China responde
El ¨¢rea asi¨¢tica de libre comercio refuerza el papel de China y descoloca a Washington
A pesar de la extendida pol¨ªtica proteccionista de Donald Trump, cuyas decisiones est¨¢n obligando a que un n¨²mero creciente de pa¨ªses y ¨¢reas econ¨®micas adopte aranceles y barreras fronterizas, las asociaciones de libre comercio constituyen todav¨ªa el mejor m¨¦todo para aumentar la riqueza de sus asociados. Quince pa¨ªses asi¨¢ticos han pactado la formaci¨®n de un ¨¢rea comercial libre, patrocinada desde Pek¨ªn; en esa asociaci¨®n ¡ªla Asociaci¨®n Econ¨®mica Integral Regional (RCEP)¡ª estar¨¢n China, Jap¨®n, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y los 10 pa¨ªses que forman la Asean (Asociaci¨®n de Naciones del Sudeste Asi¨¢tico). Dos ausencias clamorosas: Estados Unidos y la India.
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Una primera observaci¨®n sobre la RCEP es que surge como respuesta a un error estrat¨¦gico de la Administraci¨®n de Trump. Barack Obama hab¨ªa jugado bien la baza comercial cuando favoreci¨® el Acuerdo Transpac¨ªfico (TPP), un ¨¢rea de libre intercambio en ambas orillas del Pac¨ªfico. Esta era la estrategia m¨¢s correcta para aislar a China y cerrar el paso a sus abusos comerciales; pero requer¨ªa paciencia y diplomacia. Trump impuso las t¨¢cticas contrarias: impaciencia y confrontaci¨®n directa. Estados Unidos abandon¨® la TPP, y como los intercambios econ¨®micos tienen horror al vac¨ªo, Pek¨ªn tom¨® la bandera y acaba de formar a su alrededor un ¨¢rea de libre comercio que suma el 32,2% del PIB mundial, el 32,5% de la inversi¨®n global y el 29% del comercio mundial.
En Washington deber¨ªan tomar nota de que los errores econ¨®micos se pagan. Porque la nueva ¨¢rea de libre comercio (se ratificar¨¢ en 2020) debe entenderse, en primer lugar, como un ¨¦xito de la diplomacia de Pek¨ªn y un s¨ªntoma claro del malestar que provocan las amenazas arancelarias lanzadas en todas las direcciones, entre algunos de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros del mundo. Asia, dicen los expertos, ser¨¢ la pr¨®xima zona dominante de la econom¨ªa mundial; all¨ª se juegan la expansi¨®n tecnol¨®gica y las inversiones m¨¢s avanzadas. Pues bien, China se ha fabricado un escudo comercial y aliados econ¨®micos de primer nivel para dominar el mercado y para resistir las escaramuzas con Estados Unidos.
La gran paradoja es que la agresividad comercial de Trump ha depositado el estandarte de la libertad comercial en manos de Xi Jinping. El RCEP es un pacto estrictamente arancelario; excluye acuerdos asociados de seguridad laboral o de protecci¨®n del medio ambiente, que el Transpac¨ªfico s¨ª incorporaba. China no puede aceptar muchas exigencias en materia medioambiental. Tampoco augura estabilidad el hecho de que en la asociaci¨®n coincidan potencias econ¨®micas de primer nivel (China, Jap¨®n) con econom¨ªas muy potentes (Australia, Nueva Zelanda) y pa¨ªses muy poco desarrollados como Laos, Filipinas o Myanmar. En todo caso, el desaf¨ªo est¨¢ lanzado.
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