Se proh¨ªben incidentes graves
De unos a?os a esta parte la l¨®gica pol¨ªtica del soberanismo es aplastante: si nosotros no podemos salir, vosotros no pod¨¦is entrar
![Josep Bou, l¨ªder municipal del PP en Barcelona, increpado por manifestantes a su entrada a los premios Princesa de Girona, este lunes en Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UR2WFRD6SJTMQ2BLAKB3RL227Y.jpg?auth=fcace9663abd807c3bc3e3b1fb1b8151d4adb762700c7ad7d55bebc3b0dae488&width=414)
Ha estado muy bien el conseller de Interior de la Generalitat de Catalu?a, Miquel Buch, a la hora de valorar los ¡°problemas¡± en los accesos a una entrega de premios?de la que hablaremos despu¨¦s, cuando haya menos tiempo. Buch es hoy la zona cero del independentismo catal¨¢n, encargado de reprimir y justificar los disturbios. Por un lado tiene a su cargo un cuerpo policial y, por el otro, est¨¢ a cargo de lo que un d¨ªa fue instituci¨®n y hoy es c¨¦lula, ¡°grupo reducido de personas que funciona de modo independiente dentro de una organizaci¨®n pol¨ªtica, religiosa¡¡±.
Este lunes manifestantes independentistas trataron de impedir, consigui¨¦ndolo en los momentos m¨¢s euf¨®ricos, la entrada a varios invitados a esa fiesta. Se pon¨ªan en medio, cerraban el paso, insultaban, escup¨ªan y agredieron algunas manos sueltas. Por supuesto que no hubo ning¨²n ¡°incidente grave¡±, como dej¨® dicho Buch. De unos a?os a esta parte la l¨®gica pol¨ªtica del soberanismo es aplastante: si nosotros no podemos salir, vosotros no pod¨¦is entrar. Eso no puede considerarse grave en la medida en que la gravedad la define el no poder salir y sus consecuencias judiciales. Y efectivamente cada vez entran menos, y los que lo hacen no est¨¢n limpios, como el se?or Bou, concejal del PP, que se fue bien escupido a su butaca.
Buch aleg¨®, con naturalidad, que hab¨ªa dispuesto autobuses para ir a esa entrega de premios previendo la ausencia de ¡°incidentes graves¡±, por lo que la responsabilidad ¨²ltima de que unos se?ores fueran violentados fue por su obstinada voluntad en considerar la calle tan suya como de cualquiera. Buch y sus colegas, los colegas de Buch, saben de qu¨¦ habla Buch porque alguno de ellos no solo no pudo pisar la acera, sino que tuvo que subirse a un helic¨®ptero para ir a trabajar. Artur Mas, por ejemplo, que dijo ante una concentraci¨®n de indignados en 2011 que era ¡°intolerable¡± no permitirle pasar ¡°por la violencia que se vive en las calles¡±. Ya debi¨® pensar entonces que, si la violencia no le dejaba entrar en el Parlament, la meter¨ªa ¨¦l dentro para poder salir. Antes llev¨® a la justicia a algunos; muchos fueron absueltos por la Audiencia Nacional y un recurso de la Generalitat ante el Supremo les meti¨® pena de c¨¢rcel. El Supremo.
En fin. Se trataba de la entrega de premios Princesa de Girona y visita de la heredera del trono, s¨ªmbolo legitimador de cualquier obst¨¢culo por la v¨ªa que sea ya que, de denunciarse, se incurrir¨¢ en pleites¨ªa a la Monarqu¨ªa. Del mismo modo que se trataba de que, ante los lanzamientos de piedras y cascotes, y contenedores y coches incendiados, hab¨ªa gente aporreada y herida en muchas ocasiones, chicos que han perdido un ojo. La denuncia de lo primero te convierte en insensible con lo segundo, aunque tu denuncia sobre lo segundo se haya cursado en plazo. Y es ah¨ª, en ese territorio desagradable, donde el debate ha quedado laminado. Porque ha paralizado a gente incapaz de levantar la voz por ese terror de que lo metan en la saca con el rey, S¨¢nchez, Abascal, unos jueces se?alados, unos polic¨ªas desmadrados y unos nazis de Arb¨®s. Si ya les hace compa?¨ªa hasta Rufi¨¢n, y antes hab¨ªa entrado en la saca Coscubiela.
Ese marco es m¨¦rito suyo, de Puigdemont y Torra, y todos los que le antecedieron confeccionando una guerra que no pueden ganar ni perder porque los bandos los han construido ellos,?concretamente el suyo para someter una presi¨®n social que incluye carteles, se?alamientos y estigma, antesala de la rendici¨®n para el ciudadano com¨²n que no quiere problemas.?Y ah¨ª est¨¢ esa Espa?a y ese independentismo que no tiene nada que ver con la violencia y la abomina?pero pasa horas y d¨ªas buscando razones, cada vez m¨¢s groseras, que justifiquen su silencio.
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