Muerto el perro, no se acaba la rabia
Para desmontar el mensaje del ISIS deber¨ªamos empezar por no parecer unos colonialistas sin empat¨ªa
¡°Perro¡± fue la palabra elegida por Donald Trump para anunciar la muerte de Abubaker al Bagdadi, pese a que la propaganda exig¨ªa darle un valor humano que elevara el peso de la victoria. Ten¨ªa urgencia en ponerse una medalla que tapara el abandono de los kurdos en Siria, y desmontar la acusaci¨®n de que favorec¨ªa el resurgimiento del ISIS, del que Al Bagdadi fue fundador, jefe y califa. La muerte de la cabeza del grupo armado que ha sobrepasado a Al Qaeda en crueldad y peligro no significa que el asunto est¨¦ resuelto. Debemos estar preparados para un gran atentado.
Las tropas especiales localizaron el escondite de Al Bagdadi gracias a la milicia kurda traicionada, que averigu¨® su ubicaci¨®n, y a un infiltrado que le rob¨® unos calzoncillos, claves para determinar el ADN. El ¨¦xito de la operaci¨®n no fue una consecuencia de la pol¨ªtica de Trump, sino a pesar de ella. Es evidente que cont¨® con el visto bueno de Vlad¨ªmir Putin: se realiz¨® en Idlib, zona bajo control a¨¦reo ruso.
En junio de 2006, EE?UU mat¨® al fundador de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqaui. Lo celebr¨® como el final de un cap¨ªtulo cuando era el comienzo de otro m¨¢s duro, el nacimiento del ISIS y su propagaci¨®n por Irak y Siria. Este precedente invita a la cautela. Poco ha aprendido EE?UU desde 2003. Acaba de retirar sus tropas de las zonas dominadas por los kurdos que le ayudaron a derrotar al califato y ha desplegado otras, o las mismas, en Deir el Zor, provincia siria rica en petr¨®leo. Sucedi¨® en Bagdad tras la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein: no movieron un dedo para proteger el patrimonio hist¨®rico ni los comercios cuando se desataron los saqueos. Sus soldados se concentraron en el Ministerio del Petr¨®leo.
¡°Ganar las mentes y los corazones¡± es una frase cursi lanzada por la propaganda de EE?UU, a la altura de ¡°he entendido el mensaje¡±, dicho por pol¨ªticos que no han entendido nada. La traici¨®n a los kurdos y a los civiles que proteg¨ªan quedar¨¢ grabada durante generaciones en Oriente Pr¨®ximo. EE?UU se dej¨® toda la auctoritas. Para acabar con el ISIS, para desmontar su mensaje, deber¨ªamos empezar por no parecer unos colonialistas sin empat¨ªa. Desde 2003 han muerto m¨¢s de un mill¨®n de personas en la zona como consecuencia de una pol¨ªtica basada en el poder de las armas.
Los abucheos a Trump y el grito de ¡°Lock him up¡± (enci¨¦rrenlo), con el que le recibi¨® el p¨²blico en un partido de la final del campeonato de b¨¦isbol, ha causado conmoci¨®n. Hasta a los dem¨®cratas les pareci¨® mal. La estrella de la televisi¨®n estadounidense Joe Scarborough dijo que la del p¨²blico era una actitud ¡°poco americana¡±. Se les olvida ¡ªm¨¢s all¨¢ de la fortuna del abucheo¡ª que estamos ante el menos americano y el menos estadista de la reciente historia de EE?UU. Trump sembr¨® vientos, llegan las tempestades.
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