la prescripci¨®n, muchos de los afectados se hab¨ªan convertido ya en adictos a los opi¨¢ceos sin que nadie les hubiera advertido del riesgo que implicaba su consumo.
Las restricciones en la prescripci¨®n propiciaron la aparici¨®n de un mercado negro que elev¨® los precios y provoc¨® que muchos adictos decidieran pasar a la hero¨ªna porque era mucho m¨¢s barata. El problema se agrav¨® con la entrada en el mercado negro de ciertos derivados opi¨¢ceos como el fentanilo, 50 veces m¨¢s potente que la hero¨ªna, de producci¨®n y distribuci¨®n descontrolada que muchas veces se vend¨ªa en lugar de la droga.
La crisis de los opi¨¢ceos es un ejemplo claro de ineficacia y lentitud en los mecanismos de control de los efectos adversos de los f¨¢rmacos en EE?UU y muestra las catastr¨®ficas consecuencias del uso inadecuado de unos f¨¢rmacos beneficiosos contra el dolor que, mal administrados, pueden tener efectos muy da?inos. La responsabilidad en la cadena de dejaciones es compartida, incluidos los m¨¦dicos que, como estamento, no fueron capaces de reaccionar a pesar de que los casos de adicci¨®n y muerte no dejaban de crecer ante sus ojos.
En estos momentos hay m¨¢s de 2.500 demandas presentadas, muchas de ellas firmadas por la Administraci¨®n de los Estados m¨¢s afectados. Entre los demandados se encuentran varias farmac¨¦uticas, acusadas de enga?ar a sus clientes con mensajes promocionales que minimizaban los riesgos, y varias cadenas de farmacias y de distribuci¨®n de medicamentos, por no detectar el consumo abusivo y comunicarlo a la Administraci¨®n de Control de Drogas como era su obligaci¨®n.
Lo ocurrido en EE?UU sirve para ratificar la pol¨ªtica del Sistema Nacional de Salud de Espa?a, muy riguroso en la prescripci¨®n m¨¦dica de los f¨¢rmacos con potencial adictivo. Y sirve para sostener con firmeza el criterio de no permitir la publicidad de medicamentos.
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