Franco y el bromuro
El bromuro es una sal peligrosa, perjudicial para la salud, pues ataca la gl¨¢ndula tiroides y, por consiguiente, al sistema endocrino
Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n invent¨® el ¡°carvalhismo¡±, una variante del g¨¦nero negro que tiene en el detective Pepe Carvalho su referente.
En las novelas que protagoniza, el citado se rodea de un tr¨ªo de personajes que le va a servir para completar sus pasos hasta el m¨®vil del crimen y, con ello, a la captura del criminal. Dichos personajes son criaturas que viven entre los m¨¢rgenes y la incertidumbre, antih¨¦roes a los que Carvalho ha adoptado a lo largo y ancho de sus paseos por la Barcelona secreta; caminos que siempre se presentan con tropezones que no son m¨¢s que harapos de banderas rotas.
El tr¨ªo de personajes lo forman una mujer y dos hombres. La mujer es Charo, prostituta y amante ocasional del detective. Los hombres responden a los apelativos de Biscuter y Bromuro. Este ¨²ltimo es un limpiabotas malhablado y que debe su sobrenombre a lo mucho que repite una leyenda urbana de los tiempos franquistas, la misma que hace referencia al uso del bromuro en el pan y en el agua ¡°para que no empalmemos¡±. Seg¨²n contaba el personaje creado por V¨¢zquez Montalb¨¢n, el veneno qu¨ªmico era el responsable de nuestra apat¨ªa ante la dictadura y ante la continuidad de la misma, establecida una vez muerto el dictador.
Ficciones aparte, el bromuro es una sal peligrosa, perjudicial para la salud, pues ataca la gl¨¢ndula tiroides y, por consiguiente, al sistema endocrino. La citada sustancia se utiliza en reposter¨ªa industrial como costumbre y la podemos encontrar en la inofensiva tostada del desayuno, o en forma de aceite vegetal bromado en la composici¨®n de algunas bebidas energ¨¦ticas. En Inglaterra, el uso del bromuro en el pan lleva prohibido desde 1990. A?os despu¨¦s, Canad¨¢ y Brasil siguieron su ejemplo.
Seg¨²n contaba el personaje creado por V¨¢zquez Montalb¨¢n, el veneno qu¨ªmico era el responsable de nuestra apat¨ªa ante la dictadura y ante la continuidad de la misma, establecida una vez muerto el dictador
La ingesta de bromuro va a dificultar la conversi¨®n de la hormona tiroidea T4 -o tiroxina- en T3 -o triyodotironina-. Para que todo el mundo lo entienda, el bromuro viene a impedir un proceso natural que convierte el cuadrado formado por cuatro ¨¢tomos de yodo (T4) en el tri¨¢ngulo formado por tres ¨¢tomos de yodo(T3). Por esta raz¨®n, el yodo es un elemento tan importante para la tiroides: va a permitir el metabolismo celular.
Para quien no lo sepa, la tiroides es la gl¨¢ndula que se encuentra un poco m¨¢s abajo del cuello, sobre la clav¨ªcula, y que tiene forma de mariposa con las alas abiertas. Sin yodo, la citada gl¨¢ndula se agota por falta de ox¨ªgeno, lo que imposibilita la combusti¨®n celular. Por decirlo de una manera po¨¦tica, el bromuro act¨²a agarr¨¢ndose a las alas de la mariposa hasta dejarla sin ox¨ªgeno, asfixi¨¢ndola. El bromuro atenaza a la tiroides hasta acabar con el yodo que la mantiene sana.
Bien mirado -o mal mirado- esto ¨²ltimo lo podemos trasladar a la met¨¢fora de lo que fue el franquismo para los espa?oles, identificando el t¨¦rmino real, es decir, la dictadura, con el elemento que act¨²a como t¨¦rmino imaginario en la figura literaria, el bromuro. De esta manera, podemos dar la raz¨®n al limpiabotas malhablado de las Ramblas cuando denunciaba que, con el bromuro, los espa?oles hab¨ªamos perdido el vigor para levantarnos. Porque la castraci¨®n de nuestra conciencia cr¨ªtica lleg¨® tras la Guerra Civil con la dictadura y el siniestro esplendor del Valle de los Ca¨ªdos, monumento f¨²nebre y pol¨¦mico que siempre reaparece a lo lejos, rematado por una oscura cruz que parece sujetar el cielo.
El Valle de los Ca¨ªdos fue construido como un monumento para clasificar al pueblo despu¨¦s de la contienda; una guerra civil donde los perdedores que la sobrevivieron levantaron la cruz, a trabajos forzados, mientras que los que corrieron peor suerte fueron enterrados bajo las cunetas del r¨¦gimen. En estos d¨ªas que el Valle de los Ca¨ªdos vuelve a ser noticia, se echa de menos una pieza de V¨¢zquez Montalb¨¢n dando su visi¨®n cr¨ªtica ante el acontecimiento del traslado de los huesos de Franco.
Tambi¨¦n se echa de menos una nueva entrega de Pepe Carvalho, pero esta vez en Cuelgamuros, con la momia de Franco como tema, mientras el limpiabotas, desde las Ramblas, sigue con lo suyo; afirmando que nada ha cambiado, pues antes nos met¨ªan el bromuro en el agua y ahora pagamos por ello. En detalles as¨ª, reside la continuidad de los tiempos, dir¨ªa Bromuro.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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