Una te¨®rica del feminismo llamada Cate Blanchett
La actriz australiana asegura en una entrevista que a menudo piensa en retirarse y cuenta c¨®mo la marc¨® la muerte de su padre: "Ten¨ªa una madre trabajadora y que estaba sola: ese es mi modelo a seguir"
Puede que, hoy en d¨ªa, que una actriz se declare feminista no suponga ninguna sorpresa. Pero la historia de Cate Blanchett es algo distinta. Ella ha cultivado ese feminismo desde ni?a, gracias a lo que vio en casa. Precisamente por ello, hoy se lo transmite a sus hijos y a todo aquel que quiere escucharla, que son muchos. Y lo hace desde una visi¨®n pausada y te¨®rica.
La actriz australiana est¨¢ asentada en Gran Breta?a. All¨ª posee una hermosa casa de la campi?a inglesa llena de flores y abejas que le dan miel, donde vive con su marido ¡ªel director y autor teatral Andrew Upton, con quien lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas casada¡ª, sus cuatro hijos (que tienen entre 4 y 18 a?os) y sus perros. Podr¨ªa tener una vida tranquila, leyendo todos esos libros que asegura que a¨²n no ha le¨ªdo y viendo esas muchas pel¨ªculas que le faltan por ver. Pero, como ella misma explica en el n¨²mero de diciembre de la edici¨®n brit¨¢nica de Harper's Bazaar, no lo consigue: "Siempre digo que voy a dejarlo. Creo que ya est¨¢, que he acabado... y entonces llega alguien con un reto". Reflexiona a menudo sobre una posible retirada, pero se asusta: "Empiezo a darle vueltas pero pienso que si me lo tomo con calma y doy un paso atr¨¢s, aunque sea por un momento, quiz¨¢ ya no pueda regresar".
A ella los retos le vienen desde que era peque?a. Tuvo que luchar ya no solo por ser actriz, sino por salir adelante. Cuando ten¨ªa 10 a?os, su padre muri¨® de un ataque al coraz¨®n. Su madre, al quedarse viuda, tuvo que sacar a sus hijas adelante con ayuda de su propia madre. Por ello ha crecido "en una casa muy fuerte y llena de mujeres: mi hermana, una arquitecta a la que estoy muy unida, mi abuela y mi madre. Ten¨ªa una madre trabajadora y que estaba sola: ese es mi modelo a seguir".??
La historia familiar le hizo profundizar, a su vez, en la historia del feminismo. "Me fascinaban los motivos por los que el feminismo irrumpi¨® con fuerza en las calles". Y asegura: "Sientes que el mundo se ha expandido, ha crecido, ha cambiado, y que otras voces que anteriormente han sido ignoradas por fin se oyen en los pasillos del poder. Pero, ?qu¨¦ hizo que la burbuja estallara en los a?os ochenta y que luego hubiera este contragolpe? Siempre me ha interesado ese ¨¢rea de la historia. Creo que es realmente importante tener en cuenta las lecciones aprendidas de la segunda ola de feminismo".
Sus quejas est¨¢n fundamentadas. La ganadora de dos Oscar (por El aviador en 2005 y por Blue Jasmine en 2014) lamenta lo poco que han cambiado las cosas desde entonces. "Hoy d¨ªa todav¨ªa estamos hablando de los cuartos de ba?o separados, de la mujer en las Fuerzas Armadas,?de salud reproductiva. ?Hace cu¨¢ntos a?os que estamos con todo eso? Parece el D¨ªa de la Marmota".
Cine, teatro o televisi¨®n. A Blanchett no le importa el formato sino lo que pueda contar a trav¨¦s de ¨¦l. Por eso ahora, para el rodaje de la serie Mrs. America, su pr¨®ximo proyecto, se ha puesto en la piel de Phyllis Schlafly, una conocida escritora, activista y pol¨ªtica antifeminista de los a?os setenta que logr¨® derrotar la llamada Enmienda de Igualdad de Derechos de EE UU y que?falleci¨® hace apenas tres a?os. Un papel muy diferente a lo que ella es y, precisamente por ello, uno de esos retos que tanto le gustan. "Nunca me interesa autoretratarme", explica en la entrevista. "Para m¨ª, egoistamente, la cuesti¨®n siempre es intentar entender el punto de vista del otro. En general, cuanto m¨¢s lejos de mi propia experiencia y de mis valores, m¨¢s fascinante me resulta. Y el ¨²nico modo de avanzar es aprender de la historia".?
Un personaje muy lejano a ella pero que, precisamente por eso, la ha ayudado a aprender. "Es lo que he descubierto gracias al rodaje de Mrs. America", asegura. "Que las dificultades de las f¨¦minas en los dos lados del espectro pol¨ªtico eran id¨¦nticas. Siempre estamos sacando las banderas de nuestras diferencias, pero al final, el resultado es la distancia entre unas mujeres y otras".
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